miércoles, octubre 27, 2004

Al servicio de la comunidad... - Amiga de los Polis

Debido al éxito obtenido con el episodio anterior, Lulú Marina al servicio de la comunidad, ha decidido atender al llamado desesperado de una de sus lectoras. En el capítulo de hoy, se presentará la historia de una chiquitina a quien, por razones de seguridad más que de vanidad, se le llamará la Amiga de los Polis. Esta es su historia.
Querida Lulú Marina:
Cuando andaba con mi novio (llamémosle “A”) conocí al primo de uno de sus mejores amigos (de ahora en adelante “B”). Siempre me dio la impresión de que “B” quería conmigo, pero no le daba mayor importancia pues para mí no había otro hombre mas que “A”. Hace tiempo corté con “A” y un día me encontré a “B”. La verdad no me gustaba mucho y al principio estaba con él porque así tenía a alguien que me consentía y con quien hablar mal de “A”. Nos seguimos encontrando casualmente hasta que por fin accedí a salir con él.
Me llevó a cenar y ya sabes, yo me eché mis cubits y todo iba muy bien hasta que él se acabó la botella de vino –¡él solito!-, la de Moët, y su clásicos whiskies. Se puso un poco violento pues creyó que lo estaba comparando con “A” y le pedí que me llevara a mi casa, pero ya. De camino, al muy borracho se le hizo buena idea chocar contra un taxi. Obviamente, a los cinco minutos ya tenía alrededor toda una manifestación de taxis y patrullas. No me acuerdo bien y no sé ni cómo me encontré en el asiento del copiloto de una patrulla cambiándole al radio (es que ya sabes que soy muy especial con la música). Mientras, “B” arreglaba o trataba de arreglar su situación. Yo la verdad lo único que quería era ir al baño y mientras caía la lluvia de claves (tenemos un 31-28-53, sin novedad, cambio), el comandante me daba todo un sermón de por qué no debía de salir con tipos como ése, yo namás le daba el avión y creo que hasta le pedí perdón. Total que ya hasta estaba hinchada porque sí moría por ir al baño y terminaron llamando a una policía mujer. Bueno, para no hacerte el cuento largo, la poli me llevó a una callecita y me hizo casita detrás de una camioneta mientras nos contábamos nuestras respectivas penas –por cierto, intercambiamos teléfonos por si en algún momento tenemos algún problema ;) -. Ya se estaba haciendo tardísimo y por fin llegaron la tía y el primo de “B”, pero la verdad es que qué familia tan rara y yo me dije “¡ay, no! mejor yo me regreso con mis cuates los polis”.
¡Qué noche, qué cita, qué tipo! No sabes de qué mal humor llegué a mi casa y para colmo mis papás me regañaron horrible. Al día siguiente sonó el teléfono, contesté y preguntaron por la señorita “amiga de los polis” y pues ya dije que era yo, me dijo que era Alfred, que si no me acordaba de él y no sabes qué oso, yo así de: ¡claro que me acuerdo!, del –insertar antro de moda al sur de la ciudad-, ¿no? El pobre nada más se quedó callado y luego me respondió que no, que él sólo quería saber cómo había llegado, que era uno de los polis del accidente automovilístico que había sufrido la noche anterior, ¡qué lindo! ¿no?.
Desde ese día, diario, me ha llegado un arreglo de flores y “B” se la pasa hablándome. Ya me pidió perdón por toda la situación, pero es que no sé qué hacer. La verdad es que sí se ve arrepentido y me cae muy bien, pero estoy confundida. Aparte qué lindos los polis, ¿no?
¿Qué hago Lulú Marina? ¡Ayúdame por favor!
La Amiga de los Polis

Querida Amiga de los Polis:

