Siete cosas: sus bromas, su acento, ¿la mirada más bella del hemisferio?, las clases de merengue, su barbita divina, su “bueno listo” y a sus amigos. Ya no soy la Gaviotica y tal vez porque me prohibieron el café, pero hasta las ansias de ser protagonista de telenovela se me ahogaron inundándome de flojera y cocowash el-café-es-malo-y-hace-daño. Así estuvo mejor porque ya entendí que mientras más confianza había, menos habladito de usted, con la falsa tranquilidad de amiguita burlona “del tuteo al manoseo, sólo hay un paseo”. Gracias a él comprendí que el miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento y, que mis ideas de sufridita pensando que la artritis me iba a mandar en clase turista y sin escalas al convento o al mote de mi-tía-la-solterona, eran tontas. Agradezco también que faltó un segundo para empezar a hacer vocecita de niñita de cuatro años, pero ni con su reto de los diez tequilas llegué a clavarme tanto. Aún así extraño sus llamadas de madrugada para decirme que el antro no era tan divertido sin mí; tenía todos los detalles, el background y el físico de mi príncipe azul tan soñado (aunque se empeñen en compararlo con Bobby Pulido, para mí era más como Carlos Vives), pero ni quién entienda a las mujeres, por eso a mí me gustan los hombres y se explica que diez días al mes no nos dejen donar sangre porque de lo contrario pobres enfermos contagiados de sí-pero-no.
Que no es lo mismo dice en el espejo, que te siento lejos, que muero por dentro y escucho en silencio que la lluvia dice que ya te perdí. Extraño sus historias, su programación neuro-motriz “predestinada a jugar playstation toda la vida” y sus motocicletas, hasta extraño que no le gustara hablar de política. Pero eso qué, quién podía juzgarlo si no le interesaba hablar; si su país y él están hasta la coronilla de problemas y graves; igual me consentía y me embobaba -más de lo normal- cuando me contaba, no era ni remotamente morbo, era simple curiosidad, pura gana de conocer otra realidad que de principio me parece fascinante por lo terrible y lo potencialmente cercana que puede ser, que tal vez ya sea. Extraño discutir días enteros la manera correcta de decir las cosas y dar razones tontas para justificar modismos sin sentido. O pasar horas escuchando lo similares y lo diferentes que eran nuestras vidas; era un aclarador de mitos que la tele me ha ido forjando y me fascinaba su propia editorial. Podré seguirme riendo de humor negro toda la vida cuando recuerde la anécdota de su servicio militar, con todo lo impactante que me resultó por lo cruel, porque al fin y al cabo su país sí está en “guerra” y la ternura que me dio saberlo indefenso a los 17, en medio de los militares y el terror que debió haber sentido, pero aún así logró transformarla en una historia graciosa que sacará sonrisas mentales siempre que le dé para atrás al cassette, como decía él, al final no fue tan grave porque no tuvo que hacerlo completo: por su salud o falta de ella, su admisión en la Universidad de los Andes y las palancas de su papá.
O como cuando me contaba de su época de niño, de downtown boy viviendo en su finca alejada de la civilización que sólo le llegaba con viajes, tele y películas de Hollywood en las que el enemigo era el narco. Irónicamente fue la propia mercadotecnia importada de Los Ángeles la que hacía a la mafia más poderosa y evidente, pero existía. Como existió el castillito alemán del siglo XVII en plena selva colombiana: la casa de campo de uno de los meros meros franqueadores (bueno, dealer clasemediero, decía él); con sus armaduras, el zoológico, el puente y el calabozo con osamentas de animales; el príncipe y el dragón me los prometió para otra historia que ya no me va a contar porque no lo dejé, porque no quise ser la princesa encantada que lo amará por siempre desesperadamente, eternamente bella-bella y en plena noche de la iguana no hice el hechizo de gitana, ¡chin, ni modo!, ni nos di tiempo porque sigo creyendo que fue lo mejor, aunque duela un poquito saber que el mito del sexto sentido femenino es cierto. ¡Ah! Pero qué ganas de atormentarme al extrañar hasta sus burlas, cuando me hacía bromas es-que-ya-sientes-que-te-está-dejando-el-tren, o cuando estaba bajando un ring tone especial para mí y me preguntó que cuál quería. El de RBD, por supuesto. No, es una página gringa, no creo que salga, además son ring tones chistosos y un poco más masculinos. ¡P... vida! Lo peor es que sí está y con todo lo que odiaba la musiquita tuvo que fletársela casi tres meses y hasta llegar a decir que le empezaba a gustar la canción porque el reflejo condicionado de los perros de Pavlov se confirmaba, recordándole que después de esa tonada le tocaba escuchar alguna estupidez mía. O con su no-te-me-pongas-bravita,-mamita que me hacía reír tanto, o los avionazos ah-sí-espéreme,-ahora-la-despacho,-me-hace-el-favor.
