domingo, noviembre 21, 2004
Sugestión
viernes, noviembre 19, 2004
Mercedes
miércoles, noviembre 17, 2004
Al servicio de la comunidad... - Estómago Desesperado
Querida Lulú Marina:
Antes que nada quiero felicitarte por tu sección, qué bueno que te dedicas a ayudar a gente desesperada que sólo quiere escuchar una voz de aliento para continuar viviendo.
Espero que me puedas ayudar con mi problema. Sucede que desde hace algunos días mi vida ha cambiado por completo, me he mudado no solamente de ciudad sino también de país -por razones de seguridad no mencionaré dónde me encuentro (para poder mantenerme en el anonimato)-. El problema es que estaré lejos de México por algún tiempo. Por muy patético que suene, empiezo a sufrir por no contar con los alimentos de la canasta básica mexicana, es decir: tortillas (tanto de maíz como de harina), salsas, chile, etc. Estoy desesperado y es por eso que acudo a tu infinita sabiduría, sé que me podrás aconsejar porque has vivido en el extranjero y seguro tienes tips para sustituir o encontrar artículos mexicanos en otro país.
Agradezco de antemano tu respuesta que será una sabia luz que me guiará en mi sufrir.
¿Qué hago Lulú Marina? ¡Ayúdame por favor!
Un Estómago Desesperado
Querido Estómago Desesperado:
Muchas gracias por tus comentarios siempre tan atentos y ya sabes que esta sección es un rayito de esperanza para servir a la comunidad =S.
Si te sirve de consuelo, creo que lo que te está sucediendo es muy normal. El nacionalismo mexicano se basa definitivamente en la comida (antes incluso que en el odio a los gringos) y lamento decirlo, pero conforme pase más tiempo vas a ir extrañando más cosas. Que si el limoncito de verdad (el verdecito con patente y no la usurpadora lima amarilla); que si la chela (ni la Corona que está en todo el mundo te va a consolar); que si el chocolate Abuelita o los Miguelitos (aunque desde los 12 años no los hayas vuelto a comer o ver); que si los cacahuates japoneses (que irónicamente sólo hay en México); que si el Sidral (aunque aquí sólo tomes Coca-Cola); que si el mole; que si los frijolitos; que si los tacos al pastor; en fin, sería imposible acabar. Y los recuerdas y se te hace agua la boca, hasta haces la expresión de “Ssss” para adentro cuando vas repasando todo lo que se te antoja.
¡Pobre Estómago Desesperado! Ni cómo ayudarte compadre, andas fregadísimo, pero trata de ver el lado positivo: no tienes Tecate (que ahí sí cada quien sus gustos y los tuyos sí son muy del norte m’ijo), pero puedes empezar a enamorarte del calimocho; no hay taquitos, pero qué tal un delicioso bocata de jamoncito serrano; vamos, tienes muchas posibilidades y ahora sí que poniéndonos cursis “si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas”.
De todos modos, Blanca también se muda para allá en un mesecito así que te mandaré un itacate con ella. Ya si de plano te urge mucho, hay lugares en donde puedes encontrar productos mexicanos, preguntar directamente en la embajada, o de plano ir a un restaurante, nada más que verifica que no sea comida tex-mex porque luego les da por hacerla más tex que mex y eso de los frijoles dulces no es tan sexy. Ánimo amigo y deja que el destino fluya, pero date una ayudadita y reprime tus antojos... Total, ya te irás acostumbrando a curarte las crudas con churros y chocolate en vez de chilaquiles.
Siempre, Lulú Marina
lunes, noviembre 15, 2004
Ma-ia-hii
Dragostea Dintei (Original en rumano)
Ma-ia-hii Ma-ia-huuMa-ia-hoo Ma-ia-haaAlo, Salut, sunt eu, un haiduc,Si te rog, iubirea mea, primeste fericirea.Alo, alo, sunt eu Picasso,Ti-am dat beep, si sunt voinic,Dar sa stii nu-ti cer nimic.Vrei sa pleci dar nu ma, nu ma iei,Nu ma, nu ma iei, nu ma, nu ma, nu ma iei.Chipul tau si dragostea din tei,Mi-amintesc de ochii tai. (bis)Te sun, sa-ti spun, ce simt acum,Alo, iubirea mea, sunt eu, fericirea.Alo, alo, sunt iarasi eu, Picasso,Ti-am dat beep, si sunt voinic,Dar sa stii nu-ti cer nimic.Traducción a la mexicana *
Ma-ia-hii Ma-ia-huuMa-ia-hoo Ma-ia-haa
Bueno, hola, soy yo, un partidazoY te ruego, amor mío, que recibas la felicidad.
Bueno, bueno, soy Picasso
Te hice un ring y estoy guapetón,
Pero quiero que sepas que no te pido nada
Quieres irte, pero no, no me llevas contigo,
No me, no me llevas contigo, no me, no me, no me llevas contigo
Tu rostro y el amor bajo el tilo
Me recuerdan tus ojos (bis)
Te llamo para decirte lo que siento ahora,
Bueno, amor mío, soy yo, la felicidad.
Bueno, bueno, soy yo de nuevo, Picasso,
Te hice un ring y estoy guapetón,
Pero quiero que sepas que no te pido nada
*Obvio no sé rumano, pero fue más fácil la traducción del italiano que encontré en la red
viernes, noviembre 12, 2004
Acosadas
lunes, noviembre 08, 2004
Girls & the City
Girls just wanna have fun
A mi amiga le gusta mucho la fiesta. Hay quienes dicen que es toda una guerrera a la hora de aguantar los chupes; no le gusta que digan que toma como hombre pues dentro de su feminismo à la vallium, ese comentario es un golpe al hígado y, si como dicen lo tiene lleno de alcohol, seguro debe doler más.