¡Cómo me pides a mí consejo sobre “B”! Sabes perfecto que siempre he pensado que es un patán, aparte de que está feo, sudoroso, es un cerdo, compró su título y nunca hay que confiar en quinceañeros que parecen rucos (¡ah, y además te has encargado de hundirme con él inventándole que yo fui la tarada que le envío el mensaje que iba dirigido a mi-ex-no-vio!). Lo único bueno que suponíamos que tenía era su antro... antes de que fuéramos. Y tratando de ser objetiva (que mira que con ese sujeto es difícil), tienes que pensar que al fin y al cabo “B” es primo del mejor amigo de “A” y ya quedamos en que nos íbamos a alejar de ese pasado, ¿no? Si quieres hablar mal de “A”, pues mi reina, sabes que me encanta destrozar hombres que nos despechan (snif-snif, ñaca- ñaca). Recuerda también que con “A” y “B” la relación nunca ha sido buena y como que siempre había muchas envidias entre ellos, así que no podemos descartar la teoría de que “B” quería que “A” se enterara que estabas con él (ya sabes que soy complotista y sospechosista). Y lo de las flores pues ya sabes que esas son armas que usan los hombres para conseguir sus oscuros propósitos, no te dejes engañar y no recicles problemas. Hay millones de hombres en este mundo que faltan por conocer así que no recaigas. Ánimo amiga y deja que el destino fluya, pero dale una ayudadita y busca nuevos horizontes... Total, ya tienes a la tira de tu lado.

Siempre, Lulú Marina

martes, octubre 26, 2004

Sucede que...

  • no me gustó el final de Rubí y no lo niego, sí soy fan de algunas telenovelas (desde que me prohibían ver Quinceañera).
  • examen de derecho como para llorar. Masacre con tendencia al genocidio neuronal. Lo rescatable fue amiga preguntándole a ñoña y ésta respondiendo que después del examen le daba la respuesta. Amiga mentando madres y reconfortándose al pensar que por algo ñoña era fea y ni con los millones que podría ganar en toda su vida sería jamás bonita -su fealdad es por dentro, decía-.
  • después de tener tan cerca Maruata, Vallarta, Puerto, Acapulco, Cuernavaca y Valle, todo indica que permaneceré en la gran Tenochtitlán... Amigos, mi amenaza de “cuídenme porque me les voy” no se cumple, seré suya este puente. ¡Quiéranme!
  • Zeldi en el hospital. Bichito enfermo de ojitos, tumorcitos, gastritis y pa’ colmo úlcera. Me sigo sintiendo mamá que deja a polluelo en el kinder llorando.
  • el Vic Brother siempre ausente, que si el estudio, que si el cafecín, ¡bah! Serchi organizándole la fiestecita a Fox desde la embajada, NO DISPONIBLE. El Charlo ni se aparece por la vida. Los demás en el cumple del Niño y un ratito. Las de siempre, donde siempre y Magri en México re-cantarina, ni pela. Todos tienen vida y yo sólo veo las noticias.
  • el mundo igual pero siempre hay más iguales que otros. México abajo de Estados Unidos, colección otoño-invierno, normal.
  • faltan sólo 32 días para EL examen. =S
  • el turista me pregunta si estoy de malas... Parece, ¿verdad? El punto es que no me había dado cuenta de que estaba de malas hasta que me lo preguntó. Creo que debo empezar a insertar en mi vida la filosofía Juanga, que por cierto es grande, casi como la de Mafalda y sí, parece de estas disertaciones que me da por hacer cuando se me pasa la fiesta y me pongo pensadora profunda en voz alta. Tal vez esté muy cansada, pero qué necesidad, para qué tanto problema. Necesito dormir, dejar el tabaco, el capuccino y el ITAM, ¡ya!

lunes, octubre 25, 2004

Bájale al switch o de cómo se van los lunes

Los coreanos van a secuestrar a nuestra Gweni-Tai, por fin se reunirá con su gente y -como ya va a ser millonaria- nos cambia la terapia para los domingos y con chela. Hoy fue la última del lunes y decidí subir esto que escribí hace tiempo, me parece una eternidad aunque no fue hace tanto. No me animaba, pero espero que hoy les pueda servir a mis chicas.
Por cierto, gran fin de semana politólogo con encuestas de género profundas. Las mujeres preferimos arrolladoramente a Paulina Rubio y los hombres se inclinan aplastantemente por Thalía (lo raro es que se llegó a varias teorías interesantes al respecto).¡Maldito alcohol! Por eso me fue tan mal en el examen de hoy. Soy como Quasimodo porque nunca pude estudiar derecho, ¡prrpts!
Moraleja: Nunca se apuesta contra una mujer

