Como una ironía más de la vida de las que por costumbre me he vuelto gran fan, resultó que a pesar de tener el ego muy alto y sentirme súper yuju, mi sistema inmunológico me rechaza y ha comenzado por atacar las articulaciones. Llevaba un año con dolorcitos en los dedos y no me habían preocupado gran cosa. Sí, dolía, pero al principio lo adjudicaba al hecho de estar frente a la computadora hablando con mis amigos y me causaba gracia pues no sabía la gravedad del asunto. Empecé a presentir que se trataba de algo serio cuando el frío se instaló en la ciudad y un día por primera vez me fue imposible levantarme, no como cuando “se te pegan las sábanas” y estás tan enamorado de tu cama que no te quieres alejar de ella. El sufrimiento venía doble cuando me movía y ya no sólo era de los dedos, éstos habían pasado a una etapa superior donde se engarrotaban con el anuncio del calambre que más que doler te deja inmóvil.
Con tanta sangre que me han sacado últimamente, Drácula se habría echado mínimo diez caballitos de “sangrita” (y se hubiera puesto high, agregaría el Peluches). En veinte días he ido cuatro veces a hacerme análisis, total que el brazo izquierdo ya ni para sacar muestras me sirve, la vena es súper maricona -más que yo- y se esconde cuando ve que la aguja se acerca. Y siempre es lo mismo: “abra y cierre la mano, por favor”. No hay respuesta, ése es uno de los movimientos que va más allá de mi voluntad y luego las señoritas pensando que no las escucho lo repiten varias veces “ponga la mano hecha puño”. En mi enojo con mi esfuerzo malogrado pienso: “A ver p&%$ja, si pudiera hacer eso –entre muchas otras cosas- ya lo hubiera hecho, por qué demonios crees que estoy aquí”. Al final, después de muchos esfuerzos y de comprobar nuevamente que solita no puedo, termino aceptándolo y pidiendo que me ayuden, bueno, sólo si izquierda ayuda a derecha soy autosuficiente, al contrario no funciona. Amiguitos se burlan porque dicen que es cuestión mental, no física, “no es normal que te digan puño y pintes cremitas, ja, ja ,ja”. Y con la gracia. Casi como Seth Cohen definiendo a sus puños como “los embajadores del miedo”, casi, casi. Eso sí, ahora tengo más análisis médicos que cosas que poner en mi curriculum, de algo servirá.
“Y me inyectaron suero de colores, y me sacaron la radiografía, y me diagnosticaron mal de amores, al ver mi corazón cómo latía... Ay negro mira búscate un catéter, inyéctame tu amor como insulina y dame vitamina de cariño, que me ha subido la bilirrubina”.
Índice de reumatología: 180 (la calificación más alta que he recibido y ahora sí nadie hace campana, ¡pamplinas!) Lo normal es estar en menos de 20. Pasé varios días sin decirle a nadie que la mañana se estaba convirtiendo en mi peor pesadilla ya que después de bañarme y conforme se iba acercando la noche el dolor iba desvaneciendo. Era inútil tratar de negarlo u ocultarlo. Mis articulaciones visibles se encontraban visiblemente enrojecidas y engrandecidas. Uno de los mejores piropos que me habían hecho llegó de un amigo –para gustarle tendría que cambiar de sexo por lo que considero que el comentario fue mucho más sincero-, un día me confesó que le gustaba cómo caminaba; definitivamente en estos días invernales lo que más delata el padecimiento es mi forma de caminar y supongo que dista mucho de lo que veía mi amistad. Con todo esto, en mi familia se dieron cuenta y me llevaron de la greña a ver a un médico.
Ofe dice que estoy así porque de chiquita no me daban de comer colibrí, a ella eso le daba su mamá para que no se enfermara y a sus setenta nunca se enferma. Ha de ser, paradójico resultaría que un pajarillo con tanto movimiento fuera artrítico (y el bichito negruzco del jardín tiembla –más de lo normal- pues me lee la mente: “muajajá, ahora cazaré colibrís, los asaré y los devoraré, muajajá, namás que me pueda mover los atraparé, aunque sea lo último que haga”) Dicen que también los piquetes de abeja ayudan, estos días he estado busque y busque a ver si una me “ataca”, pero básico con la Ley de Murphy, en la secundaria en menos de una semana tuve tres piquetes y hoy que sólo quiero uno parece que esos insectos están en peligro de extinción o de plano yo ya perdí el candor de las rosas (¿ya ves?, por andar de florecita rockera)
A este paso, en cinco años terminaré yendo a los antros en silla de ruedas, lo bueno es que amiguitas dijeron que me llevan así. Aunque pensándolo bien tiene razón la Gweni, espero ya no ir a antros para esa época. Artritis reumatoide. La sentencia es crónica y vino emparejada con mi depresión por no poder creer que lo que decía de broma se convirtió en un mal presagio, la edad me está pegando y por primera vez me he convertido en un ser dependiente, completamente dependiente de fármacos que no dan placer y simplemente quitan el dolor.
