Nos reivindicamos, fuimos literalmente las últimas en salir de la boda. Como el FUNAR en sus mejores épocas de divas de a varo saliendo del antro con el coche esperando afuera al ser el último del valet; así fue la incursión en la categoría de la boda-de-la-hermanamenor-de-mi-amiga, pero aquí no aplica el refrán de “amiga de la hermana saltada...” no, no aplica. A pesar de que el día que nos invitaron al desayuno de grititos porque el compromiso se había hecho oficial, toda la familia de la novia nos abordó con preguntas que no pasaban ni con el jugo de arándano, ¿ustedes para cuándo?, ¿con quién van a ir a la boda? Como si no nos bastáramos solitas para la diversión...
Era normal estar destrozadas y que este video esté de flojera, ni modo...
Era normal estar destrozadas y que este video esté de flojera, ni modo...
Y Costas “The Banana Man” (hasta después supimos su nombre) nos robaba el tiempo, pobre hombre con el acoso de secundaria que le hicimos, pero él se llevó la cuarta frase del viaje “vénganse a jugar básquet porque ustedes nomás puro tome y tome”; obvio eso ardió tanto que terminamos en la alberca y en el partido niños vs. niñas perdimos con un honroso 17-15, todas peleándonos “yo lo cubro a él, yo lo cubro a él”, de pena.
***Favor de omitir mi nerviosismo tetarado cuando el tipo voltea hacia nosotras y yo, que tenía cámara en mano, me puse tan tonta que hasta dejé de enfocarlo... hay que ser***
Planeando y peleando por un hombre.
***Me negaba a poner este video por motivos de diversa índole, pero el argumento impecable de estas brutas sobre el egoísmo ramplón al subir unos feos de ellas, me obligó a dejar éste, era lo justo. Y sí, yo seguía con problemas de dislexia fonética que creo que arrastraré de por vida, así como dice Sis “creo que desde Acapulco sigo teniendo 1% de actividad neuronal”***
Los planes iban así: teníamos reservado el restaurante a las 8 para la cena, Costas “The Banana Man” estaría en la fiesta casino del bar hasta las 11 y de allí regresaríamos al cuarto para vestirnos de boda y colarnos al bailongo. Supremo.
En la cena yo traía fiesta, era la única y hablaba fascinada que si el carpaccio de pez espada o que si el tiramisú delicioso, y salud y pura tontería mientras las otras traían actitud de almohada. Obvio no les contagié el entusiasmo y la infectada de flojera fui yo porque el bar casino de después no ayudó, mucho menos la convención de acosadores así que esto ya bye y vamos a ver cómo está el bodorrio, quién me iba a decir que el destino me volvería a amar...
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