El switch
Pensé que si tantas personas lo recomendaban y lo hacían, era porque algo de cierto tendría. Como decía un profesor -casualmente admirado por las niñas, pero detestado por los hombres- “si en este mundo hay miles de millones de moscas y todas comen mierda, no deben estar tan equivocadas, ¿no?”. Recurrí a todos los consejos que me daban. Para empezar entré a clases de Tae-Bo (no de table como me decían estos desinformados). Segundo paso, dejar atrás el perfume que venía usando desde los 15 años, sólo pude por un ratito, creo que es mi peor vicio y me perdoné pues al final es algo muy mío. Me decían que no había nada mejor que el yoga. No, no, no, consiéntete, faciales, masajes, ¡minimalízate! Faciales, masajes y nada. Está bien, es hora de cambiar tu imagen, cambia tu color de cabello. Lo intenté y descubrí que si me hacía sentir y ver peor, entonces era una mala estrategia (y ni hablar de ser más pandrosilla, retro o hippie). Lo que tienes que hacer es salir a otros lugares, explorar diferentes sitios. El norte, Aussie deep & under, viajes y nada. Por primera vez en la vida me dejé crecer las uñas, ¿puedes creerlo? Tenía tan poca fe en mi capacidad para lograrlo que estaba segura de que el día que las tuviera largas ya estaría superado, pero las tuve por meses muy largas y hasta había quienes me preguntaban si eran de acrílico.
¡Qué ironía y qué superficial! Estaba buscando cosas afuera cuando la solución está adentro. ¡Cómo es posible que haya querido sacar sentimientos untándome cremas! Si el amor es irracional, el desamor lo es aún más. Y si fue algo que se inició en la mente, pues de la mente tiene que salir... O de donde sea que haya surgido, pero es interior, éso vaya que ya lo sé. Y luego la inquietud. No, no es amor, lo que tienes es una obsesión. Y la maldita canción (“..no, no es amor, lo que tú sientes, se llama obsesión, una ilusión, en tu pensamiento...”) me perseguía y yo me imaginaba persiguiéndote por la ciudad y rechazaba la idea pues no podía imaginarme persiguiéndote, y no porque no sea intrépida, loca ni descarada, sino porque me aterraba verte con otra, bastaba con lo que ya sabía y las visiones borrascosas que me atormentaban en las noches y no me dejaban ni dormir ni llorar. Luego la paranoia. Él está obsesionado, por eso me persigue y me lo encuentro en todos lados. Como si la ciudad tuviera Copy Right o derecho de admisión, qué digo la ciudad, como si el mundo entero lo tuviera porque con estas casualidades una ya no sabe.
Sigo pensando en tantas cosas que la cabeza me da vueltas y se detiene cuando ya estoy mareada y el fastidio se apodera de mí y no sabes cuánto te odio y no puedo odiarte por completo y te odio más por eso y lo hablamos y quedamos en que no nos íbamos a odiar y luego me odio a mí por no cumplir el trato que yo misma te pedí porque no podía soportar la idea de odiarnos. Y lo estoy escribiendo y hasta creo escucharte diciendo que me paso de hormonal, que es normal, pero que está mal. Y dijiste que si hubiera hecho tantas cosas estarías a mis pies, y mientras lo escuchaba sólo pensaba en para qué querría tenerte a mis pies si lo único que había necesitado era que estuvieras a mi lado, que hubieras seguido a mi lado. Y te entiendo y no entiendo nada. A mí también me cuesta trabajo a veces soportarme y mejor respiro y me concentro en los chacras y ya me quiero otra vez pues sé que no puedo ir por la vida odiándome sin que mi esquizofrenia habitual se convierta en un estado dominante. Tienes una ventaja porque yo sí de plano no me puedo mandar al carajo así de fácil. Perdí, ni modo, me tocó el lado derecho de la cama. Empiezo a tener esa mala costumbre y cada vez duele menos.
Al fin y al cabo era un volado, ¿no? Hay quienes dicen que así es la vida. Lo que no recuerdo es en qué habíamos quedado; quién ganaba si salía águila; en qué terminó todo, qué fue, águila o sol; quién lanzó la moneda y en dónde diablos cayó. Ya no me acuerdo ni qué apostamos.
Y no puedo dejar de repetírmelo, ¿de dónde se apaga el maldito switch? Cómo se le hace para salir de la frustración. No sabemos estar juntos, no queremos estar juntos, ya no estamos juntos, dudo mucho que volvamos a estar juntos porque no sabemos estar juntos y así se repite la misma estupidez que trato de omitir pues ya estuvo bueno de tanto coco-wash. Apréndetelo ya, memorízalo, interiorízalo, pero yo sólo quería despertar y poder sentir por alguien diferente lo que en algún tiempo, hace tanto tiempo, empecé a sentir, y rogaba porque tú dejaras de sentir por mí, así hubiera sido más fácil para los dos. Adiós a las cosas malas y a las buenas porque todas duelen, bye, ciao, tan-tán. Con despedida de hasta nunca y no de hasta luego como siempre. Guárdalo en el clóset hasta adentro y bajo llave, que no vuelva a salir hasta que se te olvide. Apaga la luz, pero ahora sí para siempre.
Que quede el vacío, pero no la frustración. Tal vez el vacío se vaya llenando después, pero cómo le haces con el fracaso. Y sí, sí, claro, cada vez va siendo menos, pero ya fue un ratote, ¿no? Y los proverbios aconsejan tener paciencia; en la Biblia la paciencia lleva a la virtud. Creo que hasta Yoda y Gandalf hablan de paciencia, pero yo no pretendo convertirme en Jedi ni luchar contra el mal de la humanidad. Sólo quiero luchar contra este maldito miedo de saber que yo no fui y que tú no eres; de creer que no aprendí nada y de no poder darle vuelta a la página a pesar de gritarte que ya es hora de que hasta cambies de libro; de alcanzar la paz necesaria para ganar mi propia guerra; de estas ganas locas por ser mejor después de ayer sin saber ni cómo ni dónde se compra el manual (como cronopio soñando ser fama o esperanza, pero nunca te interesó Cortázar).
Y sin embargo, en el fondo de la profunda tristeza que me da saberlo, sé que vas a estar mejor y que yo estoy mejor así. Que vamos a volver a creer. Que aquí se rompió una taza y cada quien para su casa. Y ojalá nos dijeran dónde diablos está el maldito switch y hasta dejo que tú lo bajes para poder, otro día, tal vez pronto, subir uno diferente de nuevo.
Y luego despiertas y no sabes si fue una especie de pesadilla light o un sueño extraño que ya acabó, porque ahora estás consciente y te das cuenta de que estás sonriendo desde adentro, por tí, por alguien más, por la vida misma, pero otra vez...