Mientras escuchaba el dictamen, una lagrimita buscó refugio mirando a la mami que estaba mi lado, mi sorpresa indignante fue verla sonreír, después supe que junto con el doctor tenían miedo al Lupus que puede llegar a ser terminal y, comparando, el adjetivo de crónico que acompaña a la artritis luce súper light, ¡y yo ni enterada de la angustia por la que estaban pasando! De manera sarcástica afirmo que todo este proceso me ha “sacudido”. He sentido mucho miedo, sé que no es para tanto, pero nunca me había planteado estas historias que traigo en la mente; la princesita está siendo trasladada del cuento de hadas a la realidad y de todas formas ésta sigue siendo bonita. Lo sé, quejarme resulta arrogante, pero no puedo dejar de recordar al papá triste que lo que menos necesita es una hija artrítica porque él ya vivió esto y sufrió con ella. Estas herencias que te cargan beneficios y deudas, ni modo, me tocó abuelear también papada y artritis. Mínimo ya gozaré de lugar preferencial en los estacionamientos y al menos reír no me duele. Y Lulú Marina sueña Remi esta noche: “Brinco, salto y corro feliz por los campos”...
5 comentarios:
pobrecita sis! pero te queremos ana lu te queremos!
123 ANIMO!!!
Hola,
Lulumarina, bueno que ya me he vuelto asiduo visitante de tu página. Animo que ya verás la cantidad de avances que hay para este tipo de cosas, ya no es como antes que nuestras abuelas andaban con las reumas (asi dice alguien que tu y yo conocemos), ahora hay mil drogas (ahua!) para controlar esto. Estoy un poco igual que tu, a ti artritis y a mi que se me sube la bilirrubina,,, perdon el acido urico y no me deja caminar, pero con no caminar lleva de la mano el no comer cosas ricas ni chupar, así que si te sirve de apoyo podemos presentar a nuestros respectivos males y que platiquen entre ellos.
Por cierto es excelente el capitulo de los embajadores del miedo!!!
también soy asiduo a tu blog, lamento leer lo de la artritis, pero desde que te conocí, sé que eres mucho más fuerte que todas tus articulaciones juntas...
deberías ir a ver al papá del scout, se dedica a esto... y seguramente podrá ponerte en sintonía para que tus deditos sigan escribiendo tan deliciosa prosa (el verso va por cuenta de la casa)
nada más no te me amilanes (curioso el verbo) y sigue adelante...
atte. M
Analu, no sabía semejante cosa! Junto a la posibilidad de lupus supongo que no es tan grave pero dista mucho de ser una buena noticia. Espero que te sientas mejor y tus pastillitas te estén dejando como nueva. Marce
Gracias a todos!! No os preocupéis que ya vamos pa'lante, namás que yo con mis alarmismos los alarmé y no es pa tanto...
Fan de The O.C., ps la neta viendo tu caso no me siento tan mal, mínimo a mí no me han prohibido nada de nada y la fiesta la sigo hasta q mis articulaciones me lo permitan. --Lo mejor del capítulo de los embajadores es cuando Alex golpea a Seth sin querer, cómo me reí, q ñoños, a ver si volvemos a marear a la amiguita con nuestros traumas de Warner --
Mi querido M, no sé quién seas aunque tengo mis sospechas... Efectivamente, el doctor que me está viendo es el papá del scout y es una maravilla, ya estoy impresionantemente mejor... Prometo ya no amilanarme y llevo una semanita ya de muy buen humor así que cuando nos veamos ni notarán que tengo algo :D
Marce, tal vez no sea la mejor noticia, pero al menos ya sé qué tengo y sí, prefiero mil veces esto, aparte ya nos estamos entendiendo mis articulaciones y yo. Gracias y besos...
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