Come and hold my hand I wanna contact the living. Hoy, poquito antes de las seis de la mañana de hace un año murió mi abuelito; hoy, poquito antes de las seis de la mañana de hace veinticuatro años murió mi abuelita, su esposa. Not sure I understand this role I've been given. A pesar de la evidencia paranormal del caso, hay quienes siguen aferrados a la negativa. I sit and talk to God and he just laughs at my plans. Hay quienes todavía se niegan a creer lo que a mí me parece una auténtica novelita de amor, de esas que hasta sorprenderían en la irrealidad a Corín Tellado. My head speaks a language I don't understand. Hay quienes siguen viéndolo como una casualidad y ya deja de soñar, niña; pero para mí sólo existen dos opciones: o el señor se dejó ir estratégicamente en ese momento, o de plano la señora regresó al más acá para llevárselo al más allá en ese preciso instante. I just want to feel real love; feel the home that I live in. 'Cause I got too much life running through my veins going to waste. Como sea, cualquiera de las dos opciones sólo dan muestra de que el amor eterno sí existe, aunque su penúltima y necia nieta se dedique a desprestigiarlo al grado de negarlo como la peor de las utopías. I don't want to die, but I ain't keen on living either.Before I fall in love I'm preparing to leave her (them) No hay remedio y ellos deben saberlo, en el fondo se muere de ganas de encontrar a alguien que la ame una milésima parte de lo que ellos se amaron. I scare myself to death, that's why I keep on running. Before I've arrived I can see myself coming. Igual sé que ambos van a interceder por mí con Cupido cuando esté lista y haya superado mi propia existencia y esta insólita adolescencia tardía. And I need to feel real love and a life ever after.I cannot give it up! Siempre estaré orgullosa de haber sido su nieta; de que a cada rato me comparen con ella, que si la actitud, que si la nariz, que si la artritis, y yo sé que cuando por fin ya me vea lista, va a conspirar para que así como ella, algún día encuentre un amor de los de a de veras, de esos que se miran ancianamente como quinceañeros, de esos que hacen que los demás duden si realmente él deseaba tanto morir dormidito como ella y hasta a la misma hora. I just wanna feel real love in a life ever after. There's a hole in my soul, you can see it in my face, it's a real big place...
miércoles, noviembre 30, 2005
martes, noviembre 29, 2005
Justicia divina I (no es lo mismo ladie's trip que lady strip)
Las mejores -y peores- ideas nos surgen entre alcoholes; así fue como cinco días antes decidimos que nos urgía trasladar esa fiesta de terraza antrera al mar. Razones había de sobra, Oh-oh-oh-Irerirerie no pudo haber hecho un mejor compendio de “motivos estrictamente médicos”: 1) la falta de sol me está causando un preocupante color fluorescente-burócrata y afecta mi fijación de vitamina E, 2) el frío últimamente ha estado de la shingadiux, y una que no tiene hombre que la apapache, pues sufre de hipotermia, 3) los estudios científicos realizados por la Yale University, el Cambridge Center for Women Studies y Yo-merita han demostrado que las altas concentraciones de estrógeno en combinación con dosis etílicas en abundancia activan la liberación de endorfinas benéficas para la salud.
Eso sí, coordinar a tanta vieja con agenda de altas ejecutivas resultó ser lo más complicado hasta que la excelentísima embajadora dijo al-demonio-nos-vamos-este-fin-y-punto (evidentemente su intervención fue mucho más diplomática, ya muy en su papel, “¿o qué, de plano este viernes a tomar maletas, bikini y lentes de sol? Porque una cosa sí es segura: no me iré de México sin haber ido a la playa por última vez con ustedes”, y yo casi lloro). Pero lo que había comenzado con la idea de un ladie’s trip a Cuernavaca hace un año, terminó en un acapulcazo express con todo y el Mauricio Garcés de Canadá que nos hizo tremendo pancho yo-también-quiero-ir-a-la-playa y con el Chiquis (te extrañamos mucho y te queremos más, ya vendrá otro)
Seguiré insistiendo de por vida, no traten de convencerme porque igual hace cincuenta años hubiera dicho lo contrario, pero el Acapulco que me tocó conocer no me parece ni medio segundo estético, de hecho está re-feo con todo y el tráfico, el esmog y el ruido de la ciudad, pero una qué puede hacer contra todos los recuerdos acumulados y los que le vamos aumentando con cada nueva visita, nada, no puede hacer nada más que convertirla en su playa favorita. Sé muy bien que soy un amigo más entre el montón que sólo soy un fan de corazón que no te para de soñar cada día más. Y así fuimos comenzando la fiesta que nos llevó al antro que nos hermanó a la Sis y a mí, que ha visto varios de mis peores osos de zoológico, que nos hizo estupiditear al grado de crear el baile de salón, que me hizo cachetear al yuca cuando me enojé, en el que conocí a un colombiano y en el que en esta ocasión traté de justificar lo injustificable: no son gays. Pero sé también que entre la multitud alguna vez pudieras ver la luz sobre mi piel para reconocer el amor más fiel. A pesar de que el secretario particular de la embajadora me lo había dicho "ya estamos en edad del Baby", nuestras ansias de no crecer invariablemente terminan llevándonos dos cuadras pa'l otro lado. Yo necesito de ti como el aire, nadie te puede querer tanto así. Un poco de tu amor, para poder vivir, un poco de tu amor, me puede hacer feliz.
Ese campo de energía en mi cerebro me satura de descagas cuando pienso, contamina mis sentidos con recuerdos, pues te extraña cada átomo en mi cuerpo. A Oh-oh-oh-Irerirerie y a mí se nos caía la baba y no dábamos crédito de tanta testosterona coordinando un baile perfecto con esos diez cuerpecitos de ibid, por eso desde el principio ella lo intuyó: o son un grado extremo de metrosexualismo, o son más gays que el arco iris. No te extraño yo, te juro. Pero yo me negaba, así que cuando dimos el rol y nos invitaron a subir a la barra con ellos, mi espíritu se regocijó y hasta volteé triunfalmente a verla con cara de ya ves, te dije que no eran. Te extrañan mis neuronas, te extraña más mi boca, te extraña mi razón, te extraña un sentimiento, te extraña hasta la más mínima parte de mi cuerpo. Si algo no me falla, afirmaba inocentemente, es mi GAYdar; y los Intocable se reían de mí cuando exponía en qué consiste: si no voltea a verme segurititito es gay (sí yo sé, sin comentarios). Por eso seguía necia, ellos nos habían invitado a subir a la barra, ¿no? Cómo me urge una masa encefálica de otro color, definitivo el gris no me está favoreciendo naditita porque a pesar de que entre ellos bailaban el arrimón del camarón (¿perdóooooon?) con singular alegría, se cantaban canciones de yourejusttoogoodtobetrue casi casi enviándose besitos desde la lejanía y ni nos pelaban, yo insistía: es que son franceses, no gays. Como cuando en Cuba nos confundían con jineteras y nosotras sólo decíamos: no, es que somos mexicanas. Triste, triste.
