lunes, febrero 27, 2006

El luchador

Lucharán a dos de tres caídas, sin límite de tiempo...

No quisiera ni acordarme de cómo lo conocí. Al luchador le pusieron así mis cuates, aunque su apodo no tiene nada que ver con el deporte, de hecho viene por su apellido, mismo que comparte con uno de los luchadores más conocidos y, obvio, con su papá, un súper intelectualísimo. No quisiera ni acordarme de cómo lo conocí, pero me acuerdo y si no fuera tan cínica estaría enterrada ocho billones de metros bajo tierra de la vergüenza, a estas alturas esas cosas sólo me dan risa, y lo que es peor: a él también.
El siglo cumplía más de 700 días en vigor y yo sollozaba menos de 700 días de despecho; había salido con unos amigos a mesonear a Coyoacán y después de dos jarras de cerveza-vino era un milagro que pudiera sostenerme. Así de dolida como estaba, recibí la llamada de auxilio de la Flags “cáele, es la despedida de Fulanito y hacen falta chelas y hielos”; si ahora es difícil que me digan fiesta y la piense, en esa época era imposible, así que nos armamos y caímos. Yo literalmente lo hubiera hecho si el Luchador no se hubiera puesto en mi camino. Desde entonces medio sobrellevamos una historia con un timing desastroso: entre mis reciclajes de novio, sus andanzas por las féminas y las transferencias internacionales no damos una, pero la constante es que cada que yo ando solterilla y él anda en estas tierras nos vemos.
Ahora resulta que el tipo ya es todo un maestro en periodismo y su chamba de free lance podría ser la envidia de todo pambolero ya que lo mandan cubrir los partidos del Madrid y hace reportajillos chilango’s y el estrello. Nada mal, de hecho aumentó como ocho puntos de secsapil y es que no hay algo más sepsi que una buena conversación con alguien medianamente interesante, disculparame Dick Watson. Total que el señor aprovechó las “navidades” pa’l reven tequilero. A mí me da no sé qué saber que cada que viene me llama... por un lado sería absurdo negar la subida de ego, pero es que mi situación últimamente ha andado medio complicada y más testosterona sólo me complica los estrógenos y me distrae de encontrar el objetivo de mi vida (...que en principio sería buena idea definirlo)
En esta ocasión las cosas se pusieron más serias, antes sólo salíamos y el choro supongo que se lo guardaría para sus novias, a saber, por eso me sorprendió el verbazo y no sólo porque se dedicó a tumbar ídolos (por favor, díganme que la voz de Leono-oooo no es la de Brozo; ahora cómo le hago para vivir sabiendo que uno de mis primeros crushes en la vida tiene alguito que ver con Víctor Trujillo...) sino que también se dedicó a tumbar mi inocencia. Tal vez el problema fue que me puso en el escenario un diez que no merezco y me hizo entender que este relajito que me dio por armar no es lo que quiero; que ya estuvo bueno que por tratar de sentirme bien, namás ando regalando ilusiones aunque en mi español el decir que no quiero tener novio signifique justo eso; que esta fama infame de rompecorazones (empezando por el mío) es pura mariconería que por proteger hace más daño; que no tengo porqué protegerme, como si no tuviera los complejos suficientes para aumentarme ahora el de escudo. Lo más chistoso es que él ni se dio cuenta, tan tranquilito llegó y se fue mientras a mí sin querer me hizo entender(me), como también se volvió a cruzar en mi camino y de nuevo me detuvo cuando otra vez me estaba cayendo; la diferencia es que en esta ocasión no me va a dar cruda porque ya llevo un rato sin tomar tinto y ya no quiero que me dé miedo...

domingo, febrero 26, 2006

Reloj biológico

Epidemia, catástrofe natural, involución acordada y fanatismo generacional. Eso es lo que está pasando, a mí ya no me engañan. De pronto mis amigas rudas, rudas, las que no salían de los antros y les gustaba el brindis y la fiesta, empiezan a derretirse con las carriolas y las mini-personitas que traen adentro; y es engañoso porque a cualquiera se le cae la baba con las sonrisitas de amenaza de los bebitos, si lo sabré yo que me he rendido a sus encantos y me he sorprendido al detener mi camino para preguntarle a la mamá el nombre del chamaco y hasta cargarlo. Pero hay que tener cuidado, porque luego una se enamora tontamente y ahí va a casarse, así que cuando menos se da cuenta termina engendrando y entonces sí, nada de rudeza, nada de antros, ni de brindis, ni de fiesta; pura nausea, pañales, mini-ropitas y corredera tras el escuincle a ver que no se mate.
No me da miedo, no es la primera vez que una amiga sorprende con lo del chamaco en camino, de hecho tengo tres sobrinos preciosos y eso sin contar a los hijos de mis primos. Que no se me malentienda, de verdad me caen muy bien los bebitos, soy fan de su energía y sus chistoretes, incluso me reí cuando el pequeño Ro me preguntó -exclusivamente a mí, no a Sis ni a amiguita Femsa que estaban al lado de su mamá, sólo a mí- que por qué no tenía hijos. Ay mi amor, cómo te explico que ni a novio llego, corazón... El problema radica en que ya no son ¿domingos sietes?, ahora los chavitos que vienen están relativamente planeados y eso asusta; y paniquea visualizar a la Cuchis maternal, a Chio-San imaginando los nombres de su descendencia, o a la Truza queriendo dejar de fumar porque después se afecta el peso y yo no sé qué. Para salir corriendo de la realidad.
Pero hay veces en las que no se puede nadar contra corriente y yo sé que la rara soy yo, que a mi edad y el guacamole; por eso ya ni me enojé cuando fui a comprar el regalo y la vendedora no encontró título para mí diferente al de señora, ni mis jeans presumiendo fodonguez la hicieron cambiar de opinión: señora aquí, señora allá. Por mucho que me esforcé en sumir la panza con el mayor empeño de la historia y en reafirmar que no, le juro que no es para mí, es un regalo para blabla... Ni pudo cambiarla mi ignorancia elevada a la octava potencia cada que le preguntaba el precio de ese ¿columpio?, no, señora, ésa es una sillita para comer, ah, ok, y entonces ¿para qué me dijo que servía esto?, ah, pues ésa es una bañerita, señora. Nomás no nos entendimos, pero igual me presenté al Baby Shower con el regalito y yo que iba toda espantada al evento, salí feliz con las mimosas ingeridas, los recuerdos de los juegos que nuestro equipo ganó al más puro estilo 100 mexicanos dijeron y con la satisfacción que da ver la emoción de los casi papás y la pancita de verdad con todo y la forma del bebé que me hizo perder la apuesta porque yo juraba que era niña: los hombres siempre haciéndome quedar mal, ni hablar...
Igual me da no sé qué saber que el complejo de Peter Pan se me tiene que despegar, pero mientras me enojo, ¿qué pasa con esta pasividad ante los relojes biológicos que nos roban el egoísmo?