sábado, octubre 23, 2004

Quinquenio

Hoy dos de mis grandes amigos cumplen cinco años de novios. Todavía recuerdo el día que empezaron. Se festejaban los cincuenta años de mi escuela y la fiesta fue organizada por la sociedad de alumnos. Como su presidente (coordinador en este caso) era parte del grupo, fuimos todos. Antes éramos una banda más grande y cuando me da por ser más cursi de lo normal, hasta me sale lagrimita remi pues recuerdo la canción de Celtas Cortos: “...hoy no queda casi nadie de los de antes y los que hay han cambiado...”
Así es la vida, nos hacemos más viejos,“no, no nos hacemos viejos, sólo vamos adquiriendo experiencia”, me contestaría una amiga, pero mi shock premenopáusico me dice lo contrario. Al recordar ese día viene a mi mente la planeadísima intervención orquestada por el “reverendo Macías” y sus secuaces. Minutos antes, Ana me confesaba que no estaba convencida de que fuera una buena idea andar con Rick. Yo le contaba que me empezaba a estresar que mis recién hechos amigos de la universidad me presionaban para andar con ese güero y que yo estaba confundida porque con quien quería estar era con el más güero, que para colmo había organizado la fiesta. La vida da muchas vueltas porque justo cuatro meses después, el no tan güero y yo empezamos a andar y esa noche el güero más güero me quitó las confusiones de la mente al dedicarme en público “Con todos menos conmigo” de Timbiriche. Qué manera tan rápida y tan tonta de mandarse al demonio.
Cinco años después, una parte de mí sigue extrañando al Oui-Oui, a las Spice Girls piratas del prepa-power, a los que ya no están y a la vida de contemplación que la mayoría llevábamos y que se veía favorecida por la poca responsabilidad que nos caracterizaba.
...Y el reverendo los unió y la carpa nos cubrió como testigo fiel, y ahora exijo ser madrina del evento si se hace formal. Feliz lustro niños, los quiero mucho y lo digo sin alcohol reciente en las venas.

jueves, octubre 21, 2004

¡No parar!