Al día siguiente la cruda realidad nos despertó con todo y solecito para abandonar Aca we’, y dirigirnos al paraíso vecino de Pie de la Cuesta. No existe mayor folclor que un vocho destartalándose en plena carretera, con cinco personitas más conductor, maletas de un mes disfrazadas de tres días y bolsas hiper telleronas con todo y hielos; mexican curious trippin’ al extremo. Al poco rato llegaron las dos integrantes que faltaban y una chela llevó a otra y a otra y mayor felicidad no podría conseguirse: amiguitos, solarenaymar, bebidas refrescantes, chismes y concurso de a ver quién gana en la carrera de las mil tonterías por segundo. Creo que estuve dentro de las finalistas, cómo habrá estado la cosa que es el día en el que no sé qué pensar del comentario de la embajadora “ay, tengo que ir al baño, no cuenten nada interesante, Lupe (sí, sí, uno de mis tantos apodos, no pregunten por qué) si quieres habla tú”. ¿Tú? Tú es una revista para chavas... Sí, ya sé, pero me dio risa. Y los participantes alternábamos caminatas playeras, mensajes telefónicos (ya dame ese celular, dámelo, gritábanle), hamacas, chapuzones y fotos estilo Hola!, hasta que la noche nos llevó a la fiesta de la alberca para despedir al secretario de la embajadora que tenía que partir al frío polar, abandonando a seis chiquitinas -mayoritariamente solteras- desamparadas en la costa "pacífica" mexicana, qué malo. Creo que escogimos el fin de semana de la convención de franceses pues el hotelillo estaba lleno de ellos y las chiquitinas, ni tardas ni perezosas, consiguieron una invitación a LA fiesta. La idea nos la vendieron en un tris: ir en un barco con barra libre por poquitito dinero y con esos bombones. ¿Quién en su sano juicio podía haber dicho que no? Así que logramos lo impensable, seis mujeres listas en menos de media hora y nos dirigimos al puerto...
lunes, noviembre 21, 2005
Heartache
No es por malinchismo, pero me gusta más el dolor sentido en inglés; no sé, soy rara, ni yo he logrado entenderme, es sólo que me encanta cómo se oyen algunas palabras como hurt, grieving, ache...
En una de las noches bohemias (por aquello de las canciones, la filosofía y el alcohol), estos locos mencionaron los pasos psicológicos de superación para la ruptura. No los recuerdo bien, pero creo que eran algo así como:
1. Llantito descontrolado con mezcla de culpas “y si hubiera dicho”, “y si hubiera hecho”, “y si no hubiera hecho o dicho”... I just don't know what to do with myself; movies only make me sad, parties make me feel as bad ´cause I'm not with you. I just don't know what to do... Like a summer rose needs the sun and rain I need your sweet love to beat love away.
2. Mariachera con todo y el che vieja(tipo). He de sesgar porque en definitiva es MI FA-VO-RI-TA: “porque un bicho rastrero, aún siendo el más maldito, comparado contigo se queda muy chiquito”, “que me perdone tu perro por compararlo contigo”, o si nos ponemos más varoniles y al Jerez con un “pareces una baraja, car$#a; por eso mi amor te deja, p!%?$#*, por eso mi amor te olvida, cab$*, jo%$#*, malagradecida” (nomás pa’ que vean que las niñas no necesitamos palabrotas para ser manchadas, je)
3. Ardidez promovida por la exaltación del yomismo “soy un fregón, qué tonta(o), mira lo que perdiste (y no voy a volver, no voy a volver aunque me ruegues, verdad de Dios)”. Por las buenas soy buena, por las malas lo dudo, puedo perder el alma por tu desamor, pero no la razón, yo soy toda de ley y te amé, te lo juro, pero valga decirte que son mis palabras el último adiós. Aunque vengas de rodillas y me implores y me pidas, aunque vengas y me llores que te absuelva y te perdone, aunque a mí me causes pena, he tirado tus cadenas y te dedico esta ranchera por ser el último adiós.
4. Posteriormente y ya con más calmita, se cae de nuevo en la depre pero-si-yo-sí-lo-quería, que o bien puede aprovecharse pa’l análisis de la ruptura, o para quedarse inmerso en los porqués sin activar el avance. Es aquí cuando a amiguitos olvidados se nos da el cue para entrar a escena y zapear al protagonista por bruto(a) mandilón(a), para cuidar guarapetas o simplemente para sentarse a escuchar porque en esto sí soy experta: por definición uno jamás va a seguir los consejos de los demás, no, no, incluso parecería que hiciéramos justo lo opuesto, o al menos yo que soy brutabruta pa’l amor me da por pedir consejos y mandarlos al demonio al instante. Si lo mejor del tropezón es levantarse y sobarse el ranazo, aceptando que un sentimiento no se borra con apagones de switch. Te quiero, me dejaste el florero y te llevaste la flor, pero igual te quiero; me dejaste el vestido y te llevaste el amor... Primero, te quiero igual. Te quiero, no sé si estoy despierto o tengo los ojos abiertos... Te quiero, te llevaste la vela y me dejaste el entierro. Te quiero, me dejaste la ceniza y te llevaste el cenicero, te quiero, pero te llevaste marzo y te rendiste en febrero...
5 y 6. De tanto pensar uno termina en el proceso de la negación (ya no quiero-puedo seguir pensando en esto ache-u-e-uve-a) para dar paso a la superación; o algo así... Y se ve una lucecita y el caminito que te saca del maldito laberinto. I got a new life, you would hardly recognize me, I'm so glad. How can a person like me care for you? I, why do I bother, when you're not the one for me. Is enough, enough! I saw the sign and it opened up my eyes, I saw the sign. Life is demanding without understanding...
Yo no sé qué está pasando, pero en menos de dos meses a algunos amiguitos les dio por la soltería, a fuerza de la otra parte o por voluntad propia, pero igual ha sido doloroso y yo también he tenido ganas de llorar cuando los veo hacer lo propio. Y es que por mucho que el movimiento hembrista profiera que los varoncitos son unos jijosdelcomal sólo basta ver cómo los-hombres-también-lloran para que todo resquicio de Paquita se vaya con la carrera de los 10 km.