miércoles, febrero 22, 2006

Lo que ellas quieren

When you think we're lost we're exploring; what you think is worthless I'm adoring. You don’t want the truth: truth is boring. Era de madrugada cuando quedamos de vernos; salimos mucho tiempo después porque de plano no cabíamos en la camioneta y tuvimos que sacar al pequeño ingeniero que tenemos adentro para aconsejarnos el acomodo óptimo y terminar rebosando entre maletas, sleepings, refrescos, botellas y víveres. I got this fever need to leave the house, leave the car, leave the bad men where they are, I leave a few shells in my gun. “Un fin de semana sin hombres” era el eslogan del viaje y tal vez por eso los estrógenos se nos salían por los ojos cuando el pobre vaquerito tuvo a bien relucir en el paisaje campirano al lado del lago, y sí, como buena predicción tal vez fue el último espécimen que vimos en nuestro claustro de lago y montaña. Stop me staring at the sun!
Las cabañas eran como un sueño hecho realidad en medio de un paisaje de cuento de hadas. El Ladie’s Night no se cansaba de repetir “esto es vida” a cada brindis, y como la vista no cambiaba y nos hacía sentir princesitas, seguíamos brindando cada que decíamos que aquello era la vida que nos merecíamos, cosa que explica el temprano final de la fiesta del primer día: el ritual había dado inicio antes de la una de la tarde. Yo había sido la más remilgosa porque quién va a encender el asador; qué va a pasar cuando nos encontremos algún bichito de esos de insecticida; ¡maldición!, no traemos saca-corchos; cómo vamos a encender una fogata; quién va a remar; zafo manejar en carretera... Puf, todo un higadito, me confieso, y más porque me creí los clichés, pero las chicas superpoderosas me dieron una cachetada con guante blanco y me enseñaron que a los hombres no se les necesita, nomás se les quiere, je, je. “Un pequeño lujo, pero creo que lo valgo”, algo así.
Voy a curarte el alma en duelo; voy a dejarte como nuevo. Y todo va a pasar, pronto verás el sol brillar. Tú más que nadie mereces ser feliz. Nicorette manejó como las grandes; Karlita mató al bicho horroroso que invadió mi privacidad en el baño (y no insistan, no era una hormiga, era algo con más de milnovecientoscuarentaydos pies); y mientras la embajadora y yo buscábamos las cervezas-hielos en el pueblo más cercano (y esperábamos diplomáticamente a que las vacas nos dejaran pasar por la ¿carretera?), las chicas tenían listo el asador y mi sorpresa de no poder creer que ellas solitas, wow; yo insistía, no vamos a poder con la fogata, eso es de girl scouts y que yo sepa ninguna, pero estas niñas de sorpresa en sorpresa, incluso encendieron la chimenea de la cabaña, todas campiranas. Ya vas a ver cómo van sanando poco a poco tus heridas. Eso sí, ni se crean que yo me quedé atrás: hice el postre de la sandía (por mi culpa, por mi culpa), ayudé a leer las tablas de moisés, es más, se me recuerda por haber sido la única criptógrafa que entendió el mensaje días antes, y... casi me acabo la botella de tequila, y tal vez por eso mi lucidez terminó en su antónimo y me llevé el premio a la obviedad 2006. Ya vas a ver cómo va la misma vida a decantar la sal que sobra del mar.

Lo que pasó, pasó, entre tú y yo. Lo que nos quedó claro es que nunca es bueno jugar yo nunca-nunca antes de la media noche, como de Gremlins porque eso hizo que para las seis de la tarde ya tuviéramos perdidos a dos elementos y a mí me dio por hacerla de vocero, con un entendimiento casi, casi de tercer ojo. Es una asesina, ella conlleva la medicina engañadora que te envuelve y te domina. Todas se preguntaban qué había querido decir la Manzana cuando alguien le había prohibido irse a caminar por el bosque debido a la oscuridad, que se esperara y luego la acompañábamos, pero yo fui quien le entendió clarito y su comentario no pudo haber sido más lógico para mi nivel de naufragio neuronal: no, Manzanita tiene razón, es mejor que vaya de una vez porque ya hoy no va a amanecer hasta mañana. Una abusadora. Obviedad número uno. Ella como sabe te devora y si no tienes experiencia te enamora.

No recuerdo si sí caminó; es más, no recuerdo cómo las que medio sobrevivimos nos instalamos alrededor de la fogata. De lo que sí me acuerdo es de las historias de terror frente al lago Zirahuén que namás nos dejaron pensativas y sin un gramo de susto, por eso tuve que desquitarme con Chío-San gritando en medio de la noche para asustarla, y créanme, lo logré varias veces y sigo riendo.

Feel the love Generation. El día siguiente me sorprendió con agua helada-que-viva-el-campo y con una aseveración más a la diferencia de género. He viajado exclusivamente tanto con hombres como con mujeres, la diferencia es palpable simplemente en el desayuno: corn flakes con bacacho vs juguito, huevos, frijolitos, café, yogurt (el FUNAR es casi como viajar con hombres así que no cuenta). Después de un desayuno así de kilométrico, las energías estaban al tope cuando bajamos del cerro al lago y nos trepamos en las lanchas. Súper atléticas remamos y remamos, todas nos peleábamos por tener el timón, nuestra condición física rayaba en el olimpismo y para no hacer quedar mal a los tres patos que teníamos de espectadores, nos dejamos llevar por la corriente que increíblemente nos llevó a buen puerto después de un paseo mitad relajación zen y mitad stress post-traumático (¡la lancha se está desinflando! Sepárenlas, nos hundimos)

Después de un día de somos los exploradores y venimos a cortar las flores, la cabaña nos supo a gloria y las evidencias continuaron con mi aseveración de que Timor era Timor (en el fondo mi comentario no era tan tonto como parecía, sólo por la injerencia de la botella Azul que tenía al lado se me quitó mérito, pero créanme que lo que quise decir es que Timor significa Este y en realidad se llama Timor-Timor porque es el Este del Este y no hay ni albur y sí, ya sé, calladita...), hasta la fecha se burlan de mí, como la Manzaniurka “a menos de que Timor deje de ser Timor, yo sí voy al desayuno de ex-alumnos”. ¡Aaaaaarggggggh! Moraleja, nunca traten de ser culturosos entre internacionalistas, no deja nada bueno... Por eso mejor, como diría Irera, nos pusimos a jugar nuestro vengativo y hostil -pero eso sí, muuuuy diplomático- juego de UNO, “con todo respeto... te c#!%$@s y COME CUATRO”, “uy, perdón, no es nada personal, pero SALTO”. Mi dulce niña, na, na, na, tú me fascinas. Y con tanta hostilidad secuestramos a la embajadora porque teníamos que afinar los últimos detalles del aquelarre y la sorpresa fue como de película gringa, tan cursi que casi lloramos entre el círculo de luces de bengala en medio de la oscuridad, la lectura del Decaladie's (malditas drogas) y la entrega de recuerdos oficiales que se van en valija diplomática directito a Sudáfrica.