Hoy desperté de buenas. No sé si se debe a que vuelvo a tener tele y en vez de Adela, para mi sorpresa es ahora Loret de Mola quien da las noticias; o a que ayer hizo calor y mi subconsciente estaba consciente de que hoy sería igual; o tal vez a que es jueves y para mi presente eso significa que virtualmente ya es viernes.
Para qué me hago tonta, sé por qué estoy contenta y me da miedo aceptarlo. Estaba tan de buenas que no me molestaron los letreros del Distribuidor que en tono burlón, pero sin afán de serlo te recomiendan: ¡NO PARAR!, y en realidad lo que pasa es que por más que lo intentes no puedes avanzar (citando a una personita que a pesar de todo me sigue cayendo muy bien: “con el Peje-vial llegas en friega al tráfico de Periférico, pero rapidísimo”). O los otros que sugieren no aumentar la velocidad a más de 60 km cuando la aguja del velocímetro se mantiene en promedio en 5, pero sin subir a más de 10.
No, no me puso de malas ni eso. Tampoco las noticias lo hicieron, y vaya que estamos como para llorar, pero hoy no hice mis corajitos habituales, mejor le cambié a la estación: “I got the whole world quakin’. Off the Richter, off the Richter, off the Richter, off the Richter... Hey mama!” y Black Eyed Peas me hizo sonreír pues me encontré siguiendo sus instrucciones y prácticamente bailando en el coche, gracias a Dios a esa hora de la madrugada todo el mundo viene encerrado en su mundo y nadie me vio. Y menos mal que tampoco me escucharon: “Sube, sube la marea... Quiero, montarme en tu velero, ponerte ya el sombrero y hacernos eso ay, ay, ay, ay”, porque hasta sentimiento le echaba mientras cantaba.
Hasta fui feliz haciendo la cola habitual de mi cafecito de madrugada (es un crimen tener clase a las 7, y no, ni eso fue razón como para ponerme de malas). Irónicamente no hubo reacción negativa al enterarme que la máquina de capuccino estaba descompuesta, y después de todo, el expresso doble no me supo tan amargo. Es bonito ver la vida color de rosa e ir desentonando con todo el mundo por la sonrisa de estúpida que tengo en la cara pues estoy siguiendo el consejo de la pequeñita Libertad. ¡Malditas endorfinas! Ojalá que me duren mucho y no sean sólo medicina de corto plazo. Por eso me hago tonta y hago como que no sé por qué estoy contenta.

martes, octubre 19, 2004

Terapia 2

En los cafés de los lunes la única regla es no hablar de política -se cree que si el primer día de la semana se habla de eso es que el fin fue muy aburrido y no hay nada más de qué hablar-, el tema estuvo a punto de salir y decidimos mejor hacer una lista con algunas palabras que nos gustan. La ociosidad nos llevó a escribir una nueva historia que siguió gozando de la incoherencia característica de los lunes. Los disparates se deben además de a la Chayo y a la Manzaniurka, también a Zai, al Sr. Brunei y al Dr. Simi.
El cuento del lunes
El albornoz blanco le cubría el cuerpo después de la ducha. El cuarto sólo estaba iluminado con la luz de una candela. Entre penumbras se vislumbró la silueta de un merovingio cuyo destino cimbrará a la humanidad. Dichas penumbras sonsacaban los más profundos y soberbios pensamientos. Por la ventana, arriba del chifonier, se observaba una meretriz caminando por el callejón. ¿Acaso era el momento de tergiversar un acto de filantrópía?, tal vez en el acaso. Era un momento embarazoso, pero infinitamente hilarante. A lo lejos se podía escuchar el sonido de un transbordador que se avecinaba, en el cual venía el nuevo primer ministro: un social-demócrata embustero que degustaba una suculenta palanqueta de amaranto cubierta con exquisito caramelo. Meditabundamente, el ministro sacó los papeles que lo identificaban como carolingio. Estaba destinado a encontrarse con la meretriz en un lugar que "seudonimaron" ocultamente la Conchinchina, pero con un alcornoque así, los momentos de sosiego serían imposibles. El ministro con un pasado de filibustero terminó su carrera como diputado plurinominal y plenipotenciario... ¿?

