miércoles, abril 26, 2006

Etiqueta

Que si porque iba vestida de azul el día del debate, ya soy prácticamente equipo de campaña del PAN (ya ni a los pitufos perdonan).

Que si porque digo que el PRI de Madrazo me da vomititis termino siendo una izquierdosa de tafetán.

Que si me repugnan los nirvanas mesiánicos del Peje ya soy cómplice del sistema y cachorrita del imperio (ejem).

Que si creo que la Mercado es chida (me confieso MEDIO fan de clóset de ella, no del partido) y fue la única que se concretó casi exclusivamente a proponer en el debate ya soy una feministoide (mueran los bras, o cómo).

Que si considero al PANAL... bueno, hasta ellos se consideran así y dicen que los niños y los borrachos siempre netean, así que esos tequilas fiesteros me han dicho más que este debate; aunque yo sigo sin entender por qué en sus fiestas se entrelazan las juventudes madracistas, de verdad no lo entiendo (hay tantas cosas).

Que si porque no me pareció ética la actitud spotista de Poniatowska ya soy más reaccionaria que el producto de la violación del Tercer Reich al Yunque.

Y todos nos etiquetamos y así es más fácil desacreditar, sin argumentos, sin debates, con la silla vacía y la boca rebosante de soberbia. De gustibus non est disputandum.

Pero al final todos estamos igual, nos dividen los grillos y la grilla, y el objetivo de la política (el acuerdo) se desvanece, casi, casi como mi rayito de esperanza, mi pasión por México o mi creencia en que un hombrecito solito puede, ni Jesucito en su santísima gloria lo logró (par-ti-ci-pa-ción, compromiso, decía la buena nueva). Y es que al final no existe Superman y el cambio no depende de un equipo o de un color, de un Mesías o de un orador. Friega un poco saberlo, pero cada vez me ensombrece más el hecho de que cada pueblo tenga el gobierno que se merece, y lo más abrumador es que a más oportunidades recibidas, mayor es la responsabilidad adquirida; porque la Market tuvo razón –no sólo en barrer al Dr. Simi-, sino en decir que el principal problema de México es la desigualdad (de oportunidades, en número uno).

En un país en donde los que se dicen rojillos son amarillos, el pan es azul y las nubes son grises, las banderas no me mueven nada, ya ni bilis, pero en fin, algo habrá que hacer. No sé por qué no les había compartido esta inquietud que envié hace siglos a mis compas por mail, pero igual reiterar no está de más (más que en el debate)...


No soy fan de Dehesa, aunque me parece que algo tenemos que hacer. Tal vez algunos ya están enterados, pero el chiste de esto es juntar firmas de ciudadanos para hacer montón y que el caso Montiel no quede archivado en absolución. Sé que muchos son escépticos de la sociedad civil, incluso yo me considero inocente en ocasiones por el apoyo al concepto, pero también hay que soñar un poquito y ver que el teléfono 066 surgió en gran medida por la presión de unos grupos que organizaron la marcha 260604 y que hay otros ejemplitos que aplauden los trabajos activistas... Es fácil quejarnos, pero si están de acuerdo en que la Montielada es un insulto, creo que no les cuesta nada entrar aquí y poner su nombre, tel. y correo. No sean paranoicos que no creo que 32,000 personas seamos llamadas a declarar por difamación...
La otra es para reducir el financiamiento de los partidos. Y no, no se trata de una propuesta inocua de la juventud en éxtasis que busca el cambio. Alianza Cívica es el ícono de la sociedad civil mexicana, y si tenían dudas, posiblemente el mérito a la democracia de este país se deba a esta asociación, no se dejen engañar por Fox, por plis. Así que no estamos hablando de cualquier iniciativucha que no va a pasar del debate de sobremesa: quitémonos el stand by mental a la de tres... INICIATIVA CIUDADANA PARA REDUCIR EN UN 50 % EL FINANCIAMIENTO PUBLICO A LOS PARTIDOS en Alianza Cívica
Igual y estoy netamente equivocada, así que quien tenga una idea con más punch, exprésela y sáqueme del error. Por lo pronto, y con riesgo a ser abucheada, creo que a veces estas cosas son mucho más importantes que simplemente votar (y eso que votar es básico, fuchi al que no lo haga y al que diga, sin conocimiento de causa, que anular el voto -votar en blanco- es sinónimo de abstención porque entonces úrgenos un cursito de elección pública). Y si están de acuerdo pásenla, si no se embarazan...
Ana Lucía dixi