Se cansó de esperar acostada en la cama, yo llegué muy tarde, ya ella dormía, otra vez que se queda con ganas, otra vez que le amargo la vida. De esa noche sólo me puedo quejar por haberme sentido novia de pueblo, no se vale que la dejen a una como alcohólica bebiendo sola y que se les acabe la pila así nomás. Ella necesita que duerma en su cama, que cene en su mesa, que sueñe en su almoada. Sí, yo entiendo que ya eran las 5, pero si nos teníamos que despertar a las 7 ya pa’ qué dormir, ¿no? Ella necesita que suba en su cuerpo, me mueva y la bese, se muere de ganas. Por eso se entiende la histeria colectiva en la parte trasera de la camioneta (atrás se siente más, decía Irera como tratando de controlar los kilómetros por hora de la conductora estrella), y se entiende también que a mí cada vez se me confunda más con un varoncito, esperando desesperadamente a que las mujeres terminaran de ver todas las tiendas de Pátzcuaro y sólo compraran... ¿al final qué compraron? Se cansó de esperar recostada en la cama... ¡Mujeres! O con mi cara de asco cada que el teléfono sonaba y hola corazón, (iiiii-uuu), epidemia de cursilería porque casi todas comprometidas con el amor, ¡que Dios nos ampare! Así que quedamos tablas, ellas rudas rudas pa'l fuego y sus menesteres y yo bien machín haciéndole fuchi a la voz de niña de cinco años con la que respondían estas lurias cada que sus corazones les hablaban, y al final sí es cierto, a los hombres no hay que necesitarlos, como no hay que necesitar un lujo y a veces es bueno gritarles, como le gritamos a Moi, el único macho que nos visitó para desprestigiar al sexo porque qué falta de educación canina eso de marcar el territorio en la plantita al lado del asador...

domingo, febrero 19, 2006

Lucía Sinfónica

“Uno se cree que las mató el tiempo y la ausencia, pero su tren vendió boletos de ida y vuelta: son aquellas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas, en un rincón, en un papel o en un cajón. Como un ladrón te acechan detrás de la puerta. Te tienen tan a su merced como hojas muertas que el viento arrastra allá o aquí, que te sonríen tristes y nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve.”
La mami y tía se enloquecen con él. Son fans desde el ’68, cuando antes de ser tan conocido venía a estaciones de televisión que nadie veía y a conciertos a los que pocos asistían. Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar; pasar haciendo camino, camino sobre la mar. La primera vez que lo escucharon fue en vivo, porque las invitaron tras bambalinas a un programa, y las cuatro mujeres de la casa salieron fascinadas: mis abuelas diciendo que para ser catalán ese muchacho era muy inteligente y simpático, y tía y mami enloquecidas por su físico y las letras de sus canciones. Hace algún tiempo en ese lugar donde los bosques se visten de espinos, se oyó la voz de un poeta gritar: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Dos años después, cuando él ya era un junta-multitudes y la mami una chica-ibero, una tarea los unió nuevamente. Murió el poeta lejos del hogar, le cubre el polvo de un país vecino; al alejarse le vieron llorar: caminante no hay camino, se hace camino al andar. La misión para pasar la materia era entrevistar a alguna personalidad, al equipo de la mami se le hizo fácil colarse en el hotel donde el cantautor lucía sus primeros años de diva; tal vez por lástima les concedió la plática cuando los de seguridad estaban a punto de echarlos. Cuando el jilguero no puede cantar, cuando el poeta es un peregrino, cuando de nada nos sirve rezar: caminante no hay camino, se hace camino al andar. Gracias a eso ella siempre lo recuerda tomando whiskey, fumando y siempre muy divertido. Por eso este concierto sí estaba planeadísimo con días que contaban meses de anticipación. Golpe a golpe, verso a verso; golpe a golpe, verso a verso...
Era la primera vez que yo lo escuchaba en vivo, y por si fuera poco, acompañado de la Sinfónica Nacional, no quiero ni contarles lo que es escuchar Mediterráneo o Carrusel con Orquesta, a punto estuve de infligirme una depilación de la emoción. Serrat es grande entre los grandes y supongo que por eso se rió cuando la mujer de atrás a la izquierda le gritó, “¡hazme un hijo!”. Y pude palpar porqué es que el tipo se ha convertido en un clásico que sobrepasa la inteligencia de sus poemas ya que bien pudo haber sido comediante si no hubiera tenido el don de la composición. He de aceptarlo, me reí sin elegancia y a carcajadas cuando describió a ese señor bajito, rellenito, bigotudo y de mala leche que terminó exiliándolo; cuando explicó la historia del tiempo en que compuso “Tengo veinte años” y porqué ahora tiene que cantar hace veinte años que digo que hace veinte años tengo veinte años; cuando encendieron las luces del recinto para agradecerle al público y su cara de susto “vaya, esto es lo que yo llamo llevar las consecuencias del pecado original al extremo”.
Crucé por la niñez imitando a mi hermano, descerrajando el viento y apedreando al sol; mi madre crió canas pespunteando pijamas, mi padre se hizo viejo sin mirarse al espejo, y mi hermano se fue de casa, por primera vez. Y no puedo más que respetar a un ser humano que es capaz de tomar lo vulgar de la vida y hacer poesía de ello, o de cosas trilladas y básicas como el amor. Y entre cuatro paredes y un techo se reventó contra su pecho pena tras pena; tuve entre mis manos el universo e hicimos del pasado un verso perdido dentro de un poema. No puedo más que admirar a quien me pone a pensar (hasta mis detractores aplauden por eso) con cada estrofa en un nuevo significado al paso del tiempo. Mírame, soy tu amor, regresé. Le sonrió con los ojos llenitos de ayer, no era así su cara ni su piel: tú no eres quien yo espero. Y se quedó con su bolso de piel marrón y sus zapatitos de tacón sentada en la estación.
Pero yo tengo mi favorita entre las favoritas, y es que una de las canciones que están en el top 3 de mi vida es suya y mía por haberle puesto mi nombre, meritito negocio de ego y debilidad. Por eso cuando se estaba despidiendo y el gentío gritaba que cantara “La Fiesta”, yo mentalmente rogaba por mi propia petición, dicen que la fe mueve montañas y lo creo porque tantas ganas tenía de escuchar en vivo la canción que parecería que sólo escuchó mi plegaria interna por encima de los gritos de las otras 9,999 almitas que llenaban el lugar. ¡Gracias Serrat!
P.D: Yo pido sin el hijo (je, je)