Ok, si no lo entendieron, nosotros menos, es lo único que creo que nos quedó claro. Ahora sí Manzanita, es todo tuyo... Ya hay que dejar de ir a ese lugar, neta le echan algo al café.

domingo, octubre 17, 2004

Diarios de motocicleta

Don Gael refleja perfectamente la figura mesiánica del Che que idealicé en mi adolescencia y ver esta película me trajo muchos recuerdos. Uno de los primeros derechazos que sufrió mi idealismo infantil fue darme cuenta de que al fin y al cabo, Ernesto Guevara de la Serna, no era mas que un hombre. Sus ideas y su entrega para tantas cosas siguen admirándome, pero no me hubiera gustado haber sido alguno de sus hijos y menos de sus mujeres.
Dentro de mi pasado oculto se encuentra una etapa “comunista-idealista” que me sigue trayendo muchas burlas de quienes la vivieron, de mi uso de playeras de Che, de la recopilación de postales, imágenes y archivos sobre él (actitud meramente capitalista que seguro hubiera vuelto a matar de la depresión a mi congénere zodiacal). He de aceptar que fueron momentos de transición en mi vida que culminaron con un viaje hambriento a Cuba hace tres años para darme cuenta de que ya ni siquiera se le puede considerar socialismo a lo que se está viviendo allá, gran depresión por despertar a la cruda realidad.
La influencia de la revolución cubana y de Cuba han sido constantes de mi vida, aunque he de aceptar que de comunista no tengo mucho, sólo sé que el negro y el rojo me quedan bien... Ni modo, la Guerra Fría tuvo otro ganador y yo soy una víctima más del sistema.
En fin, buena película y simplemente con el hecho de haber mezclado a dos bombones en un solo personaje ya es una experiencia quimérica que raya en lo hormonal. Claro, sin contar los paisajes que inspiran a organizar un viajecito similar. Grandes días Gaélicos-revolucionarios en mi vida.
"Hasta la victoria siempre"

PD

Como él mismo lo describió, les dejo un pequeño recuerdo originalmente destinado a Camilo Cienfuegos en el 58 que seguramente escribió en una noche de copas:

He aprendido en libros viejos

donde tratan del destino

que no se llega muy lejos

si yo voy detrás, cretino.

viernes, octubre 15, 2004

La mala educación

La opinión está dividida: muchos dicen que es la peor película de Almodóvar, hay quienes opinan que es de las mejores. Yo sólo pienso que pobre tipo, pero qué guapo es Gaelito, ¡hasta como mujer se ve bien, caray! Y lo mejor es cuando está en la alberca... ¡Ya, no voy a hacer más comentarios! Club de Kitty me espera.

¡Ah, por último! Como diría el Felipe de mi adorada Mafalda: “Hasta mis debilidades son más fuertes que yo” ;P

martes, octubre 12, 2004

Colón

12 de octubre, día de la Raza y Doña Emma lo recuerda con un verso aprendido de su padre, quien a su vez lo escuchó de un compañero inmigrante español hace casi un siglo en Venezuela:
Por Castilla y Aragón,
descubrió un mundo Colón.

¿Y no pudo cambiar de ruta

el hijo de la gran p...?

Terapia

Lunes, donde siempre, como siempre. Capuccino, tal vez dos o tres, depende de los acontecimientos de la semana. Tres seguras, a veces caen más. Una terapia que se está haciendo costumbre y una costumbre que está desembocando en historias como esta. Traumas, o tenemos muchos o nos echan algo en el café...

El cuento del lunes

Esta es la historia de cómo la incoherencia individual puede tomar coherencia cuando se junta con otras incoherencias, aunque se mantenga la incoherencia. O es el cuento de una niña confundida y alcohólica o que se dio un pasón. O tal vez el resultado de un diálogo muy profundo a niveles telepáticos. Eso, tal vez, el mundo nunca lo sabrá...

En un castillo vivía una niña súper sexy, fresa es un fruto que evoca sentimientos eróticos. Pescado. Ese olor la estaba matando. Le recordaba al café de chinos de su tío. Lejanos los montes y reverdecían al asomarse el sol y ser bañados por la lluvia. Hace que la gente abandone los exteriores porque "siente mojadito". Frío, caliente, tibio, de todos modos es agradable. Pero el frío le estaba calando y le recordaba el olor a pescado. Pescado como el que olía en su peda la protagonista de la historia confundida. Gracias a que el alcohol de pronto toma vida propia dentro de mí y actúa en mí. Nombre desconocido del animal que vio la semana pasada, no se lo quitó de la mente. Mente, como todas las palabras que terminan así, fácilmente, alegremente y cariñosamente, se sintió feliz a pesar de todo lo acontecido y pudo dormir soñando con los angelitos.

Changos... que cosas, Analú, llévatelo, tómalo todo, es tuyo también.

Así es, es mío también y no sé si arrepentirme o volverme a reír, pero ya lo publiqué y aguardo pacientemente el próximo lunes para ver cuánto llueve, qué atajos nos tiene la vida, y qué otros disparates se les ocurren a la Manzaniurk y a la princesa Rocío. Y que me llamen loca a mí también, mucho mejor

domingo, octubre 10, 2004

Al servicio de la comunidad...

