Una buena noticia y una mala. La buena es que vives en el municipio más civilizado del país, y eso quiere decir que tu delegación política es bastante estable y homogénea en términos económicos, sociales y culturales. Ooooooquei, le dije al representante de la ONG con la que participé, ¿y la mala? Ah, pues como en tu colonia no vas a tener nada qué observar, tenemos que enviarte a alguna casilla donde pueda haber irregularidades. Y se me incrustó el terror porque ya me veía en medio de San Salvador Atenco o en la Buenos Aires, al final, dos días antes de la elección respiré porque me asignaron en la Portales (y entendí por qué se le apoda la Mortales: me morí de aburrimiento durante la jornada electoral). Llegué a la casilla 4520 Básica prácticamente en vivo, llevaba a cuestas una semanita repleta de trabajo y un finde con 23 horas de alcohol interrumpido por apenas 8 horitas de sueño, mi coeficiente intelectual estaba considerablemente reducido, pero aún así voté y me dirigí al sol de la mañana-mediodía que se robó mi naricita para convertirla en una cosa roja espantosa. Sí, sí, me habían entregado la gorrita con el logo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, pero es que mi dismorfobia ya estaba exacerbada con los segundos pisos de mis ojeras y la playerita blanca de camisón como para encima traer esa cosa horrorosa y deforme apretándome el cerebro. Ahora cada que me miro en el espejo medio maldigo a la democracia y me ardo, aunque diferente a como lo hicieron los priistas y perredistas. En cambio al PAN se le pasó la levadura y me preocupa esta situación de alzamientos de nariz que provocan reacciones, y lo que me sorprende es que haya gente que valore tan poco la vida como para andar pronunciando revoluciones, ¿qué clase de valentía tan cobarde la de mostrar indignación con violencia? ¿cómo puede existir una mentalidad tan prehistórica que induzca el apoyo a la guerra, a los golpes, al salvajismo? ¿en qué momento le ganó el animalito interno a la neurona? Sí, también me indigno con este país, también veo y me doy cuenta y me molesto. Siento la desigualdad, la falta de libertad, pero en mi inocente pensamiento admiro a la gente que a través de las ideas cambia las cosas, y por ende vomito a quienes coartan a los demás por hacer su voluntad. Y hablar de revoluciones me parece inconsciente, falto de humanidad y terriblemente estúpido. Ya por fin puedo hablar y es que me resultó frustrante ser observadora y no poder decir “hey, compadre, eso que estás haciendo es un delito electoral”, mi labor simplemente consistió en ver y escribir, así como lo prevé el artículo 5, párrafo 3 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. Pero para lo que sucedió en mis terruños ni qué escribir, la verdad, y qué bueno, al menos en mi casilla todo era cordialidad e incluso una amabilidad enfermiza; lo extraño fue la ambigüedad de los representantes partidarios, imposible creer que el del PRI fuera vestido de amarillo, el del PRD de azul, el del PAN de Selección Mexicana y la de Nueva Alianza que me tiene sorprendida, el bailecito les funcionó y me callaron la boca redurísimo. No, si para mis absurdos es que lo bueno sucedió en la casilla contigua a la mía cuando capturaron in fraganti a unos amarillos en pleno mercantilismo de tinta en el dedo, a cuánto compraban los votos no lo sé, sólo sé que se los llevó la poli y como dice la Irera, ah, ps me hubieran dicho, igual y si daban buena lana... Yo sé que no, pero cuando todos son tan iguales imagino la falta de credibilidad en el futuro de promesas de tanta gente que prefiere un presente de dádivas clientelares, luego con el menú tan soso la falta de alternativas se vuelve incentivo para el trueque de decisiones por llaveritos, y mejor ni hablar de cooptaciones o votos coercibles que suceden más allá del libro de texto. Después la ironía a mediodía cuando en una casilla en la calle de Roberto Gayol (se rumora que era especial), se estaba armando la moquetiza PAN-PRD y es que este país no deja de sorprenderme, ¿no que me enviaban a observar una zona de posible conflicto ya que en mi colonia todo era miel sobre hojuelas y la civilización y el estrello? Si es que desde luego, mi couch me dijo que hasta judiciales habían intervenido, ¿y las noticias? O tal vez no sucedió y soñé la información, estaba tan cansada que hasta yo pondría en duda mi credibilidad y la imagen de la RG (no sé qué signifique, deduzco que Representante General) del PAN cuando se acercó a informarnos que quien viviera cerca del Liverpool de Insurgentes no se fuera por allí porque aquello estaba terrible, a saber. Eso sí, desperté al tercer Gatorade, a la segunda tormenta de la tarde, a las 6 en punto que se cerró mi casilla asignada y al ver que el 72% de los 416 de la lista nominal había votado; no importó por quién, al final me dejó gratamente sorprendida que a pesar (no, que no nos pesen) de las chaqueticampañas que padecimos y las descalificaciones y polarizaciones, mucha gente estuvo interesada en emitir su opinión política sin machetazos, ni gritos, ni movilizaciones, sólo con crayolas y esta mugre tinta que a ver cuándo decide desocupar mi pulgar. En fin, así es este negocio y tan patéticos andamos que aún no sabemos quién es el mero-mero, ahora sí que como en humo negro hasta que la Santa Sede nos haga el gritito de habemus presidentem, y no, contrario a lo que muchos pensaban, ni Dr. Simi ni Edgarsecae ganaron, en mi casilla observada sólo hubo un voto por el primero y otro de un incauto con un ego tamaño botarga que tuvo a bien escribir su propio nombre, hasta con mote, tan tierno, quién lo hubiera pensado cuando hace casi veinte años Gloria Trevi afirmó que éste iba a ser su sexenio... (y miré la noche y ya no era oscura era de lentejuelas)
3 comentarios:
Mira nada más que coincidencia. Calderón gana en Madrid y Calderón gana en México. ¡Pero que buenas noticias!
Saludos
bien!! me diverti mucho con la crónica, muy bien contada la experiencia.
un placer.
saludos.
A mí me dio mucha risa eso, aunque el de Madrid sí que ya es oficial. Y bueno, irónico que el estadio del Atlético de Madrid sea el Calderón, tanto juego de nombre me parece de culebrón, a la próxima que se busquen a un Santiago o a un Bernabeu pa presidente, porque se me hace que podría haber un conflicto de intereses...
Ahí pa' la prótzima!!!
GD: Grazie!!!
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