Cosmo se empeña en hacernos creer que el proceso de recuperación en una ruptura amorosa es muy diferente entre mujeres y hombres. Según los doctores especialistas avalados por la publicación, las niñas solucionamos el desamor con litros de helado en sesiones maratónicas de películas con portadas rositas y lloramos y lloramos hasta que después de un tiempo de luto intenso se van el amor y la congoja. Los hombres en cambio son clasificados por los estudios como los que tratan de omitir el sufrimiento con empalmes de alcohol, chicas y amigotes para terminar en el mediano plazo martirizándose cuando les cae el veinte de que su pioresnada ya se les fue del panorama.
Pues bien, muy a pesar de lo que diga Cosmo, me aventuro a diferir al pensar que, o yo tengo una cantidad exagerada de testosterona, o en esas aseveraciones no se toma en cuenta que habemos mujeres que “nos curamos” el amor à la joséalfredo, con todo y su estilo jalisco. No la recomiendo, no es la mejor técnica porque a mí me da estúpidamente por querer olvidar a la de tres y por la búsqueda de rapidez sólo alargo el proceso, no me doy tiempo de lutos, me gana la parranda y para cuando me doy cuenta todavía tengo al compadre hasta en los huesos y todo por no manejar el grandioso concepto del encerrón del duelo judío. Pero como dice la mami, en este mundo hay personas a quienes les es más fácil soportar el dolor físico que el sentimental y es probable que yo sea una de esas, así que cuando tengo que enfrentarme a una pérdida emocional reacciono como canción de luismi: fría como el viento o peligrosa como el mar.
Al final creo que no hay algo más parecido a una mujer que un hombre, por mucho que insistamos en achacarnos diferencias; en esencia pasamos por lo mismo y los sentimientos manejan a la perfección el concepto de la equidad de género. Todos cometemos errores y cuando padecemos el tormento del amor, todos reaccionamos diferente, aunque ya seamos clientes frecuentes del cortón.
Habrá a quienes también les resulte bien aquello de los parchazos (sin albur); en mi caso resulta una ironía que la homeopatía le esté funcionando de maravilla a mi cuerpo, pero en el aspecto emocional los principios homeopáticos del similia similibus curantur (en cristiano: “lo semejante cura lo semejante”; en lulumarino: un clavo saca a otro clavo) y de la memoria del agua (recordar para poder olvidar), no me han funcionado tanto. Porque yo, a pesar de parecer lo contrario, sigo sin comprar la idea de que soltería es igual a soledad y no lo veo como un padecimiento, no, no, no, toditito lo contrario, júrolo...
Por eso cuando veo a amiguitos o a alguien muy querido pasar por estos gajes del oficio, no puedo sino reflejarme y acordarme de la pesadillita light que significa perder la ilusión de The One y aceptar la triste realidad de que por fin no... De que todas las canciones complotean, y por eso entiendo que habrá a quienes Don de Miranda les haga llorar, porque uno no se ubica en la vida, el mundo queda muy grande y todo lo que viene con él resulta imposible, los días, las noches, la familia, los amigos, las fiestas, los sueños, los antros, la tele, los libros, la grilla, el éxito; todo se reduce a la depre y a ver pasar la vida en cámara lenta con ganas de no despertar; hasta que un buen día uno termina aconsejando a amiguitos para que tengan paciencia porque el tiempo es tan sabio que cura hasta al amor y no da crédito de la sonrisa que se le forma en la cara cuando se da cuenta de que efectivamente, en algún recóndito lugar de la memoria hay vestigios de uno, dos, quizás tres heartaches que ya no duelen ni en el recuerdo...
domingo, noviembre 20, 2005
Estupefaciente
...bueno, eso no lo deberías de saber, pero es que tú eres como una droga muy fuerte; con unas subidas durísimas y también unas bajadas tenaces. Me quedé como lela y sólo pude medio decir: ooooooquei, eso no sé si fue un insulto o un piropo. Ni yo, dijo, es como un empate. Y al día siguiente seguro le dio ansiedad o yo qué sé...
Vuelve conmigo, preciosa.
¿Vuelve conmigo? ¡¡¡TIENES NOVIA!!! Te recuerdo...
¿Y preciosa? ¡Ay, no me &#%/$!
Pero mi diálogo alternativo sólo se quedó en la mente y dejó las dudas flotando en el ambiente porque cada que habla conmigo es lo mismo, a mi hígado le da por cambiar lugar con el estómago y yo juro que ya no sé ni qué demonios sentir...
miércoles, noviembre 16, 2005
(A)divina
Me conviene más no creerlo; por higiene mental debería haberle dado borrón al augurio porque ahora sí que me quedé helada. No se vale darme estos sustitos a dos semanas de haber pasado Halloween. Lo del cumplimiento del primer pronóstico me pareció una chiripada, aparte era algo que hubiera podido ocurrir con o sin agoreras; pero esto ya sobrepasó mi concepción de la probabilidad. Ese nombre era tan difícil que me dio risa cuando la pitonisa me preguntó que quién era Fulanita (“¿ps qué no es la de la Sirenita?”); qué iba yo a saber si en ese momento no la conocía y la boca de profeta minimizó mi ignominia con un “ah, es de la oficina, ya la conocerás, mucha plática, mucha conversación, mucha plática” y ahora tómala. ¿Cómo demonios digiero esto sin negar algo tan poco probable? ¡Ay nanita! Es que cada que lo pienso vuelvo a sentir como frío en la boca del estómago, ¡qué miedo! Y sumado al otro presagio cumplido y a los de los demás (porque como bola de nieve fueron y ya son varios detallitos vaticinados que se realizan) termino de quedarme pasmada ante el asombro porque no es normal, es tan real que no me permite creer que sea verdad. De verdad no puede ser verdad... ¡Chin! Lo que más coraje me da es que hace tres meses que la visitamos afirmó que el amor estaba a la vuelta de la esquina, y yo de bruta no le pregunté de qué calle. Ahora sólo me queda esperar que se cumpla el plazo de los seis meses que dice la Sis hay que dejar pasar antes de volver a traumarnos por seis meses más al escuchar los nuevos enigmas que nos dirá, pero en la próxima ocasión juro que preguntaré mínimo entre qué calles, aunque sea lo último que haga.
*Not’asustes:
Tan incrédula estoy que me puse a revisar en el archivo bloggero que es más fiel que mi memoria. Chacachachán... ¡Sí! Ahí estaba, en algún momento mencionó ese nombre (4to. párrafo). Para que vean la gran utilidad de estas bitácoras: reafirman mi terror y me asustan más que Supernatural y Medium juntas. ¡Mu-fa-sa!