Vuela esta canción para ti, Lucía: la más bella historia de amor que tuve y tendré, es una canción que se lleva el viento pintada en mi voz, a ninguna parte, a ningún buzón.
No hay nada más bello que lo que nunca he tenido, nada más amado que lo que perdí; perdóname si hoy busco en la arena, esa luna llena que arañaba el mar.
Si alguna vez fui un ave de paso, lo olvidé para anidar en tus brazos; si alguna vez fui bello y fui bueno fue enredado en tu cuello y en tus senos; si alguna vez fui sabio en amores, lo aprendí de tus labios cantores; si alguna vez amé, si algún día después de amar amé, fue por tu amor, Lucía.
Tus recuerdos son cada día más dulces, el olvido sólo se llevó la mitad, y tu sombra aún se acuesta en mi cama con la oscuridad, entre mi almohada y mi soledad.

jueves, febrero 16, 2006

Fan de acampada

¡¡¡Un, dos, tres....CATORCE!!!
Argumentos van del apoyo al rechazo, yo me cansé de luchar por una fecha que no me significa nada, pero cómo le hago para decirle no a la mami cuando me pide que la acompañe a comprarle un pastel al papá y a éste cuando me pide que le compre en su nombre algo lindo a ella. Más que aceptación ya tengo un nivel de resignación absoluto ante la celebración. Pero hay solteros amateurs a quienes todavía les duele en el recuerdo el Día del Amor y la Amistad y por eso se trasladó el martes de cine en casa a las chelas del Pata. The heart is a bloom, shoots up through the stony ground. There's no room, no space to rent in this town.
Mi humor andaba disparejo por culpa de esta gente que cree que las batallas perdidas se ganan con chocolates. Me da no sé qué el hecho de pensar que mi español no les queda claro, incluso apliqué el último recurso aconsejado por Chio-San, pero mi credibilidad fue mínima, “ya neta, neta no me busques: tengo sida”, no sé porqué ninguno me creyó, hubo quienes se rieron, aún así era como para que hubieran captado el mensaje. Igual no sé qué sentir ni de ellos ni de mí, sólo me figuro que la mercadotecnia les habrá puesto en el camino mi recuerdo para felicitarme: me llamas porque somos buenos amigos, ¿verdad?, afirmaba yo tajante; nada de amores, nada de color rojo ni en los granitos de la cara, aunque amiguitos argumenten que se vistieron en ese tono como huelga ante el día a-já. The traffic is stuck and you're not moving anywhere. Un día como cualquier otro, si acaso algunos tenemos el privilegio de festejar al soltero profesional, aquel que como yo mera no se deja sonsacar por el chantaje de saber que de sus 25 años de vida artística, sólo dos los ha pasado con novio y créanme, los recuerdos de celebración tienden a cero. Si es el día de San Valentín que lo festejen a él, a mí que ni me metan...
Pero las obsesiones que empiezan a dar sustos del tamaño del miedo y tienen tintes de película gringa de terror, se encargaron de hacerme aventar mi buen humor ante el empalago porque tipo no sólo habló para felicitar, sino que invitó. ¿U2? No soy tan, tan fanática de acampar, pero U2 es U2. El dilema llegó a amiguitos que me hicieron comprender el sentido del día: un buen soltero profesional posee un gran arsenal de amigos. You thought you'd found a friend to take you out of this place; someone you could lend a hand in return for grace. Por eso vi la luz al final del túnel cuando Kiddo se desesperó: “¿todo tu lío es porque no le quieres dar alas al tipo si vas con él al concierto? Ps ven conmigo”. Y yo que lloraba por haber perdido la oportunidad de ir al Azteca debido al empalme con mis propósitos de año nuevo, ahora iba a ir con uno de mis mejores amiguísimos y hasta en palco. Hay cosas buenas en la vida y eso. It's a beautiful day, the sky falls and you feel like it's a beautiful day. Don't let it get away...
Así tuve menos de un día para preparativos y mentalización. ¿Qué sushi prefieres? Y las botellas y el California (no puedo creer que ya me guste el sushi) pasaron VIP junto con nosotros al palco del tío de la novia del amigo de mi amigo. El tráfico vehicular y social que se producía en el Coloso de Santa Úrsula (chale) era palpable y nosotros nos instalamos cuando los teloneros iban terminando, así que tuvimos tiempo de pre-copear y empacarle al ambiente desde el centro del segundo piso, y yo perdí el miedo del mito de que si vas al baño después de la primera cerveza tienes que ir cada dos segundos, total, teníamos baño privado para los 15 que éramos dentro del palco (¿así o más Pirrurris?)... Y de pronto todos mis pensamientos se evaporaron cuando Bono y sus secuaces se los apropiaron. The more you see the less you know; the less you find out as you go. I knew much more then than I do now. Y aquello comenzó más que bien y you look so beautiful tonight in the city of blinding lights. A mí me derritieron a la siguiente con el saludo Hello, Hello, ¡Hola! I'm at a place called vertigo (¿Dónde está?) It's everything I wish I didn't know except you give me something I can feel... Y las imágenes de la pantalla nos embobaban mientras la canción salía del clóset desde algún extraño recoveco de la memoria porque así es U2, hasta la mami que minimizaba a la banda, después de jugar esta-noche-se-improvisa, aceptó que conocía más canciones del grupo de las que creía conocer.
Yo de plano me rendí por completo al efecto general de pachequiza sin mota. High, higher than the sun, you shoot me from a gun. I need you to elevate me here. You make me feel like I can fly so high, elevation! Como general fue que todos coreáramos á la Harmon Hall: It's allright, it's allright, it's allright. She moves in mysterious ways... Aunque claro, el inglés gregario era superior al español de Bono con su “gente caliente” y sus “mamacitas”, que ahora sí namás porque híjole de verdad, eh. Luego se reivindicó con sus Muchas gracias Mecsicó. Y pasaditas unas rolas la palmadita en la espalda: México, son un país del futuro (ps sí, ya lo pasado, pasado, y el presente ni se siente), aún así fue un buen pronóstico y se agradece casi como I have scaled these city walls (these city walls) only to be with you. But I still haven't found what I'm looking for (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia).
La pantalla mezclaba conceptos y formó la palabra “coexistan” con los símbolos de la media luna árabe, la estrella judía y la cruz cristiana en un intento de optimismo que desde el pesimismo del realismo se agradece. Sunday Bloody Sunday fue el previo a Miss Sarajevo y hasta hoy sigo sin superar los minutos de intensidad que me producen esas canciones, por mucho mis favoritas. Las sentí con mi propio egoísmo bobito porque me fui cinco años atrás, al domingo en el que por primera vez salí de la burbujita, el día que no me dejó dormir por la noche y retó las prohibiciones mientras fumaba en mi cuarto a través de la ventana y entre las lágrimas de cocodrilo; de la primera vez que sentí el dolor por una pérdida inminente y mentalicé esa canción reclamándome por estar sufriendo ni que estuviera en medio de una guerra o del hambre o del verdadero sufrimiento asimétrico. We eat and drink while tomorrow they die. Y no sé si fue Bono quien lo dijo, pero podría ser una frase suya, no es falta de recursos sino exceso de apatía.
El concierto llegaba a su mejor época y es que con más de 70,000 almitas coreando e iluminando el recinto como un cachito de cielo, a mí lo cursi se me salía en lagrimitas de qué oso en medio de la Declaración de los Derechos Humanos. One man come in the name of love. One man come and go... In the name of love. What more in the name of love... Y en el conteo general parece que todos sentimos lo mismo, tal vez por eso fue tan intenso, como el mensaje del tarado del Aparecido que a mitad del concierto me hizo reír con su “no manches, se me encueró el chino... digo se me enchinó el cuero”. Y de mensajes... era uno tras otro, Bono trató de decir algo así como que no puedes cambiar el mundo, yo no puedo hacerlo, The Edge no puede hacerlo, ustedes no pueden hacerlo, ellos no pueden hacerlo, pero sí podemos hacerlo si todos como UNO decimos: We're one, but we're not the same. We get to carry each other, carry each other.
Hasta que también he de aceptar que me sentí un poco aturdida, no tengo nada en contra de “The secret is yourself, the secret is your pain”, ni de poner imágenes en collage, pero mi subconsciente luchaba por apoderarse de mi consciente y hubo una mezcolanza medio rara de vivas a Frida Kahlo y aBUSHeos a Fox et al que se me esquivaron un momento por ponerle atención a los mensajes que me llegaban desde preferente (¡pobre! jeje), que consiguieron colmarme el buzón cuando las redes se desbloquearon, y me puso cara de guarro de Zedillo que haya escogido esa canción, porque es un clásico y no se vale. Aunque algo habrá visto de cierto porque she's got me with nothing to win and nothing left to lose... Perdón por tardar tanto, dijo Bono. Y al final entre todos nos preguntamos qué parte fue la mejor del concierto, yo tengo la mía, pero tendrán que matarme para contarles, al menos U2 puede dormir tranquilo porque hoy cuentan con una nueva fanática, aunque claro, lo de acampar y hacer horas para verlos lo dejamos para otra vida... Triste, pero cierto: lo del 14 de febrero no me lo venden, pero qué bien compre lo de esta banda. Hay que ver...