domingo, abril 23, 2006

Karma

El folclor era como de película de Carlos Marcovich, eso sí, la fotografía impecable; la quinceañera como de pastelito de Sanborns y no podíamos quitarles la vista a los chambelanes con su smoking de chalequito y corbata de moño rosa, pero por burlarnos y haber reducido la velocidad para verlos mejor, el camionsote nos detuvo el paso iniciando la odisea. Y es que todo en esta vida se paga, hay una cosa que se llama karma, que básicamente emplea los principios de la física porque a toda acción corresponde una reacción; por eso parecíamos neurocidas intelectuales al no poder parar de reír después de recorrer en reversa Tepoztlán mientras el surrealismo de la tarde se iba adueñando de la parejita del coche de atrás que en medio del drama en el que estábamos continuó besándose, o del señor que con todo y que iba cargando un sillón rojo estilo Luis XIV, avanzaba más rápido que todos los presentes que por nuestra culpa había acumulado el tráfico.
Uno no sabe cuándo le va a caer la maldición del pago de factura porque la vida tiene un humor negro parecido al albur, y resulta que la fidelidad de la ley de acción y reacción se contradice ya que no necesariamente el karma se regresa con la misma magnitud o en sentido contrario de la acción, qué va. De allí que no es bueno invocar -o evocar- fantasmitas cimentados en ficciones alcohólicas. Todos se ríen –no tanto como yo- cuando recuerdan que en mi desvarío mezclé hasta el pasado y yo me lamentaba por un tal “JoséJulián”, claro, al día siguiente las burlas me las hacía yo por el remix de mis exnovios: la pesadilla de cualquier desencantado del amor: juntar a los tormentos en uno solo. Por eso en la comida, Chío-San tuvo que contener la carcajada cuando vio que, después de haberme echado porras “sí, vas, está muy lindo”, el tipo se presentara bajo el estigma con el que sus padres lo habían bautizado y mi cara de paranoia porque pensé que ella o el Kiddo lo habían hecho a propósito para provocarme un estado casi neurótico, “qué onda, soy José Julián, mucho gusto”. ¿Quién se atreve a ponerle cara de fuchi a la vida con estas ironías?
Y por si fuera poco, a unos cuantos kilómetros y horas de allí, mi celular quedaba desamparado bajo la custodia de estos babosos que me regresaron la broma malcopina ya que por encontrarme a fulanitos y sutanitos en el antro, abandoné el aparatito en la bolsa y cuando regresé ya tenía dos mensajes: Bienvenido al HOT NEWS de NIURKA SEXO. Tómala mi reina chula, si es que todo, todo, todo se paga en esta vida, pero ¿por qué tenían que suscribirme a ése?, están viendo y no ven, habiendo RBD al 21111, o qué sé yo, deportes, Kbuena, ligar, hasta Origel, caray, pero no: sexo, chas.
El que la hace la paga, así es esto del karma, si es que “lo de Guish es un adelanto de lo que te espera por el Rockcito”, decía la Chief después de que yo me cortaba las venas con la granola, pero también sé que puede ser peor, ni modo, uno tiene que aprender a ser responsable de sus actos. Si es que las llamadas de madrugada, cuando por primera vez en mucho tiempo el cansancio le ganó a la fiesta, no fueron más que un purgatorio de culpas, me queda clarísimo. Ahora a seguir esperando a ver cómo se sigue riendo el destino con mis bromas de AM trasladadas a su humor de FM, puede ser todo menos aburrido, eso sí que tiene mérito...

P.D. No quiero aparentar inocencia, pero juro que no le entiendo por completo: “Usa una cadena que abarque tu cintura y piernas, ciérrala con un candado. Esconde la llave para que lo vuelvas loco de desesperación. ¡Gózalo! Niurka”

miércoles, abril 19, 2006

La loca de la casa

Recuerdo que eran mis amigos de la carrera en el patio de mi primaria; me acuerdo que había un escenario y ellas hacían algo como una tabla gimnástica con ropa negra; me acuerdo que yo estaba sentada en una mesa y bebía una cerveza (de esas deliciosas de caguama en vaso de fiesta rojo), estaba feliz y los pies colgaban fascinados siguiendo el ritmo. De todo eso me acuerdo perfecto, pero lo que me da mucho coraje es no poder acordarme del chiste, porque me despertó la carcajada que hasta lágrimas produjo y en la madrugada me di pena ajena. La loca carcajeándose en medio de sus sueños y de la oscuridad, de película mexicana ochentera de terror. Gracias a Dios duermo sola...
***Sorprendente que a pesar de que últimamente esté tan cansada, me dé el lujo de soñar. ¿Algún día regresaré a dormir más de cinco horas diarias?, ¿algún día recuperaré mi vida? Lo que es tener ganas de pagar impuestos, si desde luego...