Que me arrepiento de ser aguafiesta todos estos meses que viví contigo, que me perdones si no me di cuenta que fui tu dueña y quiero ser tu amiga. Lo intenté, no pude y él sí se dio cuenta; pésimo timing para mi príncipe azul o el Sebastián de la Gaviotica tan soñado, tanto esperarlo para que llegara en el peor momento, por higiene mental he de afirmarme: no era él, no era él. Así está mejor y mejor lo sigo repitiendo antes de que crea que mi vida es aburrida y vuelva a tejer más líos en la cabeza para sentirme ranchera mexicana: si quisiera, sólo necesitaría una llamada para volverlo a tener aquí y ahorita ¡cómo no!, dice Lucía tronando los dedos à la te-vas-porque-yo-quiero-que-te-vayas,-a-la-hora-que-yo-quiera-te-detengo 044551316... y Ana la regaña colgando abruptamente el teléfono, ¿¿¡¡qué haces, estás tonta!!?? Si es que de veras, hasta Lulú Marina se ríe de ellas. Bendito San Blogspot que me ha ahorrado millones de pesos más tax en consultas psiquiátricas a través de la terapia hagamos-catarsis-y-saquemos-traumas-al-ciberespacio (no cabe duda de que los blogs son los psicólogos de la tercera generación). Y sí, no estoy tan loca como muchos podrían pensar, hay demasiada razón -más de la que me gustaría- en mi decisión de no luchar por él o de no habernos dado una oportunidad, mucha, mucha.
Así es este negocio y pues estaba de ilegal, pero ahora es un hecho: nuevamente presento mis credenciales a la soltería a través de la nota rosa porque pese a todos los pronósticos, ya medio me andaba volviendo a hacer fiel yéndome con el Dark Side y tuvo que venir God-bless-Mother-Nature-she’s-a-single-woman-too a recordarme mis dudas existenciales ¿etsixe on roma le, etsixe on roma le?“Gaviota que ve a lo lejos vuela muy alto; gaviota que emprende vuelo no se detiene. No te detengas triste gaviota sigue tu canto; sigue tu canto, tal vez mañana cambie tu suerte. Es su destino que un mal amor vista su alma de negro duelo. Ingrato amor, rompió sus alas; ingrato amor, manchó sus sueños.” MRdF
3 comentarios:
Hola! yo creo q por eso me gusta tu blog eres muy parecida a mi, ademas creo q te entiendo perfectamente aunque mi historia es diferente y respondiendo a tus dudas creo q si existe porque alguna vez lo tuve...sin embargo ahora q llevo un rato careciendo de eso a veces tambien lo dudo porque q he tenido muy mala suerte pero se q debe existir algun momento en el que a cada quien le llega asi q mientras bienvenida a la solteria aprovechala!
Big Fan!
El Fan Club Oficial de la preciosa Lulu Marina celebra enormemente la excelente noticia del retorno de su reina a la vida en libertad y declara este día como asueto y feriado internacinoal para todos sus miembros! Felicidades Lulu! Bienvenida! WEL-COME LULU!
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Fan Club
¡Salúd!
Sí, yo sé... el amor existe y blablablá. De hecho mis quejas son como para decir algo porque también lo he conocido y soy una cursi convencida y no una escéptica dolida. Y sí, disfrutemos la soltería que es poquitito tiempo (aquí sí siento que se me va el tren) :S
Fan Club: Siempre estuve soltera, simplemente andaba medio comprometiéndome a lo tonto,pero ya pasó...
;)
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