domingo, julio 31, 2005

Vamos chicos a la boda...

Cruzarás el Océano y Dios te dará la espalda
Mateo 3,24
Cruzarás el Océano, Dios te dará la espalda y encontrarás el matrimonio
Mateo 3,25

Mariana y Matt

Se conocieron en el 2002 porque ella le preguntó una dirección parisina, quería ir a cenar con su hermana y no encontraban el lugar recomendado. Él las invitó a otro restaurante y a los pocos meses ya hablaba español; no pasó más de un año para que cambiara su residencia al D.F. Yo lo conocí en su hábitat cuando sólo hablaba francés y jamás olvidaré las tardes en Montmartre; el festejo del natalicio 200 de Víctor Hugo el 14 de julio champsdemarsino; los chocolats viennois con ella en algún café de St Michel en donde nos terapeábamos sobre el futuro y el pasado; las tardes de vinito en el ático que tuve por residencia un mes, con ayúdame a traducir esta canción Matt y el comentario de Mariucci cada que subía los siete pisos de caracol para visitarme: esto sólo vale la pena por la vista del Sacré Coeur que tienes. Se casaron hace una semana y como le diría Violetta R. Schmidt a su Diablo Guardián: “la felicidad consiste en no querer moverse de donde una está”. Y definitivamente yo no quería moverme de Cocoyoc ¿o era Oaxtepec? Pero esperen, me estoy adelantando porque la fiesta hay que contarla en cronología.

22 de julio
10:15 am
Suena el timbre y me despierto con un grito de ¡aish! en mute: Otra vez dejé el celular en silencio, 3.1416nche colombiano (por aquello de las llamadas de madrugada que ya-no-soportamos) Charlo espera abajo; llevaba un año sin verlo así que güiri-güiri kilométrico.

3:05 pm
Pasamos al aeropuerto por el Vic Bro y ahora sí estábamos de nuevo los 3 que llevamos entre 21 y 25 años de soportarnos y de querernos a fuerza de costumbre, pero ahora córranle que carretera y tráfico esperan.

7:25 pm
Llegada a Cocoyoc ¿o era Oaxtepec? Instalación mientras esperábamos a los demás y más güiri-güiri, papis fascinados por tener a sus retoñitos y a la familia Walsh reunida con todo y Steve Sanders.

9:35 pm
Empezó a llegar la banda y, mientras yo acababa con mis fajas porque moría de hambre, amiguitos pedían gracielas al por mayor.

11:20 pm
De tanta chela de amiguitos, los papis resolvieron: crisis generacional, hora de dormir. Pero para nosotros la hora no era problema y yo aproveché que todavía podía chupar con subsidio paterno y una palomita para abrir pista. Desde que te vi mi identidad perdí, en mi cabeza estás sólo tú y nadie más. Y me duele al pensar que nunca mío serás, ¡de mí enamórate!
23 de julio
12:13 am

Mira que el día que de mí te enamores, yo voy a ser feliz y con puro amor te protegeré y será un honor dedicarme a ti, eso quiera Dios. La paloma me aburrió un poco y empezaron los caballazos: que tú, que yo, que todos y ¡salud niñas! La onda independentista -por aquello de los hidalgos- le hacía los mandados al hígado y ¿otro? Pues va. Pues salud y échele bien maestro, no sea gacho y me quedé en la cuenta de ocho. Tenía tanta fiesta que el francés se volvió ma première langue y hablando con hermano y amigo del novio: ¡Ah oui! Je parle un petit peu de francais porque la novia me había arruinado y predestinado: ella es Analú y habla francés. “Hola, soy Ana Lucía y soy alcohólica”, así me sonó la presentación y amiguitos me volteaban a ver con cara de uy-pillina y hasta se dizque golpeaban la barbilla con expresión tiger. Cómo habrá estado la cosa que se me advirtió: mi cuñado no porque está casado. Yo moría de risa, una de dos: o reflejo la quedadez o de plano ya todos me visualizan como su amiga la solterona y juro que ahora sí ni al caso. Es un alma en pena que va arrastrando cadenas, ¡qué condenas! Es un grito de amor: ¡uo-oo! Por las noches, entre llantos, entre quejas, todo el pueblo entero escucha lo que hace lunas muchas, hace más de cuatro siglos pasó.