domingo, abril 16, 2006

Pulseras

El papá insinuaba lo molestia que le causaba mi búsqueda de gitanismo sin teoría; la mamá hacía paralelismos bastante desafortunados con el sonido que se producía en mis brazos y los cencerros del ganado, al menos sé cuándo vienes en camino, justificaba; el VicBro le hacía honor al choque generacional e incluso llegó a afirmar que le parecía una de las mejores modas contempóraneas; aquél innombrable nunca dijo si sí o si no, simplemente contribuyó a aumentar 3 a la lista. A mí me gustan mucho, soy cursi y me hacían sentir cerquita de ellos porque todas han sido regalos o compartidos; por si fuera poco, el ruido lograba que un extraño efecto psicotatemético me hiciera sentir más viva y, para mejorar el panorama, contribuían a reducir lo estúpidamente flaco de mis muñecas.
Así que no me molesta ni medio gramo ir todos los días con trajecito al trabajo; no me molesta ni un poquitito tener que lidiar con los tacones y dejar los tenis para otro día; no, no me molesta ni siquiera peinarme y olvidar mi desgreñé al natural; lo que sí me duele fue haber abandonado mis pulseras, ¡me siento desnuda, qué stress!
Pero siempre las voy a llevar en mi corazón, niñas. A mi verdeportivo Cali, porque al principio me parecías fea de horror, pero poco a poco fuiste ganándote mi corazón. Un brindis muy especial por la azul-Klann, por eso. La Roja-Cábala que compartía con mi ahijadita, ciao nena. A la de color bandera y acento divino, porque hice hasta lo imposible -consciente e incon- por deshacerme de ella y jamás lo logré, fidelidad extrema. A la de Zacatecas por la apuesta. A la BEST-FRIENDS-4-EVER que se dividió en muñequitas del FUNAR. Al regalo de la Cuchis con su indirecta malacopísima por ser la primera en casarse y restregarme en la cara mi indiferencia al compromiso: San Antonnis... Jelp!! se me está llendo el tren. A la historia que me regaló la mami y sólo Mer se sabe de memoria. Y por último, pero no por eso menos importante, a las otras dos de tías. Las quiero, bonitas...

viernes, abril 07, 2006

Chambita

Dicen que la primera vez jamás se olvida. Pues bien, hoy empiezo mi primer trabajo oficial, así de ir vestida de trajecito y de empezar a desarrollar lonja intelectual, de ser PEA y de todas esas cosas horribles que le pasan a la gente cuando crece. Pero calma, que no panda el cúnico porque con esto no se acaba el mundo. La esquizofrenia permanece constante, nadie se explica mi decisión de éste sí y los otros no, yo más o menos, pero siempre me ha costado hacer entender a la gente mis alborotos. Lo que sí es que ayer se me rompieron muchos paradigmas. Dicen que cuando uno menos busca más encuentra, yo no estaba buscando (ya qué, si lo sabe Dios...), pero desde el año pasado al mundo le ha dado por verme cara de urgida de todo, hasta de chamba, caray. Yo me negaba y agradezco a todos los que se preocupan por mí: tan divinos, los quiero.
Hasta ayer planeaba todo y analizaba concienzudamente pros y contras; hasta ayer vivía un letargo con tintes de lamentos de flojera, terapias y el estrello; hasta ayer cambié mis “principios” de que sólo si había buen billete aceptaría un trabajo que no me encantase (amo el subjuntivo); hasta ayer canjeé mis estigmas así, súbitamente y sonriendo.
Ayer llegué a la entrevista toda desganadota -más porque mi amiga me lo pidió que por interés propio, me repetía-, y de pronto me encuentro trabajando en un área que no me gusta naditita (creo, habrá que ver), pero con un jefe fenomenal, con gente súper, y sobre todo con mi escritorio pegadito al de una de mis mejores amigas (la mitad del FUNAR compartiendo oficina, freaky). Lo mejor es que el mundo me sigue dando la razón, es malo extremar negros o blancos, ahora hasta Judas (la mismísima encarnación del demonio terrenal) resultó ser gnósticamente picudísimo, bárbaro. Por eso ya no le veo cara fea al comercio internacional, a los aranceles, a los cupos, a tanto calculito extremo y a excel, igual es un proyecto de un mes y si salgo muy fastidiada no volveré a ver nada de esto en mi vidita, tal vez es mi camino; lo importante es que, a diferencia de la chamba del IFE, de FAE y de las otras, no lo pensé y dije que sí hasta para mi propio desconocimiento. El timing no pudo haber sido más generoso, ¡un mes de friega total para poder hacer el viaje sin remordimientos! Motivación real, no sé si caí en planito o sigo. Soy feliz, estoy nerviosa.

jueves, abril 06, 2006

Me duelen los ojos...