Lulú Marina, como siempre al servicio de la comunidad, ha decidido inaugurar esta sección en donde se tratará de dar apoyo a aquellos lectores incautos que han tenido la osadía de plantearme alguna situación embarazosa -¡cómo me gusta esta palabra!- o que contenga el grado preciso de amarillismo capaz de mover las fibras más mórbidas de la condición humana. En el capítulo de hoy se presentará la historia de una chiquitina a quien, por razones de seguridad más que de vanidad, se le denominará La Consentida del Profesor. Ésta es su historia.
Querida Lulú Marina:
Desde que entré a la universidad me ha gustado mucho un profesor. Tuve clase con él en el primer semestre y con el paso del tiempo la atracción física se fue convirtiendo en admiración intelectual. Realmente era algo que no me quitaba el sueño pues estaba convencida de que se trataba sólo de una de las clásicas fantasías... (¿quién no ha tenido un flechazo con un profesor que además de ser guapo tiene ese toque sexy de madurez intelectual?)
Todo estaba muy bien hasta que hace poco me lo encontré en la escuela. Por primera vez me saludó de beso y me sorprendió que recordara tan bien mi nombre y muchos detalles de mi vida que en algún otro saludo de pasillo le había comentado. Me preguntó que qué planes tenía ahora que iba a acabar la carrera, que cuándo planeaba casarme. Simplemente me reí y le dije que por el momento no tenía novio y no estaba dentro de mis planes en el corto plazo el matrimonio. Le sorprendió que no tuviera novio –nunca he sido muy noviera, pero para mi mala suerte él siempre me había visto con alguien- y me sugirió un poco en tono de broma que debía conseguirme ya uno, que volteara a mi alrededor para ver si me latía alguno. Yo inocentemente volteé hacia la ventana por donde se veía un grupo de chavos como de primer semestre e ironizando le dije que no estaba en mis planes tampoco patear luncheras.
Su respuesta es lo que me tiene más confundida pues no sé cómo tomarla. Me dijo que no necesariamente tendría que haber volteado en esa dirección, que había otros escenarios más allá, pero que por lo pronto él estaba muy interesado en escuchar cómo iba con mi tesis y que si tenía alguna duda o algo en lo que él pudiera ayudarme no dudara en ir a su cubículo. Se despidió de mí y cuando se estaba yendo me dijo que de todos modos no lo mantuviera muy abandonado y que cuando quisiera pasara para saludarlo. No quiero pensar de más, pero no me lo he podido quitar de la cabeza desde ese momento. Sé que no está casado y que tampoco me lleva más de una década de vida, pero no quiero que de una idea pase a tener un gran problema o que esté malinterpretando las cosas y el profesor sólo haya tratado de ser cordial.
¿Qué hago Lulú Marina? ¡Ayúdame por favor!

La Consentida del Profesor

Querida Consen:

Deberías considerar seriamente lo de ir a hablar con tu ex-profesor con el pretexto de la tesis, para pedirle algún “consejo”. Trata de actuar de manera indiferente y así te darás cuenta de cuáles son sus verdaderas intenciones. Si dices que no está casado, que es guapo, suficientemente maduro y aparte que ya traías el crush intelectual desde antes, entonces no sé qué estás esperando preciosa. Por lo que veo es un segmento del mercado que aún no has explorado y que en el fondo te mueres de ganas de conocer. Parece que estás nerviosa porque estás haciendo algo clandestino, pero al fin y al cabo ya estás a punto de salir y aunque sus intenciones no sean muy académicas no se trata de un delito, ¿no? Ánimo amiga y deja que el destino fluya, pero dale una ayudadita y quítate ese miedo... Total, ya no eres su alumna.

Siempre, Lulú Marina

miércoles, octubre 06, 2004

¿Te late la tele?