¿1:20? am
El futuro esposo era jaloneado por la ibid femenina con la verdadera despedida de soltero: no me voy, me llevan. Pero a la fiesta no le habían salido ni arrugas y got me looking so crazy right now, your love's got me looking so crazy right now, nada más que a un año después, mi baile à la Beyoncé sin ventilador ha ido perdiendo la gracia de sus inicios.

2:30 am
Nos corrieron del bar del hotel, pero se les olvidó correr a la fiesta que todos traíamos y ¡al cuarto de mAmE, al cuarto de mAmE! Cómo no, a despertar a los otros huéspedes que pobres, tan terrible estuvo el asunto que la futura esposa se despertó a las 5 a gritarles un ya clásico al Charlo y al Oax que seguían su propio reven en la alberca: ¡A dormir!

10:00 am
¡Maldito despertador! Entré como zombie a bañarme, iba medio chocando con las paredes para darme cuenta de que todavía seguía con una fiesta progresiva y que debía cuidarme de no andar moviéndome mucho porque entonces sí, la Maruchan perfecta: un vasito con agua, una vueltecita y reenganche total de fiesta poco conveniente en una ceremonia religiosa.

1:00 pm
De risa ver a la juventud no-me-pienso-quitar-los-lentes-porque-el-vampirazo-me-tumba. Más de risa la risa del Charlo cuando rogaba: por favor, que el padre lea algo de San Mateo, por favor. Y "Evangelio según San Mateo" con el MUAJAJÁ charlesco atrayente de miradas reprochadoras.
Si fuera más cursi hubiera llorado, pero es que era imposible cuando los novios se la pasaban riéndose porque a él le dio por agarrarle el gusto al vino de consagrar y a ella no se le detenía su tic nervioso de la nariz.

1:45 pm
Vamos chicos a la BODA, que la música está puesta... vayamos, corramos hacia la diversión. Échenle ganas con las chelas compadres y en menos de quince minutos ya todos habían recargado pilas para LA fiesta después de la fiesta. Es la BODA de Mariana, sus papás también se encuentran, disfrutemos de la fiesta que empieza, empiezan todos a bailar.

4:?? pm
Y la BODA comenzó, nos faltabas solamente tú, pero has llegado al fin y nos vamos hoy a divertir. Remix como la flor con tanto amor-qué bello cuando me hablas así-procura coquetearme más-amor de mis amores si dejaste de quererme no hay cuidado que la gente de eso no se enterará-carcacha poco a poquito y eso era una tortura porque la novia nos había indicado que a la señal podríamos bailar, no antes, pero ya era demasiado y sus amigos son unos desordenados que ansiaban pista y abanicaban el escenario con las servilletas de la comida: ni modo, teníamos que zapatear. Y la BODA comenzó y la música se oye sonar, va girando el corazón nadie-nadie para de bailar.

¿6? pm
Una-dos-tres-cuatro-cinco, muchas horas ha durado, pero nadie se preocupa que todos se ocupan tan sólo de bailar. Los sobrenombres fiesteros empezaban a salir a colación cuando Iván coló el Bacardí 151 engañando al matrimoniado, al hermano y al padre de la novia: es un tequilita, órale, échense un caballito. Y las caras angustiosas de ¡acabo de perder la garganta... no, la traquea... no, el estómago... no, el intestino... no, la lucidez! No se ve una cara triste, hay sonrisas dondequiera. Y sólo se ven las piernas que vuelan y vuelan, no dejan de girar.