“¿A leed? ¿Y pada qué?” decía Mimoso ratón al profesor Memelovsky mientras empezaba la música: En los libros hallarás (tin-tin-tín), el tesoro del saber (tin-tin-tín), para ti todo será (tin-tin-tín), si aprendes a leer. Pues son las letras/la clave/secreta/que a mundos nuevos/te deja/entrar. Yo sólo digo: sheen-ga tu mail che Memelovski, dedícate a hacer tus micromemechips y deja en paz a los niños, leer no es bueno, no le crean niños, leer es malo, muy malo... ¡Cochina tesina! ¡Devuélvanme mi vida! ¡Ladrones, asesinos! ¡Genocidas neuronales! El tesoro del saber y un /(&$"%...

martes, abril 04, 2006

Patológica

* Si la cocina de mi casa hablara... Con esto del cambio de horario ya no supe ni qué hora era, pero había amanecido y el Kiddo e Irera seguían disertando; a mí me habían perdido en alguno de los temas porque ella sacó a colación un libro que leí hace mucho; y es que Camus siempre es una buena referencia. Sé que es un poco insolente, pero igual me vale reintegrar a mis traumas fragmentos de La caída, ya ni petz, me absorbe el existencialismo.

Las personas se dividen en tres categorías: las que prefieren no tener nada escondido que verse obligadas a mentir, las que prefieren mentir que no tener nada que esconder, y aquellas a quienes les gusta al mismo tiempo la mentira y el secreto. Todos me lo decían, pero cuando uno es necio no hay de otra, por eso fue tarde que lo entendí, pero lo logré. Comprendí incluso a quienes se provocan cortadas en el cuerpo por el simple hecho de que el dolor que ellos mismos se inflingen es el único que pueden controlar; yo las únicas pérdidas que puedo controlar son las suyas. Es enfermo, pero ahora hasta sonrío porque lo entiendo y suspiro ante la genialidad del pastel de chocolate que a través de las endorfinas me dio la lucidez que le faltaba a mis días sobrios. Ver a la Sis llorando por aquél (lloraba hasta con las canciones más inverosímiles, ¿pasito tuntún?) también me ayudó a saber que todavía no estoy lista para pasar por eso otra vez, y por eso no quiero un compromiso porque todo viene en cadenita, estoy mal por cosificarlos, inventariarlos y luego verlos como futuros exes y precisamente por eso no puedo, ahorita no, no quiero sumarme otro riesgo de encariñarme y volver a perder, aún no estoy lista. No me gustan más que las confesiones, y los autores de confesiones las escriben sobre todo para no confesarse, para no decir nada de lo que saben.
La patología tiene sus orígenes en el pasado: nunca había perdido y de pronto en cuestión de 400 días perdí mucho. Perdí la ilusión del sentimiento porque sólo había amado dos veces y de la nada se me fue mi primer amor con una despedida de cachetada porque la vida es incomprensible cuando se pierde de esa manera; después perdí al amor-de-mi-vida™ entre peleas desgastantes y un exceso de amor absurdo; detrás de él se me perdieron no sé cuántos sueños. Se me fueron mi abuelito, mi tía, mi abuelita y mi perrita en tiempo récord; aquello era el maratón de los funerales. No, es la muerte reciente la que queremos de nuestros amigos, la muerte dolorosa, nuestra emoción, es decir, a nosotros mismos. Perdí también la seguridad que me daba tener físicamente cerca a mis hermanos. Y para colmo perdí mi salud porque mientras todo el mundito feliz se me caía, mi autoestima golpeaba a mi sistema inmunológico y la propensión que tenía de que a los 80 años me diera artritis se me adelantó (psicosomas, ya ni sé). Cuando el cuerpo está triste, el corazón languidece.