*Not’asustes:
Tan incrédula estoy que me puse a revisar en el archivo bloggero que es más fiel que mi memoria. Chacachachán... ¡Sí! Ahí estaba, en algún momento mencionó ese nombre (4to. párrafo). Para que vean la gran utilidad de estas bitácoras: reafirman mi terror y me asustan más que Supernatural y Medium juntas. ¡Mu-fa-sa!
lunes, noviembre 14, 2005
Puritita diplomacia
Siempre ha habido gente sagaz dentro del SEM (Servicio Exterior Mexicano) y puedo respirar tranquila al saber que por lo menos ya hay alguien más. Sí, es motivo de mucho orgullo saber que de las 25 plazas que se abrieron en la convocatoria para entrar al SEM, ocho se las llevaron algunos ex-alumnos de mi universidad y de mi carrera; pero lo que más me entusiasma es que una de mis grandes amigas se encuentra dentro de ellos. Todo el mérito es de ella, pero ni modo, me siento estúpidamente orgullosa; y luego más porque la gente me felicita indirectamente cada que sale un nuevo artículo en los periódicos cubriendo la noticia (porque vaya que hicieron noticia si se toma en cuenta que la carrera tiene tan sólo catorce años y mis compas y yo representamos a menos del 1% del total de estudiantes del país). Por eso lo que está pasando me da más coraje que nunca. Da pena ver que se minimice la labor diplomática y no lo digo porque me haya aventado cinco años estudiando la carrera de Relaciones Internacionales. Es necesario un buen desempeño para representar al país en el exterior y da rabia saber que hay personas que se preparan por años, que hacen una carrera diplomática durante décadas y que se convierten en grandes estrategas y conocedores de las deficiencias y oportunidades del país, pero que son relegados al olvido porque los puestos políticos son los que terminan decidiendo y la mayoría de las veces lo hacen muy mal.
Pero bueno, no todo es tan grave, uno puede llegar a divertirse mucho al ejemplificar refranes populares como aquel de que ‘el burro hablando de orejas’. Y Fox (o Fotz según Chávez) le decía vehemente a Maradona que chitón, que lo suyo era el fucho y no la polaca; como si el vender coca-colas garantizara el buen desempeño gubernamental. Y luego la venia comediante de la familia reluciendo con su excelentísimo canciller en una de las peores improvisaciones del gobierno del cambio; a días de haberse estrenado como secretario de relaciones exteriores ya habían empezado los tropezones con la confusión entre la doctrina Carranza y la Estrada, así que para salir del atolladero nada mejor que soltar un chistoretín chiquituelo “bueno, pues es que yo no soy diplomático, tienen que entender” (jojoy, jojoy, segurísimo en el Matías Romero resonaba una carcajada muy diplomática entre las fuentes de ferrero-rocher) No, si quedaba clarísimo que lo suyo era reducir la política exterior a los negocios internacionales, pero bueno, al final se especializó en una carrera express y ya con menos de 3 años en el máximo cargo de la diplomacia nacional hasta se sentía secretario general de la OEA. O sea, el señor es picudísimo si lo comparamos con los diplomáticos que pasan toda su vida preparándose.
Sí, sí, es lamentable la actitud kinderesca de Chávez, como lo fue (es) la de Castro; pero qué necesidad foxiana (fotziana) de bajar al nivel de un dictador, un golpista y un futbolista. Un cursito de autoestima no caería nada mal en Los Pinos y es que más allá de las rencillas y las revanchillas personales, el presidente debe velar por la institución que precisamente preside. ¿Para qué? No entiendo la necesidad de enfrascarse en situaciones que vulneran la estabilidad del país, ¿o será que precisamente ése es el objetivo? La diplomacia no necesariamente es quedar bien con todos, pero uno de los principios fundamentales (y hasta por sentido común) es saber con quien pelearte; podría jurar que Maquiavelo, Sun Tzu y Kapuscinski les hacen poner cara de what al presidente y al canciller y créanme, éso sí me deprime.
"...los especialistas evitan al enemigo fogoso; lo atacan cuando se ha relajado y sus soldados están llenos de nostalgia."
"Si el general del ejército enemigo es obstinado y propenso a la cólera, insúltale y haz que se enfurezca, de manera que esté irritado, que ya no vea claro y que se lance atolondradamente sobre ti, sin plan."
El arte de la guerra, Sun Tzu
jueves, noviembre 10, 2005
Príncipe azul
A una de las locas se le ocurrió empezar de preguntona ¿que cómo me imagino a mi príncipe azul? Y me puso a pensar. Cultura general, valor dos kilómetros y yo ni idea, como que siempre decía que me tenía que llegar y en cuanto lo viera, lo sabría. ¡Ay, sí, tú! Cálmate Blanca Nieves, como si a estas alturas un tipo pudiera despertarte con un beso, me cae que si estás bien jetona hasta le das un golpe pa’ que sesté. Obvio me caí de la ensoñación y puse los pies en la tierra porque es cierto. He de aceptarlo: me enloquezco con los venaditos y qué maravilla el pozo de los deseos, los pajarillos cantarines, los vestidos, la magia, los bailes, pero ¿qué hay de las orugas horrendas de los bosques? ¿y qué me dices de la polilla, de que tus amigos sean ratones, de tener el cabello tan largo como para simular un escape furtivo (as-co), o de la bruja de la verruga que como saca una manzana se puede convertir en dragón? No, si yo de princesa de cuento no tengo ya ni las ganas, por eso a mi príncipe azul no le puedo exigir el caballo blanco, el título nobiliario, o la sangre azul (con que tenga sangre caliente, gritaba la otra atascada). Shhht, estamos hablando de MI prince charming, ya llegará tu turno, you fake Fiona. Y así pensé en mi hombre... Suena banal y trillado, pero en serio, el físico me parece tan importante como si Ninel Conde y José Manuel Figueroa se pelean, es decir, me da lo mismo (evidencia empírica de por medio y hasta mis amigos han empezado a instaurar “estándares de calidad” por-mi-seguridad, ajáaa), pero bueno, tal vez sí exigiría que tuviera la suficiente estatura como para ser más alto que yo y lo suficientemente normal como para no ser un caso aberrante de la población (igual sigue sin ser tan difícil). En las especificaciones no va a estar el güero ario de ojo azul ni el morenazo de fuego; no es requisito que le dé un aire a Brad Pitt o que baile a lo Ricky Martin. Y aunque the first married one diga lo contrario, en serio: el cuerpo no es básico, pero más-menos 20 kilos ya es de pensarse. No busco a alguien que hable bonito (estoy tratando de superar mi adicción a los acentos sudamericanos y a los choros baratos); busco un hombre que no sea un huracán y nunca eclipse al sol (Luis Miguel dixit). No necesariamente tiene que entender la teoría cuántica, ni saber la capital de todos los países; no tiene que recordar las propiedades químicas de la