¿7? pm
En una boda, a la única a quien no se le puede decir que no a nada es a la novia. Patética ley cuando muy linda se acercó en una pausa de tanto baile y le dijo al Vic Brother: tienes que sacar a bailar a tu hermana. Obvio mi hermano, gran odiador del bailongo y más del fraternal, contestó sinceramente: ¡Ay, no Mariucci! ¿Para qué? A ella le gusta bailar sola. Claro, el plan era mega roto, pero allí fuimos pisteando al ritmo de Vaselina. I got chills, they're multiplyin'. And I'm losin' control. 'Cause the power you're suplyin', it's electrifyin'! You better shape up, 'cause I need a man, and my heart is set on you. “Espontáneamente” la novia sugirió cambio de parejas y me encontré en media pista con el hermano mayor de la amiga-de-toda-la-vida de la ahora Madame. You're the one that I want, honey. The one that I want. You are what I need. Oh, yes indeed. No sé cuándo ni con qué canción dejamos de bailar para quedarnos de pie a la mitad de la pista, esquivar taconazos despistados y enterarme por qué no debo tenerles miedo a los tiburones ni al buceo. Pero para variar tengo el don del ligue fugaz y de meter la pata con mis intervenciones “¿sabes qué?, es que estoy cansadísima, ¿y si mejor nos vamos a sentar?” Yo con mi corazón de flan con caramelo y el tipo medio sentido o yo qué sé, imposible. Hombrecito efectivamente se fue a sentar a su mesa mientras yo regresé dignamente a la mía con el pensamiento "esta no me la acabo": mis padres sin quitar la vista de la película, desde que estábamos en la pista. Obvio al día siguiente con la cruda evaporándose bajo el sol de Xochicalco, mi padre inquiría: Oye, ¿y qué pasó con el hermano de Fulanita? Muérome de flojera.

¿11? pm - ¿3? am
Mariachísimo, cómo no. Y nomás no pelaban a amiguitos que pedían canciones al por mayor, que si Cielo Rojo, que si Nube Viajera, que si No Volveré, que si Paloma Querida. Nada. ¡Ah, cómo está eso, no, no, no! Y sonrisita de ay porfis al Mariachi loco que qué quieres que te cantemos mi reina, pero mi reina quería Mujeres Divinas, ¿o no somos divinas, mister mariachi? Y pues que Mujeres Divinas, y luego mi reina que quería Ella y pues Ella y así hasta que me di cuenta de que patéticamente ése ha sido el ligue más productivo que he tenido desde hace un colombiano y pues no me quedó de otra más que irme a tomar otro tequilita, nomás por aquello de hallar el olvido al estilo Jalisco. Claro, el último-ultimísimo porque por fin entre el Mechitas y el mAmE me obligaron, así que mientras el primero me detenía, el segundo logró lo inlograble y desató la pulserita naranja lanzándola al vacío del jardín (snif, snif, no voltees, no lo hagas) mientras me coco-washeaban: así estás mejor. Sí, sí.
En qué momento se fueron los mariachis, nadie lo supo. Lo que sí sabemos es que al pobre novio le tocó remojón y fue aventado cual Adán a la alberca, con la novia avergonzada: C’est pas la France, Matt! Y yo hacía el oso al gritarle al Kiddo: no manches, Matt está en pelotas, sin saber que mi madre estaba atrás de mí. Y eso que el ahogado era el novio.
Poco a poco la fiesta fue perdiendo quórum y eso nos ayudó a hacer el aventón de la liga, pero, a falta de tal, me samaritanée y doné mi liga del cabello a la causa. La creación resultó una obra de arte al incluirle un mecate y el ganador fue el Vic Bro. Después de semejantes ocurrencias, aquello empezaba a resultar desastroso por lo que se hizo el último baile tesorito de la noche (con amiguitos tontísimos levantando las manos y dando vuelta estilo Laura León y su gritito alentador) y nos despedimos entre multas está-prohibido-sacar-la-cabeza-del-coche y pleitos con los vigilantes de la privada en Cocoyoc ¿o era Oaxtepec? Quién iba a decir que yo sería la elegida para negociar con los vigilantes, que porque era la más fresquecita de todos y ya les estaban haciendo mucho pancho a los del coche de amiguitos, así que puse mi mejor cara de abogada legally-blonde y salí del coche ¿cuál es el problema, oficial? Descubriendo por qué es que el Derecho no ha sido mi área y me devolví al carro(¡Dios! ¡Necesito una limpia, ya escribo como colombiana!), cediendo la palabra al sacerdote conciliador y a demás amiguitos involucrados que al final salieron ilesos, entregándole más dinero al fisco, pero ilesos al fin y al cabo.
Es impresionante el manejo de la mercadotecnia que han mantenido estos chiquitines: a una semana de la fiesta se sigue comentando "qué bien me la pasé" y pinta por mucho para ser la mejor boda del año. Tal vez porque fue fiesta continua por más de 24 horas, tal vez porque era la boda de dos amigos, tal vez porque todos traíamos la mejor actitud y algunos la importaron de Madrid y Ohio, no lo sé, pero de que fue un evento que seguirá dando de qué hablar, no cabe la menor duda. ¡Vive les mariés!

