jueves, diciembre 14, 2006

Hay que ser guerrero...

El día anterior habíamos acordado que sería leve: un barecito, dos copitas y listo. Pero a estas alturas yo debería de dominar mis genes y saber que eso jamás es cierto, lo único seguro es que Chayane se equivocó teniendo la razón porque hay que ser

torero

guerrero, llegó la fiesta guerrero, no importa lo que se venga pa’ que sepas que me enfiesto como un buen... ¡guerrero! Fue mustio de mi parte creer que sería tranquilo, si al VicBrother neoyorquino le dio por la voladera paisano y aterrizó con unas ganas locas de tapitas del amigo, a falta de con qué mezclar, decían. Obvio el meritito día traíamos cruda de ojera y todo incluido; hasta actitud retarditis.
Pero momento, es tiempo de aclaraciones: el recuento de los daños me lleva a 16 bodas en el año, de las cuales -por motivos de carencia de omnipresencia y kilometrajes transcontinentales- sólo me fue posible asistir a 13, así, 13 de mientras más lo dices...
Y resulta que dentro de todo el conglomerado bodístico del 2006, sólo dos fueron de mi familia, y yo no sé si estaré para el psicológo (bueno, equis), pero me declaro fans fans oficial de mis primos, así de que si no hubiera sangre parental entre nosotros, me gustaría tenerlos de amiguisamiguischócalasundostrespormíyportodosmiscompañeros. En especial a estos tres taradotes: los dos cuties y mi ahijadita adorada. Y cómo no poner cara de quémoción cuando en el sorteo me saqué otro madrinazgo en esa familia, ¿se casa tu-primo-el-guapo™?, decían amiguitas con lastimita (se les fue, chicas). Aunque lo que se queda es la actitud, porque si hay genecitos pro-party son los de estos compadres: de mis niños -VicBrother incluido-, pero sobre todo de mi ahijada mundialmente recordada por aquella cena de Navidad en mi casa de la que salió con su cuba en bolsita de plástico onda chesco de Chapultepec porque era la única enfiestada y a toda su familia ya le urgía llegar a ver a Santa, de risa.

Y es que es probable que no tenga una conexión tan risotada como la que tengo con mi primiahijada; todos lo dicen, somos de dar penita cada que padecemos un ataque de simpleza y sólo nosotras entendemos la onda así que mientras más se ríe una, más la imita la otra. Cómo olvidar todos los viajes, como el de la chancla rota, la canción de cepillín y el estrés del papi por estas dos IQnegativo que no pudieron articular palabra durante todo el súper y camino de regreso al hotel.

Claro que en LA boda no omitimos nuestro poder y en algún momento entre el padrenuestro y el dénselapaz, a la brutencia se le ocurrió comentarme qué tan sucio estaba su tacón después de la pasarela naranja por el jardín; mala idea voltear a ver a mi lado para comparar y encontrarnos al ladrón de todas las bugambilias del pasillo del amor hechas ramito a lo pompón en mi suela raterísima, tan elegante cual pantufla de Alf y entonces la risa histérica de horas y de miradas nunca-brillarán-en-sociedad, we never will.

Pero aclaro que yo le aclaré al ahora-esposo que tenerme como madrina no era tan buena idea: la primera vez me tocó enlazar a los novios, dos años y un hijo después se divorciaron; la segunda fui madrina de anillos junto con el Charlo, el resultado son 3 hijos en menos de 5 años de matrimonio -y por cierto... ¡¡hoy nació mi sobrinito Alvarito!!; la tercera también ha sido de hijos al por mayor y connatos de divorcio al ibid... así que mis madrinazgos no dan buena estadística, se lo dije en el antro y sólo me abrazaba y brindaba; igual me vestí de naranja y como también soy fans de mi prima política, yo era una de las más felices.

Pasado el estrés post-maripositas en el estómago (literales, nada de metáforas amorosas), la tomadera. Y es que con tanto calor se justificaron las margaritas convertidas en metidas de pata, desde el cambio de nombres a los amigos de primo, hasta la neteada con papis y tiítos sobre la vida y el estrello, sin contar los golpes que sin querer le suministré al novio de prima, el pobre. Pero como diría Becs: "pena robar y que te cachen, o que te encueres y ni te volteen a ver", y ps tanta así, ps no.

No hubo un solo detalle que pasara a término medio en el festejo. Ni uno. Todos superaron cualquier buen augurio. La música deliciosa (hasta el regatoncito de romperomperompe y minoviovolvió de la onda vaselina: ¡wiu!), la comida de elección coquetísima, con cuatro postres diferentes y yo reventando el vestido, total, después rompería -literal- la suela de mis zapatos así que qué más daba. Luego la composición de canciones a lo gasolina y a mí me gusta l’AnaLucía, ¡preséntame a su prima! O la caída espectacular de la loca que tenía que timbirichear en el escenario y del entusiasmo le siguió la oleada de auchs dentro del auditorio... lo peor es que ni tan borracha, y nadie, con todo y el lounge de shots tequileros, que si midorichamoyfresatamarindo, y uno a la quinta ronda creería que más fiestas estarían de más, pero como agua.

Hasta que los mariachis llegaron bajo el grito del Baco (los amigos de mi primo que de plano sí les hacen honores a sus apodos) y su “ya vinieron a ch!%$#rle la madre a la fiesta”: tenía razón, sí, qué bonito los fuegos artificiales, qué padres los chilaquiles, la madrugada y las rancheras, pero ni modo, todo lo bueno ha de acabarse y lo que es cierto es que ya en este año el número fue 16, pero a como veo el 2007 viene cargadito de amor y ya por lo pronto tengo 7 hasta con invitación y el estrello: terror puro...

4 comentarios:

Paola dijo...

se ve que estuvo re buena la fiesta...
saludos

Anónimo dijo...

Que fiestononon!!!!

Sera recordada por mucho tiempo.

Victor

Paola dijo...

ah, se me olvidaba...felicita a tu primo de mi parte.

Anónimo dijo...

De diez todo. Mil gracias a mis primos Vic y Anilu por todo su apoyo, así como a mis tíos, la neta se portaron con Rocy y conmigo increíblemente y me da mil gusto que se la hayan pasado tan bien como yo.

p.d. Prima, te volaste la barda con este blog... te quiero mucho
Atte. El novio de la fiesta (Quique)