tabla periódica de los elementos; tampoco tiene que hablar cinco idiomas o descubrir los problemas planteados por Poincaré. No necesito a un hombre que domine el mundo o sea un erudito; es más, preferiría una inteligencia promedio a estar con un genio porque luego esos dan terror (otra evidencia empírica de por medio, “sht, shhht, ¡aterriza!”). Si es cuestión de educación pues muchos títulos tampoco lo hacen pasar en VIP, porque a pesar de la ironía, creo que la educación va más allá del diploma. El único requisito indispensable es que sea una persona a quien le apasione lo que haga y que a mí se me caiga la baba al admirarlo por eso –en sentido metafórico-, por supuesto, mientras su business no afecte a terceros o no sea ilegal (¡ejem!) No quiero a un Fitipaldi al volante, sólo con que sepa las reglas básicas de educación vial y el significado de las direccionales y los semáforos ya está bien; no me interesa andar con un coche así que ése tampoco es un issue, ni los millones que él o su familia tengan, tampoco quiero estar con un papelito o con dependencias. No me importa que sea un hombre con miles de defectos y que haya cometido muchísimos errores, no quiero una persona perfecta a mi lado: sólo pido que tenga la capacidad de darse cuenta de lo que hace mal, y que luche para ser mejor. Eso es lo que quiero, un hombre que busque ser mejor, que no se conforme con nada, y no debería usar el verbo conformar porque de tan conformista me cae gordísimo. Quiero a alguien que aprenda a verme con todo y los miles de defectos que tengo y a la vez que esté completamente ciego (mi vocero diría: lo que quiso decir esta loca es que esté enamorado de ella); que cuando cometa un error sepa qué decir para hacerme crecer a su lado y que no sólo se quede en recordarme mis defectos. Que esté consciente de que no estoy disfrazada de Cenicienta (si hasta me hago burla del oso cuando viví en un país en donde todavía hay princesas y a mí me tocaba hacerla de mi propia cocinera: primero tienes que lavar el pollo, decía la mami instructora de larga distancia que no supo si reír o llorar cuando la interrumpí porque yo ya iba corriendo por el jabón para literalmente “lavarlo). Sólo quiero alguien a quien adore y con quien decida estar para convertirlo en el testigo de mi vida, sólo alguien que quiera lo mismo de mí y que haya esa magia de sonrisa más allá de los tres primeros meses de endorfinas; de decirle adiós al mundo cuando sea necesario y tener un cómplice de risas, que, como decía María Rojo (reservo mis comentarios hacia ella, pero acepto que me gustó mucho cuando dijo lo que dijo): si mato a alguien no pregunte por qué, sino que inmediatamente responda “dónde escondemos el cadáver”. Que sea alguien a quien no tenga que necesitar y eso sí, que tenga una risa bonita, buen humor y muchos detallitos lindos. A veces creo que mi coeficiente intelectual disminuye cuando analizo mis gustos varoniles y me doy cuenta de que los considero más inteligentes mientras más se rían o me hagan reír. Y es que si me dan a escoger entre Ryan y Seth, sin pensarlo me voy por el segundo aunque el otro esté más lindo, pero es que también me cae mejor Summer...Sí, no pido nada y lo quiero todo, creo que busco lo que todo el mundo quiere y por eso mi pedido no ha llegado, pero ya llegará, de eso me encargaré otro día. Y le callaré la boca a Shakira cuando canta “y me cansé de besar sapos en vano, mi príncipe azul jamás lo encontré”. Mientras, mientras lo espero sentada porque para encontrar al hombre ideal una tiene que dejar de soñar para ver qué es capaz de dar y por lo pronto yo ando de un egoísta que pues ni cómo, la verdad...
martes, noviembre 08, 2005
¡¡Desde el Turibú, para el mundo!!
El señor Feben lo había advertido, los que íbamos lo sabíamos o al menos lo imaginábamos, y aún así yo cometí la estupidez de aparecerme ante los rayitos de la ciudad de la esperanza cual lagartija de jardín: sin el menor pudor en el cuero cabelludo. Amo los sombreros, los gorritos y el estrello, pero odio como pocas cosas el sudor producido por éstos; no porque piense que mis dos únicas neuronas fieles busquen hacer sinapsis en la troposfera por medio de un derretimiento externo, no, no, tampoco por el aish-me-voy-a-despeinar que podría pensarse de mí, ¡no! simplemente odio la sensación del sudor así como odio las colaciones de Navidad, namás pa’ que conste que el sentimiento es fuerte. Y por subestimar el poder ultravioleta del sol citadino terminé con un bronceado de pena ajena: no sé qué sea peor, si la nariz de Rodolfo el Reno o la marca lateral de la raya del peinado; según la Cuchis “no-puedo-hablar-porque-muero-de-risa” lo peor va a ser cuando se empiece a despellejar “el bronceado” craneal, ¡bah! a mí a estas alturas ya me da igual, sólo que llevo dos días peinándome de rayita en medio porque aquello era un camino parieto-frontal color lulúmarina (cosa que me pareció una broma del destino de pésimo gusto, por cierto) y para colmo de la supra-vanidad, cepillarme dolía-duele todavía. Consuelo de muchos: "la" entiendo Yosola.
Eso sí, nosotros íbamos súper in, con esto de los segundos pisos pues cómo subirse al Turibús y no ir en la parte de arriba, esas ínfulas de estar de fiesta en el deefe que uno de tanto oír hasta termina creyéndoselo. Y eso sí, por ambiente no paró nuestra zona, porque tal vez el plan parecía hiperultramega ñoño, pero qué podría esperarse de 9 individuos con un blog, así que nuestro intento de redención fue el apañe de la zona posterior, así como de primaria “shot hasta atrás, shot hasta atrás”. Sólo conocía al Chavo (últimamente en peligro de extinción), al Conde de Almaviva y a Rasmin, a Quack lo había visto menos de dos minutos en un barecillo, y había hablado con el señor don Feben por teléfono y, al igual que con Yosola, la comunicación había sido fundamentalmente de pantalla, al Terrible Funk y a Lilith Galactik los conocí frente al Auditorio. También contamos con la presencia de la chiquitina de uno de los bloggers y simplemente puedo decir que el evento quedará catalogado en el archivo de la diversión, salvo por el momento en el que ya me veía linchada a mitad de Polanco por hacer una comparación muy desafortunada acerca del jazz. Pero eso sí, quién me manda andar defendiendo el reggaetón, ni que fuera la hija del Daddy Yankee. Si desde luego es que el que nace pa’ tamal del cielo le caen las hojas porque caí redondita en la prueba, qué necesidad tengo de andarme metiendo en líos de en gustos se rompen géneros, pero en fin, naca auditiva siempre he sido y me confieso con el placer culpable salido del clóset del cuéntale que te conocí bailando y el boricua morena, me reservo con la gasolina, pero es que lo mío-lo mío es el eclecticismo.