martes, julio 26, 2005

Disco


Sin duda uno de los mejores regalos que me han hecho. La recopilación maravillosa, las fotos muy bien, el diseño para morirse de risa y el detalle impensable. Gracias chicos, de verdad que los quiero mucho y los extraño. Si es que desde luego estos españoles...

jueves, julio 21, 2005

La noche de la iguana



Incluso la palabra chambelán me molesta así que hace diez años me dieron a escoger, pregunta necia porque las maletas son mi accesorio favorito. El viaje incluía hasta al perico y ocupamos como veinte cuartos en Puerto Vallarta. Sí, todo estaba incluido, hasta mis noches en vela esperando a que primitos y hermano regresaran a contarme cómo les había ido en el antro porque a mí no me dejaban pasar ni con los excesos de maquillaje, implantes de calcetines y ropa estilo Corazón Salvaje improvisados por primas. Mis quince primaveras festejadas en el cuarto y brindando con la luna y primita de once años dormida en la cama que compartíamos. ¡Feliz cumple quinceañera! Después de semejante desilusión cualquiera se vuelve admirador de dicha playa, pero ni cómo decir que no o ponerse los moños cuando se presentó la oportunidad y pues yo ya estoy, ¿cuándo salimos? Los papis, la hermana de la mami, la hermana del papi, su esposo, primo, prima, esposo de prima, sobrinita y yo: muy familiar, ni para dónde. Por eso debí haber aprendido los 5 puntos básicos para sobrevivir a otras vacaciones familiares en la playa, pero como siempre, me salté mis consejos y los dejé de postre que nunca me como...

1. No ayudar a sobrinita a hacer “alberquitas” de agua de mar.
Por mucho que la escuincla de siete años sonría y ruegue: “acompáñame Analú” (ah, porque soy su única tía a quien decidió quitarle el apelativo que marcaría un poco de diferencia en el trato por más que yo insista: dime tía, niña, soy tu TÍA Ana Lucía, más respeto, pero le vale). Bueno vamos, pero un ratito porque hay mucho sol y ahí me tienen de ingeniera civil de a varo con el mediodía en la espalda, mejorando la técnica de yo mera cuando tenía la edad de sobrinita y trataba de juntar agua en un pocito para egoistear un rato y decir con cara de propiedad privada: este es mi cachito de mar, ni se acerquen. Ahora mínimo le pusimos una fortaleza y la alberca nos salió tan bien que ya había otros chavillos copiando la ideota, un hitazo que a los dos minutos de haber sido estrenada aburrió a sobrinita que corrió al mar: voy a torear unas olas, ¿vienes?
Pero yo ya estaba estancada en nuestra “piscina” porque por mucho que me vea como nueva hay que aceptarlo, mis articulaciones son como de segunda mano y una vez sentada en el suelo, la levantadita me iba a costar un rato así que ve tú que yo mientras cuido nuestra alberca. Súper pretexto para jurarme: necesito comprarme un traje de baño, y es que me entraron unas ganas hipernáuticas de torear olas como cuando era chiquita, con la maravilla de no tener que preocuparme por el maldito bikini que qué incómodo, caray, aunque sólo bastó el siguiente comentario de sobrinita para sacarme de mi ensoñación y desertar de mis propósitos de mediados de año con su sugerencia: ¿regresamos con los adultos? ¿CON LOS ADULTOS? Sólo pude, hipócritamente, responder con un ok mega temblhorroroso, porque yo ¿soy una adulta? desde hace siete años, desde todos los años que mi sobrina lleva respirando, o sea, toda una vida: su vida. ¡Rayos y centellas! Friégala más cuando le conté a prima (tres años mayor que yo) y casi lloramos al acordarnos que hace tres lustros éramos nosotras quienes despectivamente usábamos aquello de los “adultos” y los “grandes” que se la pasaban hablando de política y fumando y tomando alcohol que “sabe horrible”. ¡Sí, grandísimos fúchilas!

2. No pedir la carne bien cocida.
Entre huracanes caribeños y tormentas tropicales pacíficas, el sol decidió, así como nosotros, salir de vacaciones. Los primeros días mis ínfulas de bronceado perfecto se conformaban con la idea medio rascuachona de que la “resolana” te quema igual que el rayo directo. Pura pamplina y cuando por fin salió el sol, no había poder que me levantara del camastro y de mis conversaciones en mute con el hermano sol. Al final terminé con un quemado a la parrilla fatal: bien cocido de frente, el lomo en ¾ y los costados súper crudos. Ni cómo ayudarme...