martes, febrero 14, 2006

Aclaración

Urgente: Ya vi que de tantos traumas que tengo los he confundido terriblemente y es que no, el post anterior era meritita política ficción. No estoy saliendo con ningún Roberto, con ningún Felipe, no hay Patricias en mi cuenta y lo de Andrés es mera coincidencia... Todo fue malviaje del Antiguo Testamento con tintes de decisión 2006.

¡No sufro! ¡No me angustia que sea 14 de febrero! Quienes ven la fecha como maldición es porque padecen soltería amateur; yo lo celebro como el día de la soltería profesional... Aunque he de aceptar que sí me molesta un poco que los tipos me presuman de sus noviazgos tan padrísimos y tengan el descaro de felicitarme (y me irrita por sus chicas, ya ni por mí), o de acordarse de mi personita justo hoy para hablarme e invitarme al concierto de U2 cuando les juro que lucho entre mis propósitos y las tentaciones... ¡HOMBRES! De verdad que quién dijo que las mujeres somos difíciles de entender.

Ni con San Valentín de cabeza...

...¿o era San Antonio?

La gente dice que a fuerzas tengo que andar con alguno y que ya es hora de que me comprometa y que blabla. Que no puedo seguir con esta onda de coqueteos y alitas de pollo, pero es que la verdad con ninguno he podido hacer clic y ni medio de ellos me convence. Amiguitos fans de Roberto le echan porras y argumentan que no sea tonta, que no manche qué carrazo tiene y todo el varo de su familia, que aparte él sí sabe cómo tratar a las mujeres; a ¿su favor? hay que ser justos y aceptar que sí anduvo un ratotote con su ex, vaya usted a saber lo que aquello signifique, en lo personal la longevidad de amores no me parece una cualidad que se vaya a vender bien en mi negocio, todavía no sé en qué estante podría ir, pero sí creo que en mis preferencias sentimentales es el más cercano al tercer strike...
Cuando conocí a Andrés me cayó re-mal, pero lo que se dice mal, mal, mal. Creo que hasta llegué a sentir repulsión hacia él. He de aceptar que ya no existe una animadversión tan irracional, aunque todavía no me cae bien; simplemente me di el beneficio de la duda al tratar de razonar mi comportamiento visceral. El resultado es triste: químicamente ya no me cae mal, pero sus choros me desesperan (y miren que soy fan del rollo), siento como si se hubiera quedado estancado en un amor de los años sesentas y he notado cómo algunos de sus comportamientos descalifican totalmente sus dichos. Me preocupa que les guste a todas las chavitas, igual por la inocencia y todos estos sueños de aquellas que aún creen en los cuentos de hadas y los príncipes azules, ¡ay, pobres! Es horrible, pero he de confesar que me he soñado con él a futuro y un dejo de temor por una posible violencia intra-familiar no me deja respirar bien, a veces me da miedo, tal vez la inocente en ese sentido sea yo, pero cada que trato de discutir lo que no me parece, se muestra bastante intolerante.
Felipe. ¡Ay, Felipe! He de confesar que al principio él sí me gustaba. Ahora estoy tan desilusionada que le echo la culpa al timing, cuando lo conocí estaba saliendo con un imbécil, y claro, de bruta como soy fui a rendirme al primer muchachito que dijo mi reina y heme aquí. Ahora no sé ni qué pensar de él, se me hace tan ñoño que a veces hasta pienso que les gana en conservadurismo a mis tantos años invertidos en escuelas de monjas y ya mejor hago bizco en vez de corajes. Es que es ñoño, ñoño, y a veces medio incongruente. Lo peor es que hay detallitos que me recuerdan tanto a mi ex, y no es que reniegue de mi pasado así como así, ni que lo compare con una relación sacada del mismísimo infierno, pero yo ya no quiero tropezar de nuevo y con la misma piedra, o como sea. Hay algo que va más allá de su pertenencia al Club de la Varonil Resolución™ que nomás no.
Total que así está mi situación. Ninguno me convence, y bueno, eso que no tomé en el conteo a Paty (la onda lésbica está taaaaan démodé, por mucho que defiendan que los productos similares y el estrello, es una lástima porque ella me caía re-bien), ni al Dos [(estos afanes de la vida de ponerme nombres repetidos por doquier) y ni con toda la maquinaria de amiguitos de la escuela -es mi chiste personal, al menos en mi mente me dio risa- que trae me van a lograr convencer, ni con desayunos en la Casa Lamm, todavía no soy tan fácil].
Y la gente está vuelta loca y se infarta porque cómo es que yo (triste yo, ¡cuánto han gastado en mi educación!) me pongo en este plan. Que qué falta de criterio eso de andar predicando que me voy a quedar con los brazos cruzados, pero pérenmepérenmepérenme, el lastimarlos con un rotundo no (ninguno de los anteriores, gracias, pero no gracias), no es ni remotamente lo mismo que el lastimarlos con el látigo de mi desprecio, ¿o sí? Lo que es cierto es que tengo dudas, muchas, que el ultimátum está cerca, pero todavía falta. Aún así me da tristeza ver cómo tod@s prefieren andar con cualquiera nomás porque es el menos peor de todos. Tal vez sea mi ego, pero sigo aplaudiendo mentalmente el dicho de que más vale sola y que, aunque a veces sí se tenga que elegir a la de a fuerzas, siempre hay otra opción antes que aceptar a alguien nomás porque sí, y legitimarlo dándole un título que no merece. Que alguien más los legitime, no me ofusco, sé que alguno será aceptado por quien seguramente verá algo que yo no he visto en ninguno de ellos, o simplemente por alguien que se deje comprar por plazas o dádivas, y no está mal, simplemente no es mi estilo. Lo único que quiero aclarar es que soy consciente de que una cosa es el disgusto y otra la apatía, y yo sí creo en el amor, sólo que no en el que estas personas me están ofreciendo y la salida que veo -que no es fácil-, es decir y gritar que ni con melón ni con sandía, siempre queda ninguno de los anteriores.
Este sistema de San Valentín en el que estoy viviendo me parece que ya se pasó de exagerado en lo comercial, en lo cursi y en el gasto. Con estos empates técnicos de todos modos va a quedar uno peor, no importa si es el “más” o el “menos”, eso ya me resulta marginal comparado a que al menos en mi conciencia no voy a ser yo quien siga legitimando esta falta de alternativas, que a mi parecer se traducen en elegir a alguno de ellos o en de plano andar dando alas y a la mera hora nanay...
¡Ah! Por cierto, feliz día de la amistad y ¿de qué?...
:D