Nunca me preocupé de los grandes problemas más que en el intervalo de mis pequeños desahogos. Es absurdo y lo entiendo, el problema es que mi mecanismo de defensa aprobó la construcción del muro en la frontera y me tiene en un bloqueo a pesar de las manifestaciones en contra (nadie ha tenido tantas porristas como él, impresionante). Por eso me costó tanto aceptar al Rockcito la primera vez; lo hice y fui feliz, mucho, pero después vino lo de Culiacán y las metidas de pata del baboso que de plano nos costaron la relación, bueno no, fueron mis miedos los que la echaron para abajo, aunque su tontería y su mundo no cooperaron. Así fue como de verdad pensé que me le había presentado en forma de obsesión, pero me volvió a convencer con el método de las mariposas mientras yo insistía: no quiero oficializarme, no me interesa, si quieres seguimos saliendo, pero no estoy dando exclusivas ni compromisos. No me creyó y no hubo poder humano, y a mayor ruego, más diva yo y me caí pésima y él peor porque me hacía sentir mala. Al principio se lo dije por las buenas y claro que sí, amigos para siempre means you’ll always be my friend; al ratito me di cuenta de que no había captado el mensaje y se lo advertí, más vale perder un hombre que la paciencia, así que no me retes, y fui indiferente, mucho, mucho, y mientras más yo, más insistente él. Luego me enojé, y yo soy de las que se vean feas de acuario cuando se enojan, cosa que me ponía aún más molesta, así que grité, pataleé y me lucí en el patanismo: vomitivo. Pero no, no captó.
Para ser feliz es necesario no ocuparse demasiado de los otros. Por más de un año me hice acreedora de un sentimiento que no merezco, porque estoy tan bloqueada que no puedo y me siento mal, por eso lo quería fuera de mi vida; y demostró y dejó sin palabras porque no veo qué es lo que vio en mí que pudo parecerle tan bueno como para seguir. Para dejar de dudar hay que dejar de ser, sencillamente. Amiguitas decían que qué tonta, que al tipo guapísimo, divertidísimo y monísimo se le caía la baba por mí, que era el típico sueño de todas, incluso era el sueño que yo tenía (-aba-ía, pospretérito, o sea, pasadísimo). Tanta barrera no era justa ni para él ni para mí; ya pasó más de una semana y estoy convencida de que fue lo mejor, lo intenté y ése era el único trato: intentarlo y estar sólo con él, sucedió y hubo días en los que el piso ni se sentía, las mañanas eran de sonrisa de idiota y hasta había voces de niñitos por el teléfono, pero luego Freddy Kruegger volvió a espantarme porque el nivel de madurez del muchacho es infinitamente superior al mío y yo sigo estancada en los lunes kadampa, los martes de cinencasa, los miércoles de aquelarre politólogo, los jueves de klann, los viernes funar y los sábados ladie’s night. Estaba yo contento con todo, es cierto, pero satisfecho de nada. Cada alegría me hacía desear otra. Iba de fiesta en fiesta. Me acontecía bailar durante noches enteras, embriagado de seres y vida. Sus planes cada vez me incluían más y más y a mí también me hacía mucha ilusión el viaje a Cali en junio, su graduación, la mía, nuestra fiesta, estar con él... Pero el miedo es más grande, incluso más que su insistencia: “creo que te asustaste y ahora es cuando más me necesitas para que no se pierda esto”. Pero no entiende que el amor no lo puede todo, si lo sabré yo que siempre he visto el adiós con un montón de sentimiento atrapado en la conciencia.
Igual me da un poco de coraje porque si sí era EL qué pésimo timing, no le tocó el carruaje convertido en calabaza, pero el pobre padeció mis peores días, por eso a veces siento que lo que le hacía ilusión era el afán proteccionista de algunos a los que el libre comercio les saca roña, no sé, lo que me queda claro es que lo que menos he necesitado en los últimos dos años ha sido un abrazo marca no-te-preocupes-sunshine-que-aquí-estoy: guácatelas. Somos los primeros en culparnos; es necesario, pues, comenzar por extender esa culpa a todos, para diluirla. Me gustaba más pensar que el santo estaba de parranda y que me estaba quedando mal a que me hubiera encontrado el amor tan pronto, porque yo no estoy bien y no voy a estarlo con alguien a mi lado. Así es el hombre, mi estimado señor; tiene dos caras: no puede amar sin amarse. Todavía no puedo y sólo así iba a lograr hacer entender al Rockcito, y aún así cómo lo voy a extrañar, es esquizofrénico, pero cómo me hace falta. Porque mientras más me acuso, más derecho tengo a juzgarlos. Aún mejor, hago que se juzguen a sí mismos, lo que me alivia en proporción. Al final lo que menos me gusta es saberme débil y cursi, con el sentimiento de fracaso porque sólo quería compartir risas y lo superficial, pero oficialmente me declaro incompetente, al menos en el corto plazo. No podemos nunca afirmar la inocencia de nadie, mientras siempre podemos afirmar, con certeza, la culpabilidad de todos. Todo hombre es testimonio del crimen de todos los demás.