Bueno, pero adelanté la historia porque mucho antes de la discusión del jazz, las chelas y ésa-todavía-tiene-frijoles, fue el recorrido bache-visual-auditivo bajo una amenaza constante, porque basta avanzar unos cuantos metros y los árboles se contagian de la delincuencia, casi nos secuestran a varios del grupo y sólo se escuchaban los gritos salvaparejitas e integridades de “cuidado”, “aguas”, “las ramas”, ecoturismo al extremo; pero uno cree que ya conoció suficiente hasta que la adrenalina aumenta ante la amenaza eléctrica de los cables semi-asesinos, no es de extrañar que en el país del “colguemos los zapatos de las amarras”, hubiera recuerdos del Turibús y sigamos el camino de audífonos colgados. A punto estuve de deshacerme de los míos que medio chafeaban en las explicaciones y funcionaban con mención honorífica en el tiempo de la melodía ya-quítenla-que-ésa-ya-me-la-sé, pero algo de civilidad se adueñó de mí y son de esas cosas que me causan conflicto extremo porque ahora que me los traje a mi casa no sé si tirarlos, es como un remordimiento de conciencia medio mojigatón.
Pasábamos por la Condesa y la indignación por no haber sido de los elegidos a la hora del reparto de los chocolates regalados aumentaba al grito de que al que discrimine llámalo por su nombre. Igual ni nos dijeron ahí pa’ la próxima y al fin que ni quería ponerme gorda por glotonagolosa, uno siempre debe ser agradecido hasta con el manchado. Íbamos pasando por el Centro Histórico cuando, después de golpear al pobre Quack, se comprobó una vez más que no necesito de mucho alcohol para hacer y/o decir estupideces o meterme en rollos de malentendidos (yo y mi tremenda bocota y viceversa). “Pues no sé qué piensen ustedes, pero yo la verdad manejo una relación bastante esquizofrénica con la Ciudad de México, por un lado la quiero muchísimo y no me imagino en otro lugar, pero se me hace bastante fea, descontando algunas zonas. Sí, es como cuando tienes un novio que está horrible, pero que igual lo quieres mucho y no sabes ni por qué.” Y para mi mala suerte el último comentario fue dirigido, SIN DEDICATORIA, a la parejita de enfrente que, gracias al abucheo generalizado, se sintió aludida y todo porque me dio por hablar en segunda persona del singular. Sí, ya sé, a mayor justificación mayor hundimiento, pero juro que no lo dije en afán estoy-amargada-odio-a-todos-los-que-todavía-creen-en-el-amor. Quedó claro que lo segundo mío-mío es meter la pata.
Como una ironía, en pleno Zócalo descubrimos cómo se invirtió en consejos giulianescos de seguridad pública, seguro primero lo implementaron en Nueva York, tal vez allá haya sido Superman porque aquí en México nos dejaron a Batman (es que somos re-góticos) y analizándolo no es tan mala idea, la verdad me siento más segura con él que con un poli de los de a de veras -si hasta son del mismo color y eso de la pancita del legendario Bruno Díaz se conserva, “gordibueno”, dirían las optimistas-, así deberían disfrazarlos a todos y chance y matan de risa a los asaltantes). Claro, entre tantas disertaciones a todos nos dio harta sed así que del Centro a Polanco tengo como cataratas en la memoria, sólo recuerdo los comentarios sobre el frontón (y qué creen, ya investigué -que sí, que somos ñoños- y todos teníamos razón, se puede jugar con mano, pala, paleta, raqueta y el estrello), sobre el ojo Remi que en colombiano es José Miel, sobre el espectro de colores que son capaces de distinguir los hombres y sobre el color ambar de las luces de los semáforos, seguro discutimos otros temas interesantes, pero ya era por inercia porque incluso, aún estando frente a Cartier preferimos caminar una calle hacia la izquierda y las bebidas nos revivieron para poner atención a la visión colombianísima de Yosola que me hace reír cantidad con sus consejos (“métale pueblo a la democracia”, ¡paténtela ya!) Pero eso sí, la chispa la tenían todos, como la novia del master que ya en la despedida a cada que alguien intentaba hablar sobre algo nada más hacía burla “mejor postéalo”, sin duda el chiste más ad hoc de la tarde.
Y de reír yo juro que lo sigo haciendo cada que recuerdo al Turista preguntándome como muy conocedor de mi afán de ponerles apodo a los hombres “pobre cuate, ¿qué, está muy rojo o por qué le pusiste el Turibús?” Pero el pobre inocente es él que se cree que el sábado salí con un tipo al que le llamo así y yo no soy capaz de negarlo porque es que me gana la risa...
*Nota
*Nota
Por cierto, recomiendo la lectura de las reseñas de los otros paladines de la ñoñez (Feben dixit).
Chicos: ¿a dónde la próxima? Prometo medir mis golpes, comentarios y usar bloqueador solar...
lunes, noviembre 07, 2005
Lo bueno es que es bonita...