viernes, febrero 10, 2006

gasolineragasolineragasolinera...

Hice el oso de rogarle al señor que me dejara ir en el coche mientras se lo llevaban. Al principio puso cara de no entender, luego medio se rió y al final fui yo quien no entendió bien si era como un reproche o un interrogatorio sobre mi edad discordante con mis peticiones; lo importante fue que accedió. En realidad todo fue culpa de Hacienda, con eso de que buscan facilitar los trámites de los únicos dos &%$#”/!#$ que tienen amarrados para pagarles impuestos, ahora uno tiene que pedir notas cada que carga gasolina y recordar que al final de mes hay que pedir factura. Aprovechando que era el último día para hacerlo, planeé mi horario de una manera perfecta y me daba tiempo justo de pasar a ponerle combustible al cochecito y llegar semi-puntual a la cita con la Truci y la Flags que me esperaban para “cenar”. Todo iba bien hasta que el encargado de dar las facturas estaba atendiendo a otro cliente y a mí ya me habían despachado, así que se me pidió orillarme cerca de la oficina y esperar a don Álvaro (el mero-mero de la gas) que ahoritita me hacía mi “trámite”. Esperé como toda persona decente: con las intermitentes avisando que de ahí no me movía hasta no tener mi deducible y con la hora de Luismi (eso que no soy nada fan, pero igual pasaron varias canciones pa’ pasar el rato).
Hay que ser justos y afirmar que don Álvaro no se tardó tanto, pero fue lo suficiente para que el coche, como niño chiquito, me hiciera un berrinche y yo tuviera que hacer un paréntesis psicoprofiláctico en mi respiración al no entender porqué cochecito se negaba a dar pasito. La escena empezaba a rozar el cliché que más odio con mi cara de qué-me-ven,-ok,-soy-mujer-y-no-sé-nada-de-mecánica-y-qué-y-qué. Pero al poco rato comprendí que no sólo yo y es que nomás ninguno de los manes de la gasolinería* entendían qué pasaba. El auto encendía luces perfecto, seguía entonando a Luis Miguel hasta con afán medio diabólico y las intermitentes nos martirizaban con su tictictic, pero el asunto como de pesadilla: sin marcha (y no fue albur, aunque...) Aquello terminó siendo una sala de apuestas en las que algunos decían que era el carburador, otros le achacaban la falla a la alarma (que no, que esta máquina no tiene), otros quezque era un corto y cuando de plano me harté de tanta manoseada inútil que le estaban metiendo al pobre carrito, mejor le hablé a la grúa.
¿Quién hubiera pensado que la batería ya no aguantaba tanto relajito? Pero bueno, igual me mandaron una grúa y yo fui feliz los cinco minutos de trayecto en las alturas mientras veía a una ciudad a la que de plano los impuestos a veces ni se le notan, ni en los segundos pisos de los coches; y con esta moda de litros de a 900 pues ni la deducción de impuestos cuadra, ahora sí que lo único que vale la pena son los viajes en grúas, igual los cubre el seguro y te dan chance de uno diario, negociazo en especial cuando el alcohol se pase de manchado, la voy a aplicar más seguido...

*Se dice gasolinera y la palabra niega mi propio razonamiento. ¿No debería ser gasolinerÍa? Así tipo panaderÍa, porque no es lo mismo panadera que es la que hace los panes que panadería, ¿verdad? Entonces... ¿sí es lo mismo la ñora que atiende la gas -que las hay- que la sucursal donde se vende? En fin, qué puedo decir yo, si con tanto chisme me he convertido en una lavadora de dos patas de esas que el 75% de los mexicanos tienen en su casa...

miércoles, febrero 08, 2006

Vaya, vaya...

...esto explica taaaaaaantas cosas...

Not a Girl, Not Yet a Woman

Inside you've got the passion and ideals of a teenager
And your intensity for life is what attracts most of the men you date
You also like to party - and quite often you're the life of the party
You've brought the best of your younger years with you... at least most of the time.


You're an Passionate Kisser

For you, kissing is about all about following your urges
If someone's hot, you'll go in for the kiss - end of story
You can keep any relationship hot with your steamy kisses
A total spark plug - your kisses are bound to get you in trouble




Your Dating Purity Score: 50%

You are an average dater.
You're experienced enough to be a great girlfriend or boyfriend...
Though you still may be figuring out exactly what you want in love!