3. No ver partido de fútbol Colombia-México.
Tan tranquila que estaba yo en el octavo sueño del día cuando prima pambolera se acordó: ¡oigan ya está el partido! Y no quedó de otra más que ver y torturarme porque era la hora de la comida y pues a ser fuerte y no cómo crees, cero afectación, superadísimo, a ver pásame otro camarón (del coktail, no se me anden alocando). Sólo que por idiota había contado el chiste que nunca en la vida vuelvo a contar, ya lo juré y lo volveré a hacer aquí: no vuelvo a contar el chiste de las celebraciones en Colombia porque, a pesar de ser muy bueno y de que todos reían una y otra vez, ya basta. Jijijí, jojojó con el chistecito antes de que empezara el partido, pero cuando la cosa se puso color de hormiga para los mexicanitos, las miradas de odio en la sala de la villa familiar eran todititas para mí: ¡yo qué, si a mí ni me gusta tanto el fucho! Pero siempre tiene que haber un culpable y al primer gol no anulado las miradas fueron de despecho, como de qué poca Ana Lucía, pero el acabose vino cuando Abel Aguilar remató. Tal parecía que yo me había metido al partido a golear a México, Santa Anna Lucía vendiendo las patrias y jugándole chueco a la selección, o sea ni al caso, ni festejé nada. ¡Sólo anduve tres días y ya parezco extranjera ante mis propios genes! Ay no, amigos papás, amigos tíos, amigos primos: quiéranme, yo sí tomo tequila y la primera cancioncita que me aprendí fue la de “Mexicanos al grito de guerra...”

4. Diga no a las pulseras naranjas.
Porque cuando uno intenta quitárselas no hay ni cómo. ¿Y esa pulserita tan linda de dónde la sacaste? La voz me delató: me la regalaron y ya no quise explicarme ni a mí por qué demonios la sigo trayendo en el tobillo; tres tequilitas en la playa y ni primo, ni esposo de prima lograron zafarla porque sabrá Dios cómo demonios le hizo el tipo -de cuyo nombre no queremos acordarnos- el nudo que es indestructible, así que alguien brillante sugirió el encendedor a ver si quemada salía de mi pierna, pero quien salió quemada fui yo, no la pulsera; al menos dejaremos de preocuparnos por la depilación en esa zona.

5. No jugar a los MythBusters...
...porque se corre el riesgo de terminar haciéndole al Jackass, la frontera no está bien delimitada. Así nos la pasamos de reto en reto, comenzando con la frase: “Se cree que...”, y se cree que la leche no se lleva con la sandía, se cree que el ojo del pescado sabe riquísimo, se cree que los antros gays son discriminatorios (hombres $50, mujeres $100, ¡demonios!), se cree que los gringos no invitan nunca una bebida (¡ja!), se cree que las iguanas no muerden y nada más a nosotros se nos ocurre inventar esos jueguitos en uno de estos hoteles semi-ecoturistas featuring minimalistas.

Lulú Marina de regreso con anhelos marinos... ¡Quiero más playa!

martes, julio 12, 2005

The American Dream (Episode 4 – Las Vegas de ABBA a Elvis)