Ya no me importaba, ¿no? Al fin y al cabo fue mi decisión. Pero entonces por qué demonios siento que me dieron un golpe de tumbaquedito en el abdomen. Por mucho que quiera seguir presumiendo el título de ardida del milenio no me queda más que la objetividad en este espacio de falta de coherencia y sí, guapa es poco, y al menos en la foto salen felices (y abrazadísimos, por si las dudas), era lo que le había deseado from the bottom of my broken heart, ¿no? Lo que nunca hay que cuestionar es mi capacidad para perder hombres... sin importar sus pasaportes. Yo no entiendo mi afán de atormentarme y darle vueltas a una foto que ni es mía, pero también él por ponerla en el messenger, así cómo no quiere que la comunidad se entere, por eso ahora comprendo que me haya preguntado hace tan poquitito que si estaba saliendo con alguien, y yo tan diva como me supongo hasta faroleé un ratito cuando el tema salió a colación porque él sí estaba saliendo con alguien, ¡si seré, de verdad! Y no sé qué me da más coraje, si saber que no se trata de una quinceañera rebelde o el hecho (porque era un hecho, ¿no?) de que ya no me importaba. Sí es cierto, yo sabía que no era para mí, pero soy medio brutita y cortita de pensamiento y nunca me puse a pensar en que podía ser de alguien más; egoísmo o proteccionismo, igual se traducen en estupidez porque heme aquí y así...Pero bueno, ya equis, tampoco es que me esté dando un tiro y hasta la Chayo dice que es mejor así a que luego tuviera que estar viendo a mis amigos en la clandestinidad.Ahora entiendo a los globalifóbicos con esto de la tecnología y es que es cierto, una foto, un nick y ya estás destrozado, al menos le dieron un golpazo a este ego absurdo que se me instaló entre las costillas, ya ni modo, ahí pa' la próxima. Ahorita me como un pan para el susto, le rezo a San Antonio otro novenario antes de ponerlo de cabeza, recupero el encendedor de "te juro que dejo de fumar si me consigues novio, plis", me hago un análisis para ver cómo ando del azúcar a ver si no con el espantito me dio diabetes, me suscribo a estas líneas para que me envíen mensajes de superación personal al celular, y espero salir pronto del shock... Es que hasta mis ojos son unos traidores porque sí hacen bonita pareja, ¡caray!Y yo con estas ganas medio ilógicas de cantar Pesado, namás como pa' que me den ganas de llorar en serio y se acabe este gimoteo de primaria post-universitaria...Sí, claro que estoy llorando o es que acaso esperabas que hiciera una fiesta como despedida, y aplaudir que te vas destrozando mi vida; o que al irte me vaya corriendo a la iglesia a pedirle a Dios que te bendiga. No, no podré perdonarte, a pesar que te amo con toda mi alma me obligas a odiarte. Hoy te ríes de mí, no te duele dejarme, pero vas a volver a buscarme y te advierto que voy a vengarme. Vas a besar el suelo por Dios te lo juro, vendrás a pedirme perdón y no dudo que mendigarás por un beso a mis labios, tu piel rogará que la toquen mis manos. Sé que voy a gozar cuando vengas llorando, me voy a burlar de ti al verte arrastrando, te arrepentirás de haberme conocido porque hoy me declaro tu peor enemigo. Y lo que te mereces por abandonarme es que al volver te mande a chillar a otra parte.
miércoles, noviembre 02, 2005
Dudas...
No entiendo. No se vale que me sigan llenando de dudas existenciales. ¿No han visto cómo estoy? ¿Me quieren volver (más) loca? ¿Más? ¿Por qué, por qué? ¿Por qué se les llama así? ¿Por qué fieles difuntos? ¿Fieles a qué, a la iglesia, a sus parejas? ¿Entonces a los "no creyentes" y a los corneadores no se les debe celebrar? Su corazoncito habrán tenido, ¿o no? ¿Y por qué hasta hoy me surge esa duda? Odio a los medios de comunicación; necesito dormir...
martes, noviembre 01, 2005
Salvajemente grupera
La primera vez que los oí fue en un antro de Mazatlán; el Prepa Power menos una había hecho maletas para disfrutar de una semana cortesía de la abuela y a más de cinco años de distancia lo recuerdo como en otra vida, en una donde todavía no habían ni hijos ni bodas ni trabajos, teníamos un año de haber salido de la prepa y la vida se nos iba muy light. Como la gran novedad, yo me había enojado con mi entonces novio, la típica rutina de cada que salía de viaje, por eso cuando por primera vez escuché me dices que te vas porque ya no soportas tu amarga soledad, que ya no soy romántico como cuando te empecé a conquistar, que me olvidé de los pequeños detalles que te hacían vibrar, que me rodea una armadura de acero difícil de penetrar, estuve a punto de llorar. Sé que es verdad todo lo que estás diciendo, no lo puedo negar, y me lastima en lo profundo del alma que quieras terminar, mi mente loca al sentirte segura no supo valorar todo el amor que tú me dabas me arrepiento creo que voy a llorar. Cabe aclarar que despedíamos chilanguismo al extremo pues éramos las únicas 4 criaturitas de la fiesta de espuma que no cantaban como himno y la verdad es que no soy tan fuerte como lo pensaba, mi voz se quiebra estoy temblando de miedo pues sin ti no soy nada, y es que la banda Torreón, Chihuahua y norteña en general se había adueñado de la situación contagiándonos con el espíritu untouchable. Si tú te vas me quedaré muerto en vida, mi mundo se acabará, será imposible para mí existir sin tu amor sin tu cara. Pasó mucho tiempo para que en el de-efe se popularizaran la canción y el grupo, pero la semillita del acordeón se me quedó guardadita en el inconsciente. Y arrepentido de todos mis errores te suplico por favor, que no me odies y que no me abandones porque fuerte no soy...
La expectativa nos duró una semana, tiempo para digerir que Hectorín por fin sí había conseguido boletos. La idea era vernos en su casa para el tequilita previo al evento, pero ni Chayo ni yo logramos coordinar a tiempo para el precopeo, la fiesta anterior nos había golpeado terriblemente y nos recuerdo brindando a las tantas de la madrugada “Hectorín nos va a matar, no vamos a podernos levantar temprano” y así fue. Lo bueno es que el enojo se le fue con la pizza y con el pre-concierto automovilístico así que hoy no me culpes por haberme refugiado en otros brazos, por levantar de las cenizas lo que tu adiós hizo pedazos; así que hoy no me culpes por ponerle una cruz a tu recuerdo, por remendarme las heridas con el rencor que aún por ti siento. Y llegamos con muy buena actitud al auditorio. No quieras desenterrar lo que hace tanto tiempo -¿TÚ QUÉ? preguntaba el maestro de ceremonias, ¿TÚ QUÉ?- ¡¡¡¡tú misma diste por muerto!!!! ,y todos los amateurs respondíamos gritando. Íbamos en plan de ardidos sin causa y todos los hombres son de lo pioooooor, verdá de Dios.