You Are 38% Addicted to Love

Might as well face it, you're a little addicted to love.
You won't do anything for love, but sometimes you do more than you should.
No one's worth losing your head for - because in the end you'll only lose your heart.
Don't avoid falling in love. Just make sure you don't get too hooked.




Your Love Life Secrets Are

Looking back on your life, you will have a few true loves.

You're a little scarred from your past relationships, but who isn't?

It's important to you that your lover is very attractive. You like to have someone to show off.

In fights, you speak your mind and don't hold back. You know you're right, and you can get quite angry about it.

A break-up usually comes as a shock to you. You always think things are going well.



Guys Like That You're Fun

You're the type of girl guys brag about knowing
That's because you're cool, funny, and laid back
You're smart enough to know how to be one of the guys
But flirty enough to know how to make them all want you


Your Flirt Quotient

You are 60% Flirt


You Are a Good Student of Men

You're pretty good at knowing what men are thinking
But you're not dead on 100% of the time
Let your guy off the hook sometimes... because you may be reading him all wrong!


You Should Date An Italian!

You love for old fashioned romance, with an old fashioned guy
An Italian guy is the perfect candidate to be your prince charming
If your head doesn't spin enough, just down another espresso with him
Invest in a motorcycle helmet - and some carb blocker for all that pasta!


You Should Be In Atomic Kitten

Cute and stylish - you're the perfect little pop package.
Oh, and you can sing a little too :-)


You Are Buffy the Vampire Slayer

"We saved the world. I say we have to party."


You're Part Diva

You know that a girl's gotta work it to get her way in the world.
And while you aren't about to throw a tantrum at every turn...
You do amp up the drama when you know you need it.
You mix charm, honesty, and kindness to get ahead.


You Don't Have a Boyfriend Because You are Too Picky

You have no problem attracting guys - and even dating a little
It's just around second or third date time where you start to see faults
If a guy isn't near perfect, you're not into him.
It's good to have standards - but yours rule almost everyone out.


Men See You As: An Attainable Challenge

You know how to make your man crave more of you
But you also know when to show some interest back
You're good at keeping your guy guessing
And over time, you'll let him know how you really feel


You Are a Normal Girl

You are 40% Good and 60% Bad
Sure you've pulled some bad girl stunts in your past.
But these days, you're (mostly) a good girl.


You Are a Party Girl!

You give Paris Hilton and Tara Reid a run for their money
(Who knows? You've probably even run into them at a club or two)
While you do have fun - relax a little every so often
All those drinks do nothing for your looks - or your bank account


You Belong in Rome

You're a big city girl with a small town heart
Which is why you're attracted to the romance of Rome
Strolling down picture perfect streets, cappuccino in hand
And gorgeous Italian men - could life get any better?


...¡¡¡Dios!!! Tan poco tiempo en la vida y yo perdiéndolo en estos tests, jeje. Una hora haciendo estas &%$#"%$&s, qué horror...
Te odio, Ro

viernes, febrero 03, 2006

21111

Dicen que somos malas amigas. Yo sólo sé que me he reído como pocas veces en la historia de los múltiples años que llevamos de conocernos. La idea original nos la pirateamos del Kiddo, pero yo quería aplicarla así que se lo planteé a la Becoreta y sin pensarlo aceptó. Fue así como en el jueves de Klan nos apañamos los celulares de Va y de 46-3. Ninguno sospechaba nada ya que la petición fue casualona tipo “oye, ¿me dejas ver tu cel tantito?” Originalmente queríamos movilizar sus teléfonos con el sistema de mensajes INFIELES al 21111, pero hasta eso pensamos en sus chicotitos y fue por eso que mejor cambiamos la palabra por DIETA y BESO. Sí, acepto que nos hicieron pancho al principio de se pasan, qué mala onda cómo cancelo esta suscripción, pero ahora que ya se fregaron a recibir durante un mes cuatro mensajes al día, yo no he dejado de reír con las réplicas:
“Q pok ma&%e... ches viejas... Adquiera un espejo de cuerpo completo para que observe cómo va cambiando su figura y se sienta satisfech@ con los cambios”, “Me lleva la chin$&#a... Sustituya la mayonesa normal por la mayonesa dietética en su alimentación. Eso le ayudará a mejorar un poco sus alimentos insípidos”, o “Los médicos dicen, y dicen con razón, que un beso en la boca va directo al corazón... Weeeeeeeeeeeey, qué es eso, así o más chafa”.
Y yo con mi espíritu masoquista no sé qué me dé más risa, si los mensajes en sí o el saber a amiguitos enojados cada que les llega un nuevo mensaje mientras mientan nuestra mami y esperan impacientemente a que se acaben estos 30 días que les faltan de acoso SMS...