Ya saben, recuento visual

El viaje estaba planeado para reponer las energías vegarianas en la placidez del Gran Cañón y regresar con más ánimos a Sin City. Así lo acordamos e íbamos con todo y la cabeza en alto. Sí, yo en plan miren qué diva soy hasta que la asian-american inició el abordaje como inauguradora de la ola de dominó con la pregunta de los croupiers: Excuse me miss, how old are you? May I see your ID? Más traumadas que yo por mi edad, y yo en cambio luciendo los 25 como menor de 21, observada como posible terrorista: a ver qué va a tomar, a qué número le apuesta, en qué mesa se sienta... El acoso más incómodo, ¿qué no ven mis arruguitas?; pero como dice primito, es que sí, uno te ve y piensa: pobre chavita de 18, qué acabada está. ¡Óigame más respeto, chamaco! Ni modo, a aceptarme como soy y a burlarme de las gendarmes preocupadas por el Botox a los treinta, lero-lero y al segundo dejé de acomplejarme manteniendo el pasaporte a mano para no esforzarme mucho, adquiriendo la mejor actitud ponciana que se ha visto desde marzo del 2004. Total, estaba en la Joya del Desierto, ¿no?
Efectivamente, mi teoría de yo-no-vuelvo-a-apostar se me volvió a escurrir de la lucidez y me embriagué de ambición, comportándome cual Ponce: gastando dinero que no tengo en cosas que no necesito, sólo espero que las cámaras del Venetian no me hayan filmado así como las del Bellagio al ex-jefe de finanzas de los chilangos, y no lo digo porque me haya visto envuelta en un delito, sino por lo mal que jugué y lo rápido que perdí “millones”. Todo en la vida es a perder o ganar, hay que apostar, hay que apostar sin miedo, cantaríame en son de valor Roberta de Rebelde-mugres-rebeldes. Estoy segura, jamás en la vida he gastado tanto dinero en tan poco tiempo y con tan escasa diversión; yo veía al hermano apueste y apueste y hasta dándole propina al croupier, todo “no manches, qué jefe, bro” le susurraba para que se dejara de jaladas, pero seguía gane que te gano y, al ver la buena estrella, el papá y yo nos animamos, más nos valía no haberlo hecho. Yo súper-súper-supersticiosa había conservado el mensajito de la galleta de la suerte del buffet chino que me informaba: “One advantage of talking to yourself is that you know at least somebody's listening” (y yo agregaría para mí: mmmm, not so sure); con los números que me harían ganar los millones que pagarían la deuda interméstica del país: 7 16 22 9 16 31 27 y que aposté en las cinco rondas que se me fueron en cinco minutos con los muchos más de cinco dólares regalados para contribuir a mantener limpios los canales y el colmo de la excentricidad gringa al servicio del turismo internacional. Si ya por eso hasta me siento socia de The Venetian...
Y es que para ciudad excéntrica Las Vegas. ¿Que se te antoja playa? Pues vas a la del Mandalay Bay. ¿Que mejor algo más cosmopolita? Pues el New York-New York. Está bien, algo europeo: ¿París? ¿Venecia? ¡Vegas! ¿Te inclinas por lo clásico? Montecarlo, Bellagio, Caesar’s Palace. ¿Pirámides? En el Luxor, y de pilón la Esfinge. Que son las doce del día y quieres que sea de noche: vueltecita por The Forum Shops, en el transcurso de cada hora el techo va cambiando como cielo pirata. ¿Fantaseas con sirenas o piratas? Treasure Island. Museos: checked. Acuarios: checked. Leones blancos: checked. Parques de diversiones: checked. Restaurantes de tooooodo: checked. Antros 24 horas: checked. Bungee: checked. Espectáculos: checked. Stripclubs & Chippendales: ¿is this serious? Lo único que no vi fueron montañas para esquiar o pistas de patinaje, pero yo por pasada de exigente.
Dicen que afortunada en el juego, desafortunada en el amor, pero yo no me conformo con una, siempre he de querer todo y por atascada me tocó en negativo. Así salí corriendo del casino antes de empezar a apostar a los hijos que no me han nacido y los espectáculos terminaron de llenar la ya de por sí apretadísima agenda de la gira turística. Desde que vi el espectacular de Mamma Mia! supe que tendríamos que ir, por mucho que les diga a los papis que fúchila y guácala con su época nada-como-haber-nacido-en-los-ochentas-¿?, mi choque generacional es disfuncional al escuchar Los Beatles, Cat Stevens, y por supuesto ABBA; y en el anuncio aparte del dibujo de la novia risueña decía claramente: The Smash Hit Musical based on the songs of ABBA.