Mientras recopilábamos integrantes de la raza, otros teníamos que ponernos al corriente con la banda y mejorar el outfit norteño con todo y los sombreros, cómo no. Y el timing del guía de turistas no pudo haber sido más exacto. Cada mañana al despertar te juro que no pienso en nada más. Comenzamos muy modositos, grite y grite, pero estábamos en el ala de los aguafiestas que no se levantan ni por milagro. Alguien me dijo que tú encontrastes un nuevo amor, que ahora sí vives feliz, que encontraste a alguien mejor que yo, a alguien que te supo amar y que no te hace llorar como yo. Y yo a grito pelao “si no lloro nomás me acuerdo” con los chiflidos de las locas de la derecha que se llevaron el concierto. Enséñame a olvidar, enséñame a vivir sin ti, qué hago yo con tanto amor, si eres feliz ven dímelo y si ya olvidaste, por favor, enséñame a olvidarte. ¡Cómo no! Pa’ que te acuerdes chiquitito. Y de pronto la Carolíder buscaba ambientar a la raza y qué aburridos todos sentaditos, ¡vamos gente, levántense, lo pidió Cachi! Así habían bautizado las locas de la derecha al gordito que canta, porque eso sí, nos tenían impresionados por sabérselas casi todas, y hasta tener los discos de verdad (no bajadas de internet o piratas), pero tan fans-fans como pa’ saber los nombres de todos pues ni tanto, la verdad. Que yo por amarte subiría hasta las nubes y me entregaría por completo porque te amo, no me importaría morir entre tus brazos porque te amo. Eso sí, de quienes supimos el nombre fue de los que se nos adelantaron así que empezó el rumoreo porque no sabíamos y cómo está eso de que se murieron; no, no fueron muchos, fue sólo uno; sí, sí, es que su nombre era José Ángel, pero le decían Pepe Silvestre, afirmaba yo con una seguridad de quien inventa una historia poco convincente porque la Chayo y el Hectorín seguían divagando, no, eran cuatro, Pepe, Silvestre, José y Ángel; no, no, eran tres, José Ángel, Pepe, y Silvestre. Este llanto es por un amigo que se fue, que se nos ha adelantado en el camino y que Dios ha decidido tenerlo con él. Pero qué más daba si ya teníamos la piel chinita de recordar, pues supongo que cada quien habrá recordado a alguien o incluso sólo se habrá contagiado de la emoción de quien recuerda, a saber.
Contra viento y marea y talvez contra el mundo, contra viento y marea sin dudar un segundo, con todo el corazón a matar o morir, contra viento y marea por estar junto a ti. Claro, todos habíamos puesto cara de ay-te-pasas cuando Hectorín nos informó “imprimí las canciones”, y todos -con excepción de las locas de la derecha que dominaban toooodas- terminamos preguntando ¿ésa viene en el cancionero Picot? Que role, que role. Ojalá y me vaya bien y que nunca me arrepienta de este adiós, aunque me duela el alma no daré ni un paso atrás, es mejor para los dos no vernos más, fui feliz mientras duró pero si ya no hay amor es mejor decir adiós. Y nos rifamos con el oso de gritar a la de tres, bueno, al apretón de manos en medio del silencio: ¡¡¡APACHURROOOO!!! Y me duele, porque no falló el amor, lo que me faltó fue suerte y tiempo para demostrar que para mí eres lo más importante. Pero a veces es así, aunque pongas por delante al corazón, hoy he perdido un gran amor porque el destino no ayudó. Y eso duele, eso me duele. Las opiniones estaban divididas, una parte del grupo decía qué guapo es Cachi (así lo bautizaron las locas de la derecha por aquello de los cachetitos), mientras la otra banda decía que el latin lover del grupo era el Hoyi (mi bautizado, por aquello de los hoyitos de las mejillas), el showman que no hace nada salvo hablar bonito para presentar las canciones y manejar el pandero (maldición, ¡por qué los hombres que me gustan siguen el mismo patrón de no hacer nada y hablar bonito!, patologías). Eres mi droga, eres mi vicio y mi sombra, tantas cosas me provocas cuando hacemos el amor; eres peligro, eres un mal, eres veneno, amante, pasión de fuego que consume mi interior. No es un artista lo que tienen aquí en el escenario, son 7 amigos, decía el Hoyi de mis desvelos. Y es que tú te sientes tocada por Dios dices y presumes que me estoy muriendo por tener tu amor que estás como quieres de pies a cabeza y no se midió la naturaleza con tanta belleza que en ti reunió. Poco a poco nos fuimos haciendo parte de la historia IIIN-TOOO-CA-BLE, Hoyi nos lo repetía haciendo la seña IIIN-TO-CA-BLE. Desconfio del amor siento que todas me van a hacer lo mismo. Y mi chiquitín adorado me gritaba poniendo cara de club-de-toby “aléjate, Analú, aléjate”. Siento que cualquier mujer no se acerca a mí con buena intención.Y he llorado tu amor maldito, que me mata y sigo vivo porque ha muerto toda mi ilusión que había en mi corazón. Y a mí la risa paradójica casi casi me hacía llorar. Me gustas por coqueta y altanera me gusta tu mirada insinuante me gusta todo lo que llevas puesto y por tu bella forma de menearte. Al veinte para las dos horas comenzaron las despedidas, pero yo no lo podía creer, ¿ya se acaba? ¿y todo para qué, y todo para qué? ¿y el perdedor?
Buena mercadotecnia porque nanai, dizque ya se iban y tómala. Qué más quieres de mí, si ya todo te di, te di mi cariño, te di mi confianza, te di mi calor. Y a uno se le mueve el piso con las ganas de bailar pegao con, con... ps con quien se deje, pero es que con menos de diez centímetros de radio uno no es capaz ni de dar vueltecitas en su propio eje. Y todo para qué, todo para qué, para qué tanto amor, para qué ilusionaste, para qué enamoraste mi corazón. Una petición menos, pero la amenaza de la partida era inminente y no nos habían cantado mi canción preferida (elección de por sí difícil), así que antes de enojarme sólo pude reírme del grito de Hectorín que pareció más un insulto que una petición: ¡¡PERDEDOR!! Dime por qué no haces nada para salvar nuestro amor, porque se muere y se acaba entre el infierno y el dolor. Como si desde el segundo piso nos hubieran oído. Sé que fallé y fallaste, la culpa es de los dos: tú por querer celarme, yo al comenzar la discusión. Juro que si mi afonía (quién piensa que una voz de perro es sexy, no Paulina Rubio, has vivido en el error) se debe a una canción es a ésa. Por qué he de ser yo quien acepta el error, el que siempre se humilla el que pide perdón, quien evita que acabe cada vez nuestro amor, el que te hace más fuerte siendo el perdedor. E Intocable salía con nuevos fans del auditorio, porque hasta el Friend se sintió identificado con aquello de que tienen una canción para todos y para cualquier situación. Pero ya me cansé de tu cruel vanidad, de tu orgullo que mata nuestra felicidad, pon los pies en la tierra o me vas a perder pues ante tus caprichos ya no voy a ceder. Si te quedas callada, hoy me vas a perder...
En fin, mientras la sangre del pueblo fluya por mis venas yo seguiré con mi onda Ke Buena, saliendo del clóset para gritar que me encanta Intocable, que me perdonen Sabines y Neruda por lo naca, pero es que algunas letras de este grupo me suenan a poesía pura, como también les han de sonar a muchos grupos tipo Volovan, Jumbo y el estrello que los andan covereando sin acordeón. ¡Quiiiiiiiu! Y a quien se pregunte que cómo es la salvajemente grupera, pues cómo ha de ser: ¡¡¡Intocable!!!
Y ahora sí todos respondan: ¿¿¿cómo está la Z en la blogósfera???
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