Cuando comienza la fiesta temprano, regresa a su casa y espera hasta que todos se duerman para llevarse el coche y continuar el reven. Hubo una época -antes de mantener la peor pelea de su vida con el WC- en la que incluso traía el auto preparado con una botella de tequila lista para poner ambiente con la “tapita de la amiga”.
Le dio por visitar mucho el suelo, perdió varios pantalones por las rasgaduras y algunos tacones de más de 10 cm, pero orgullosamente presume los tatuajes que le quedaron en las rodillas. Sus gloriosas “heridas de guerra”.
Le gusta recomponer las canciones para brindar con sentimiento porque así se acuerda mejor y olvida más. Bailar es una de sus grandes pasiones, ha ido descubriendo que para ligar es más efectivo bailar con una amiga que usar un escote coquetón.
Hace tiempo se fue de viaje y los sitios que visitó conocieron su fiesta y temblaron. Se propuso escupir en cada río o mar de las ciudades que visitaba pues dentro de su lógica y fantasía escatológica, algún día sus células se juntarán en un solo lugar y allí es donde quiere ser esparcida cuando ya no esté aquí; después de haber donado todos sus órganos menos el hígado, ésa es su inversión sagrada, me lo confesó una noche de “netas”. Recuerdo haberla visto entrenar en Xochimilco y he de aceptar que su técnica ha ido mejorando.
Cuando tiene novio es la persona más fiel que conozco, hasta me da flojera. Eso sí, cuando está soltera no hay fronteras ni idiomas que le impidan conocer chiquitines y vivir el post-modernismo al máximo.
A veces le da por tener hambre y se le hace buena idea invitarme al baño para contarme cómo piensa solucionar al mundo, empezando por su vida, mientras se acaba todos los chicharrones y las papitas de la señora que cuida y que bien podría narrar todo un libro con las historias de las que se entera en su trabajo (cuando no está dormida).
Con mi amiga hay que tener cuidado porque su nivel de sinceridad va creciendo conforme lo hace la cantidad de fiesta en su cuerpo. Le fluye hasta en la mirada, trayéndole severas complicaciones o recompensas al día siguiente.
Se divierte haciendo llamadas madrugonas a sus ex-novios para decirles cuánto los odia, los extraña, les guarda rencor, los ama y no los puede olvidar. También manda mensajes que al día siguiente revisa riéndose por la falta de coherencia y sentido que los embiste: “¡Esto de los 6 de pinos me está matando!”,”necesito que me ayudes porque mañana tengo una retención renal y no entiendo”, “Sitamor stoy pe pe todo bien, bso”, “¡Buenos días! Ok, ya entendí, por eso lo mejor será que..... me vaya. ¡Adiós!”
Se le hace muy lógico entrar a su casa y hablar con los espejos, si no lo hace, corre el riesgo de sentirse sola y eso no está bien. Cuando llega muy cansada, y con el fin de ahorrar tiempo, va quitándose la ropa hasta llegar a su cuarto, el problema es cuando le da hambre y se le olvida recoger el bra que dejó adentro del horno pues le estorbaba para sacar la comida.
Si llega muy tarde y no avisa, su papá la espera en la cocina con el pretexto de haber ido por agua. En una ocasión se puso a reflexionar sobre lo mal construida que estaba su casa pues las paredes aparte de estar chuecas, se movían mucho; le pareció un buen momento para compartir su inquietud con él, así como el intenso olor a pescado que sólo su mente distorsionada sentía. Su papá la envió a dormir y hasta la fecha sigue burlándose de su hija abrazando las paredes y preguntándole si habían cenado pescado.
Ya se dio cuenta de que siempre es necesario tomar mucha agua y una aspirina antes de dormirse; de que es mejor dormir con una pierna tocando el suelo; de que no es bueno combinar vodka, ron, tequila y cerveza la misma noche; que las “fiestecitas” de colores en caballitos que le regalan los meseros o los tipos que acaba de conocer tiene que aventarlas como Flans cuando cantaba: “tiraré las cubas”; que la tercera botella nunca será buena idea; que tampoco es buena idea entrar con hipo a la casa; que no debe descuidar su bolsa, celular o cigarros porque hay una hora en la noche en la que les da por independizarse; que es mejor aguantar en los tres primeros tragos porque el mito de ir al baño al primero se convierte en realidad y no puede dejar de ir después; que los años le están pesando pues ya no aguanta un fin de semana con fiesta de tres días como hace tres años.
Al día siguiente sabe que el mejor color que debe usar es el azul claro porque disminuye lo rojo de sus ojos inyectados de sueño, alcohol y recuerdos de los que se acuerda poco. Le reza a San Alka-Seltzer para que le quite las agruras y el dolor de cabeza antes de marcarme y preguntarme quién diablos es el tal Ricardo que le ha estado llamando para decirle que ya son novios.
Siempre se propone bajarle a la fiesta pues esa vida la está acabando y me jura que ese día está tan mal que no piensa moverse de su casa, rompiendo la promesa en cuanto le digo que ya está el plan y que al rato paso por ella. Y siempre se hace el propósito de que ese día sí se va a “portar bien”, pero la fiesta termina ganando, porque al fin y al cabo ya es el último tren, ¿no? Malo que a los treinta siguiéramos así...