miércoles, febrero 01, 2006

My way

Y que la mercadotecnia barata se me clava en el inconsciente y que me creo al pie de la letra eso de que año nuevo, vida... Así fue como empecé a limpiar mi cuarto ensuciándolo todo. ¿Cómo se pueden acumular pe&%$#”!”s en 25 años? Y no lo hubiera hecho, cajas y cajas de “recuerdos” que me tuvieron días enteritos revisando entre escombros mi pasado. Fue un recuento de mi vida un poco extraño, como el video de “Return to Innocence” (sí, ya sé, déjenme soñar), de alante pa’trás. Comencé con las cartitas y los tres peluches de ex-ex (qué marro... tan poquito para tantos años, chale), aún así me tardé leyendo pancho tras pancho, que si te dije, que me dijiste, que las trais y que te amo y que yo también y todas las promesillas démonos un tiro: la mujer-de-su-vida como cadenera discriminando fotos y cartitas, luego Eugenio se me quedó viendo con esos ojos de plástico que rogaban que no lo abandonara, al final me convenció y se quedó en la bolsa de los peluches a conservar, él qué culpa, ¿no?
Prosiguió el conteo. Los mails impresos del queretano ocupaban metros cuadrados de cajas y con esos me llené de risa mientras el basurero se llenaba de hojas; de él sólo me quedé con la foto y el cuento de antes de enterarme de su novia, la historia que todavía era bonita en la que me explicaba la diferencia entre echar ligue y echar peligro (siempre con los crushes de acentos y expresiones raras), así si alguien lo llega a leer, mejor que piense que anduve con puro caballero, nada de cuernos ni gachadas, think pink! Traté de alargar el momento, pero vi el sobre oficio repletito y no quise ni abrirlo, ése sí que me amariconó grueso. Pasé de inmediato al sobrecito morado relleno de TQMs, una cartita y una rosa (la primerititita) que el Horrible me dio el día que me llegó, en la noche colonial del CUM de hace casi 12 años. No me reí porque la escena hubiera sido de telenovela (la loca riéndose solita en su cuarto frente a los escombros de su pasado, qué horror), por eso mejor le hablé por teléfono y le leí con la sentencia: ya ves, menso, yo era el amor de tu vida, si no te hubieras casado otro gallo cantaría; y cotorreamos (amo el concepto) un ratillo hasta que me dio el valor para abrir el sobre oficio: no hay nada más alentador que un amigo (alentador de aliento, no de a-lentar) No lloré, no sé si sonreí con alguna tarjeta, algún pensamiento o alguna palabra; sólo me quedé lo que faltaba de la mañana recordándolo, recordándome lo frágil que es la vida y preguntándome, y es que no bastan las cartitas, no basta pasar por su casa y detenerme sin poder bajar del coche, soy tan maricona que muero de asco, de ese sobre no me deshice de nada...
Después vinieron las cartas. Sin buscar sonar petulante, imaginen que se van del país por un año, antes de la popularización del internet; imaginen ahora que todos los mails que reciben de sus amigas adolescentes con millones de problemas uy-qué-complicada-es-la-vida, no se pueden enviar sino a través de papel, pues yo traje paseando esas historias de un continente a otro y las arrumbé en la caja de los recuerdos abajo en el clóset. Me reí mucho con lo que pasaba en México, con la carta de más de 25 hojas (no páginas, hojas) de la Becoreta en la que me contaba del Papayín-affair (y pensar que anduvieron como siete años y ahora estamos tan solteritas como Dios nos trajo al mundo) y luego las de regreso, las que amiguitas escribían con los acontecimientos y me ponían al tanto de tanto Madrid... Dicen que recordar es vivir, dicen.
Y poco a poco se fueron apareciendo más cursilerías, que si las cartitas que "Ana Lucy" (reminiscencias primáricas, iiii-uuu) recibía de sus amigos secretos; que si las de perdón, es que Fulanita me pidió que te dejara de hablar pero tú eres mi mejor amiga; que telegramas de cuando nos dio por ser originales y decirnos que nos queríamos a través del telégrafo; que si los uniformes autografiados por Sutanito, Menganita, ¿quién demonios es este Perenganito?; que el autógrafo de Luis García y el de Roberto Carlos (¿por qué sólo tengo autógrafos de futbolistas? si yo ni soy tan pambolera... bueno... ¿por qué tengo autógrafos?)
Encontré también una carta de cumple que me dio ahijadita, con su cacahuatito pegado: fue para lo único que me alcanzó... la muy marra me volvió a hacer reír. Agendas rayoneadas con liquid por vaya el público a saber de quién demonios era esa letra “la agenda de la lupe”; un cachito de pared de un salón en el que tomamos clases la Lic y yo en la universidad: como empalmes del pasado, cuando en la prepa hacíamos lo mismo: destruir mobiliario en clases aburridas... Servilletas de Disney con más de 18 años de supervivencia; postales comerciales de adelgácele mija... mugres amigos manchados. Hasta tarjetones de estacionamiento de ex-ex y yo por qué demonios tenía eso, caray, caray. El guión completo de Vaselina cuando Lucilita-linda-hermosa-pedacito-de-gloria-celestial actuó de Patty, que decía con el acento más cursi del que me aviento con mis alcoholes: “Dany, a que nunca bailaste con Sandy así de pegadito como bailaste conmigo hace ratito” y con el que me saqué el premio a la mejor actuación, ¡qué rotez!
La segunda caja fue otro shock. Lo primero que vi fue uno de los mejores regalos que Santa hizo a bien hacerme y es que no existió muñeca a la que adorara más que a mi Magic Nursery. Suena patético e irreal, pero hasta la fecha amiguitos del Klann me hacen burla porque los rumores son ciertos, hice una ceremonia de bautizo cuando por correo me llegó el nombre oficial, aproveché mi cumple e invité a amigas primariescas con sus propias muñequitas al evento (adelante, les invito esta ronda de risa, sin compromisos); el lunes siguiente no se hablaba de otra cosa y hasta la miss Angélica me pidió que le presentara a Julie (pronunciar tipo Invasión Extraterrestre ¿por qué le puse un nombre tan pomelo a la pobrecita? ¿en qué pensaba? ... ¿pensaba? ¡qué stress!) Y me pasaba horas felices cambiándole pañales, su ropita y el estrello. Puf, como sin querer ver hacia el futuro y con la flojera que me dará el día que tenga que hacerlo con mis muñequitos de verdad ache-u-uve-a. ***Nota mental: encontrar marido mandilón que sueñe con cambiar pañales y levantarse de madrugada pa’ ver por qué llora el chamaco...
Y llegó el disfraz de la mujer maravilla con esas estrellas de plástico asesino que hacían más daño que la criptonita, pero que no me quitaba ni en broma pues me sentía soñada con él puesto: invencible y coquetísima. Ese sí que no se va. El que de plano se fue sin pensarlo fue el cochinito de feria que seguramente me hizo una ilusión despampanante y que sirvió para acumular entre el polvo, las monedas de México ’86 y los once dólares repartidos en billetitos de dos y monedas de uno. Al ladito en una cajita de Snoopy estaban los dientecitos de las perrus y cualquiera vería el grado de freak manejado por guardar semejantes pruebas de laboratorio biológico, como si quisiera esperar a que me las clonaran en 50 años o yo que sé, pero es que están tan lindos que todavía no decido qué hacer con ellos...
Al final -que irónicamente era el principio-, a la mami le dio por guardar mis cuadernos de primaria y prepri. Es imposible no reírse ante los intentos de dibujos, definitivamente lo mío nunca ha sido plasmar perritos o a mi familia en lienzos, hasta las maestras tenían que poner nota al pie “perro del otro mundo, “su hermanito”, “muñeca que está caminando”, “solecito”... Y bueno, después de la mezcolanza de sentimientos, ahora puedo afirmar que fue bueno sacar los 25 años a colación para darme cuenta que tengo una capacidad de acumulación impresionante; de que en lo esencial genio y figura; de que hay cosas que sí han cambiado; que la mente no es tan confiable como uno cree porque vaya que me llevé un susto cuando vi la sudadera que yo recordaba como maravillosa, y oh sorpresa, qué cosa tan horrorosa, ¿cómo me dejaban salir a la calle con eso puesto?
Los padres son crueles...

I've lived, a life that's full, I've traveled each and every highway. And more, much more than this, I did it my way. Yes there were times, I'm sure you knew, when I bit off, more than I could chew. But through it all when there was doubt, I ate it up, and spit it out. I faced it all, and I stood tall, and did it my way. I've loved, I've laughed and cried, I've had my fill, my share of losing. And now, as tears subside, I find it all so amusing. To think, I did all that, and may I say, not in a shy way,"Oh no, oh no not me, I did it my way". Je, je... ¡Chale!