El folclor era como de película de Carlos Marcovich, eso sí, la fotografía impecable; la quinceañera como de pastelito de Sanborns y no podíamos quitarles la vista a los chambelanes con su smoking de chalequito y corbata de moño rosa, pero por burlarnos y haber reducido la velocidad para verlos mejor, el camionsote nos detuvo el paso iniciando la odisea. Y es que todo en esta vida se paga, hay una cosa que se llama karma, que básicamente emplea los principios de la física porque a toda acción corresponde una reacción; por eso parecíamos neurocidas intelectuales al no poder parar de reír después de recorrer en reversa Tepoztlán mientras el surrealismo de la tarde se iba adueñando de la parejita del coche de atrás que en medio del drama en el que estábamos continuó besándose, o del señor que con todo y que iba cargando un sillón rojo estilo Luis XIV, avanzaba más rápido que todos los presentes que por nuestra culpa había acumulado el tráfico.
Uno no sabe cuándo le va a caer la maldición del pago de factura porque la vida tiene un humor negro parecido al albur, y resulta que la fidelidad de la ley de acción y reacción se contradice ya que no necesariamente el karma se regresa con la misma magnitud o en sentido contrario de la acción, qué va. De allí que no es bueno invocar -o evocar- fantasmitas cimentados en ficciones alcohólicas. Todos se ríen –no tanto como yo- cuando recuerdan que en mi desvarío mezclé hasta el pasado y yo me lamentaba por un tal “JoséJulián”, claro, al día siguiente las burlas me las hacía yo por el remix de mis exnovios: la pesadilla de cualquier desencantado del amor: juntar a los tormentos en uno solo. Por eso en la comida, Chío-San tuvo que contener la carcajada cuando vio que, después de haberme echado porras “sí, vas, está muy lindo”, el tipo se presentara bajo el estigma con el que sus padres lo habían bautizado y mi cara de paranoia porque pensé que ella o el Kiddo lo habían hecho a propósito para provocarme un estado casi neurótico, “qué onda, soy José Julián, mucho gusto”. ¿Quién se atreve a ponerle cara de fuchi a la vida con estas ironías?
Y por si fuera poco, a unos cuantos kilómetros y horas de allí, mi celular quedaba desamparado bajo la custodia de estos babosos que me regresaron la broma malcopina ya que por encontrarme a fulanitos y sutanitos en el antro, abandoné el aparatito en la bolsa y cuando regresé ya tenía dos mensajes: Bienvenido al HOT NEWS de NIURKA SEXO. Tómala mi reina chula, si es que todo, todo, todo se paga en esta vida, pero ¿por qué tenían que suscribirme a ése?, están viendo y no ven, habiendo RBD al 21111, o qué sé yo, deportes, Kbuena, ligar, hasta Origel, caray, pero no: sexo, chas.
El que la hace la paga, así es esto del karma, si es que “lo de Guish es un adelanto de lo que te espera por el Rockcito”, decía la Chief después de que yo me cortaba las venas con la granola, pero también sé que puede ser peor, ni modo, uno tiene que aprender a ser responsable de sus actos. Si es que las llamadas de madrugada, cuando por primera vez en mucho tiempo el cansancio le ganó a la fiesta, no fueron más que un purgatorio de culpas, me queda clarísimo. Ahora a seguir esperando a ver cómo se sigue riendo el destino con mis bromas de AM trasladadas a su humor de FM, puede ser todo menos aburrido, eso sí que tiene mérito...
P.D. No quiero aparentar inocencia, pero juro que no le entiendo por completo: “Usa una cadena que abarque tu cintura y piernas, ciérrala con un candado. Esconde la llave para que lo vuelvas loco de desesperación. ¡Gózalo! Niurka”
1 comentario:
Neta que no me suena eso de karma pero por lo que dices se me hace algo asi que el que la hace la paga o todo lo que se hace se regresa 3 veces, y si es asi pues yo diria que bien merecido, total no nos podemos quejar cuando hacemos algo bueno y tambien se regresa....(aveces ni nos damos cuenta y se lo atribuhimos ala buena suerte) pero que picarezca tu historia!!! te volvi a leer..
saludos!
Publicar un comentario