“Lleve sus ricos, tamales oaxaqueños, calientitos, DELICIOSOS, tamales oaxaqueños...”
Hace poco fue la graduación de uno de mis mejores amigos, de un amigo del Clan. Nos conocemos desde hace más de quince años; con esta banda aprendí los primeros y los mejores albures de mi existencia, hasta la fecha siguen sorprendiéndome porque cada vez que los veo tienen un nuevo repertorio (seguro con esta frase ya vieron qué pude haber dicho mal para alburearme, casi como cuando las palomas de Costa Rica). Las primeras fiestas-fiestas las viví con ellos cuando apenas salíamos del Club de Toby y de Kitty respectivamente. También descubrí los juegos de botella y esas tonterías a su lado. Nos reímos mucho cuando nos da por aplicar el abuelazo. De cuando en una ocasión el amigo anfitrión llegó a decirme que el graduado quería andar conmigo, a mí no me dejaban tener novio así que mi respuesta fue negativa. Ante esto al anfitrión se le hizo muy fácil pedirme que anduviera con él, ahora me da mucha risa, pero a los once años recuerdo lo indignada que estaba bajo el argumento de que yo no era un objeto que se rolara así como así.Conozco a muy poca gente que tiene la habilidad de reír y de hacer reír como la tienen mis chicos. Cada vez que salgo con ellos me inyectan energía a través del ron (porque son caribeños hasta los huesos) y por las tonterías que dicen y hacen. Ahora somos siete (“¡Queremos boda, queremos boda!”) y he de aceptar que me han tenido mucha paciencia pues me siguen considerando parte del Clan sin cumplir con uno de los requisitos fundamentales: las reuniones semanales, pero se nota que sí me quieren porque me lo perdonan, propósito de Año Nuevo, ya sé. Felicidades al KA-LI-MAN (creador junto con el Vic Brother de la foto oficial de este página) y los quiero mucho-mucho amigos.
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