Mañana cumplo una semana sin tele. Tristemente para alguien que se consideraba completamente adicta y dependiente como yo, la pantalla chica era tan familiar como indispensable en mi quehacer cotidiano. Lo más sorprendente es que he podido sobrevivir los primeros días de octubre sin dormir ni despertar con el suave murmullo de mi amiga (literalmente así me dormía y me despertaba). Es más, creo que estoy empezando a serle infiel a mi pasado de control remoto, pues no sólo no he extrañado a la mal llamada "caja idiota" sino que he sido muy feliz con mi filosofía “Ghandi”. En esta última semana me dio tiempo de leer por placer. Creo que desde los incidentes salmonélicos (más de 2 meses) no había terminado un libro que no fuera de la escuela.
Acepto que tuve un fin de semana que no me dejó tiempo para extrañar a mi pequeñita, pero ya estamos a miércoles y es como si siguiera entre nosotros. Me da mucha pena decirlo pues ya era una de las relaciones más largas de mi vida (más de 12 años seguro). Tal vez no me ha caído el veinte de que se nos fue y me siento un poco mal porque no ha pasado la etapa del luto (como en todas las pérdidas hay que guardar un periodo de luto y recogimiento, ¿no?) y yo ya le soy infiel con la vida misma. Me sonsacan mis amigos, la compu, la fiesta y lo que es peor: ¡la escuela y los libros! Qué bueno que mi chiquita ya no está aquí para ver en lo que me he convertido.

martes, octubre 05, 2004

100 días

Sí, ya pasaron 100 días desde que muchos de nosotros salimos de blanco a aplaudir manifestando nuestra preocupación y enojo por lo que nos está pasando. Mis recuerdos de aquel 27 son bastante confusos. Cuando salimos de la casa, tanto mis hermanos como yo veníamos prácticamente llegando de un torneo de dominó en el cual perdimos (también nos eliminaron, perdón Charlo, ja).
Haber formado parte de un evento que sin duda cambió el paradigma de la sociedad civil del país (con lo ambiguo que es el concepto), creo que nos enriqueció como personas y como mexicanos, pero aún falta mucho. Anteriormente había participado en diversas manifestaciones, todas hace más de 7 años en Madrid, pero por primera vez entendí lo que significa salir a la calle por un ideal y no sólo para perder clases -aunque ahora me da mucho gusto haber gritado tantas veces: “¡Aznar y sus bigotes, me tocan los co...nes!”-. Allá, este tipo de actitudes ciudadanas se dan por hecho entre todas las clases sociales y edades. En este México tan desigual tristemente no.
Es por eso que el que tanta gente de estratos sociales tan diferentes se identificara con un solo proyecto me pareció ya, sin caer en el conformismo pues dudo que lo sea, algo extraordinario. Lo triste es que sean las situaciones tristes las que nos hagan unirnos. Estoy convencida de que no estamos peor que nunca, pero estamos muy mal.

Y hoy ya ni me reí, se agotó mi humor negro y mi admiración por el surrealismo. Por lo general me río mucho del Peje y de sus pausas oceánicas (“o sea”), del presidente y de sus incoherencias (es imposible mencionar sólo una), del cinismo de los políticos, de los medios, de los peseros, de los taxis, de la burocracia, de la gente en la calle, de que ése sea nuestro reflejo. Me indignó y ya no me causó gracia que quienes supuestamente son los representantes de los habitantes del Distrito Federal no hayan aprendido de la gente que salió en su ciudad a marchar en junio, en silencio, por una causa, por un ideal, por un bien común, con respeto. ¿Ésos son mis representantes? Pues entonces sólo me resta pedir disculpas y recomendarles que entren al recinto, para que se identifiquen con su representante y ahí, de mi parte, le recuerden que en algún momento su mamita les cambió los pañales (si alguna vez tuvieron... pañales, claro). Por cierto, deben tener paciencia pues la página casi siempre está caída.

Y como diría mi filósofa de cabecera:
“¿No sería más progresista preguntar dónde vamos a seguir, en vez de dónde vamos a parar?”
Mafalda

lunes, octubre 04, 2004

Apología de septiembre

Creo que exageré al hablar sobre mi odio septembrino. Ahora que lo analizo en retrospectiva, me doy cuenta de que a pesar de mis deudas arrastradas por las olas australianas y mazunteras, de las pérdidas fraternales y telefónicas, de las lluvias huracanadas y de las fiestas inconclusas, septiembre se mostró lindo conmigo en varios aspectos. Podría mencionar muchos, pero lo dejaré simplemente en que me dio los lunes, los jueves, los viernes y el messenger para hablar con mis hermanos y saber que les está yendo muy bien.
Tal vez quien no quería cooperar con el pobre mes era yo, pero ahora nada más por esa razón prometo reivindicar al género de los meses y hacer las paces con el calendario en octubre. De ahora en adelante seré la defensora del calendario. He dicho.