lunes, diciembre 06, 2004

Depilación

Decidí dejar la cera a un lado y usar de estas cremas depilatorias (mi costo de oportunidad me llevó a elegir la inversión de veinte minutos para tener libertad por dos semanas, a cambio de dos horas por cuatro semanas). Una vez aplicada la crema, tienes que esperar diez minutos para retirarla y voilà.
Me encontraba viendo la tele durante el tercer minuto, cuando al torbellino Zelda le pareció un buen momento para irrumpir la privacidad de mi cuarto y sentarse al lado mío. Al principio mi reacción fue enojarme porque el bicho había interrumpido mi sesión, llevándose la mitad de la crema de una pierna.
¡Se había llevado la mitad de la crema de una pierna! Evidentemente el animalito -por razones fisiológicas más que de cualquier otra índole- tiene mucho más recubrimiento que yo. Cuando caí en la cuenta, mi enojo pasó a preocupación porque en lo que me había levantado para reaplicar el producto y desenfadarme, ya había pasado un rato y no me había dado cuenta de que la zonza estaba llena de crema y sólo me veía muy divertida, moviendo la colita.
Inmediatamente traté de limpiarla con un papel, pero ya era demasiado tarde. Zeldi había sido víctima del efecto lampiño y sufría sin dolor su primera depilación... Y nada más porque la perra no es muy brillante, que si no estaría agradeciendo que tengo muchas cosas que hacer y esta vez no escogí la opción cera que duele duele.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pobre chiquita linda!eso si que es mala suerte xq tiene q ser en esta epoca que necesita de su pelo para taparse del frio, pero eso le pasa x meterse dnd no la llaman.