Caminaba así en la superficie de la vida, como en palabrería, sin ninguna realidad. ¡Todos esos libros apenas leídos, esos amigos apenas queridos, esas mujeres apenas tomadas! Hasta me sorprende la razón de mi comportamiento con todos los demás, la patología es evidente y no la veía. Como si hubiera querido pagar a todas las mujeres con la deuda que había contraído con una. Soy egoísta, qué horror; me encanta saber que por primera vez estoy conociéndome conscientemente, y tengo miedo, es algo que no quiero compartir, quiero disfrutar al máximo este sentimiento y se vale querer entenderlo sola hasta que pueda decir que el miedo al riesgo de volver a perder se vaya. Cada exceso disminuye la vitalidad y por consiguiente la sensibilidad. El libertinaje no tiene nada de frenético, contrario a lo que se piensa, no es más que un sueño. Lo que sí no se vale y ahora lo entiendo, fue involucrarlos de manera inconsciente porque hay veces que la gente escucha lo que quiere oír, y por mucho que yo advirtiera que nada de títulos (ni el de la carrera) ni de sentimientos, esas cosas son más volátiles que la Franja de Gaza, pero bueno, si no leyeron el reglamento tampoco acepto el cien de culpa. Quiero que sepa que siempre he tenido éxito, y sin gran esfuerzo, con las mujeres. No digo que yo haya logrado hacerlas felices, ni siquiera ser feliz yo gracias a ellas. No se vale haber dejado mal al género porque las rudas por lo general lo somos por mariconas, y, como dice el Kiddo, pobre de la próxima que esté con él, porque tristemente el desbalance de karma en el mundo es real, pero de ése sí yo no tengo la culpa. Aparentaba ser tan duro y nunca pude resistir el ofrecimiento de una copa o de una mujer; puesto que tenía necesidad de amar y ser amado, creí estar enamorado.
Desde el momento en que comprendí que había algo en mí que juzgar, comprendí también que había en ellos una irresistible vocación de jueces. Las personas se apresuran a juzgar, para no ser juzgadas ellas. Es increíble la simbología del subconsciente, sigo asombrándome con la capacidad que tenemos de darles vuelta a los problemas por el temor de enfrentarlos, estoy aprendiendo y me vale que mi identidad freudiana me diga que chinchín el que llore, para la próxima prometo llorar hasta el vómito y la inconsciencia cuando pierda algo, así sea un partido de la selección, me vale, pero yo ya no me vuelvo a tragar ningún trauma...
La libertad no es una recompensa ni una decoración que se festeja con champaña. Es una tarea, por el contrario, y una carrera a fondo, muy solitaria y muy cansada. No hay champaña ni amigos que levantan su copa, mirándote con ternura. Está uno solo en una sala triste, solo en el banquillo de los acusados, frente a los jueces, y solo al decidir, ya sea frente a uno mismo o frente al juicio de otros. Al final de toda libertad hay una condena; he allí por qué la libertad es un fardo demasiado pesado para cargar, sobre todo cuando se tiene fiebre, o se tienen penas o no se quiere a nadie.

"Sé qué hay en tus ojos con sólo mirar, que estás cansado de andar y de andar, y caminar girando siempre en un lugar. Sé que las ventanas se pueden abrir, cambiar el aire depende de ti, te ayudará, vale la pena una vez más.
Saber que se puede, querer que se pueda, quitarse los miedos, sacarlos afuera; pintarse la cara color esperanza, tentar al futuro con el corazón.
Es mejor perderse que nunca embarcar, mejor tentarse a dejar de intentar, aunque ya ves que no es tan fácil empezar. Sé que lo imposible se puede lograr, que la tristeza algún día se irá y así será la vida cambia y cambiará. Sentirás que el alma vuela por cantar una vez más. Vale más poder brillar que sólo buscar ver el sol." DT (y no, el hecho de cerrar con esta canción no indica que le voy al PG, ¡que Dios me ampare!)