La historia se desarrolla en una isla griega y es sobre una chava de 23 años lista para casarse con novio-surfer-patán (“siempre hay alguien peor que tú” FUNAR dixit) y traumadilla por el padre-que-la-engendró-y-nunca-la-conoció y a quien quiere tener caminando por el altar para entregarla (¡háganme el favor!). Para empezar el teatro es una maravilla y yo soy una fascinada por los musicales. So I say thank you for the music, the songs I’m singing. Thanks for all the joy they’re bringing. Poco a poco van intercalando las canciones de con una temática que de principio parecía sosa, pero que a base de buenas actuaciones y un guión que va más allá del humor inglés, terminan conquistando al huraño más amargado. Mamma mia, here I go again. My my, how can I resist you? La madre había sido toda una rockera en sus mocedades y había tenido tres canillas al aire: con el ñoño, con el simpatías y con el galanazo-que-se-va-con-otra; alguno de ellos es postulado para ser el lucky daddy y los tres son invitados a LA boda por medio de triquiñuelas de su posible hija. Mamma mia, does it show again? My my, just how much I've missed you. Obvio llegan los tres al mismo tiempo y, como era de esperarse, los espectadores estuvimos a punto de perder a la ñora que casi se nos va del infarto de ver a sus tres amores de un solo verano veintitantos años después en la sala de su casa. Yes, I've been brokenhearted. Blue since the day we parted. Why, why did I ever let you go? Y los actores estuvieron a punto de perdernos a nosotros por la risa neta-ya-no-por-favor. Mamma mia, now I really know. My my, I could never let you go.
Chiquitita, you and I know how the heartaches come and they go and the scars they're leaving. Por supuesto que después del conato de patatús, la ñora sube corriendo a su cuarto en donde sus dos amigas locas la consuelan. You'll be dancing once again and the pain will end. Chiquitita, you and I cry, but the sun is still in the sky and shining above you. Let me hear you sing once more like you did before. Sing a new song, Chiquitita. Y qué mejor consuelo que la alusión al recuerdo y mi hermano que veía en la “dramas” a su ibid y, peleándose por los papeles de amigas locas, a la Sis, a la Cuchis o a la Lic, me hacía reír porque yo también llevaba rato pensándolo y más con la canción que remató el recuerdo. Friday night and the lights are low, looking out for the place to go. Where they play the right music, getting in the swing. You come in to look for a king, anybody could be that guy. Night is young and the music’s high, with a bit of rock music, everything is fine. You’re in the mood for a dance and when you get the chance you are the DANCING QUEEN, young and sweet only seventeen...
Pero qué hija tan necia, boda al día siguiente con su afán quiero-saber-cuál-es-mi-papá, gimme gimme gimme a man after midnight y sus tres posibles progenitores en plena despedida de soltera ¡ay por Dios! Aparte de intensita queriendo parecerse a todos. What’s the name of the game? Does it mean anything to you? Total que de enredo en enredo la mamá confiesa que está todavía enamoradísima del galanazo-que-se-va-con-otra. So when you're near me, darling can't you hear me S. O. S. The love you gave me, nothing else can save me S. O. S. Y le reclama qué gacho que me abandonaras bastardísimo-maldito-desgraciado-rata-de-dos-patas-ojalá-que-te-mueras-que-todo-tu-mundo-se-quede-vacío. The winner takes it all, the loser standing small. Beside the victory that's her destiny. But tell me does she kiss like I used to kiss you? Does it feel the same when she calls your name? Somewhere deep inside you must know I miss you. But what can I say, rules must be obeyed. Pero el otro no pérame tantito así no fueron las cosas mija, me fui con ella porque tú no me querías y cachún-cachún-ra-rá. Al final uno se divierte mucho, la mamá se casa con el galanazo-que-se-había-ido-con-otra-pero-actualmente-divorciadísimo y nadie sabe por fin quién es el papá porque ni la madre misma se enteró en qué momento; obvio todos terminan siendo una familia feliz ay-no-manchen y la chamaca, que empieza a tener lucidez, cancela su boda soy-muy-joven-para-el-bodorrio. Colorín colorado y sin duda yo estaba extasiada, incluso el tipo que estaba a mi derecha terminó fascinado con el musical aún sin conocer la mayoría de los temas y me obligó: esto tienes que ponerlo en tu blog.
Como también tenía que poner nuestras andanzas por American Superstars, el espectáculo en el que nos tocó la mesa del centro más pegada al escenario. El Rey pirata bailaba y cantaba igualito que el original à la Don’t be cruel, casi muero de enrojecimiento cuando empezó a caderear en mi cara y yo escoltada flanco derecho papi, izquierdo hermano, la escena fue salvada por la súper margarita helada que derretí de un trago. Luego fue el turno de Miss Spears y ni cómo describir las caras de los varoncitos y la mía cuando la pobre tipa empezó a sufrir de boobie alegre y casi pierde el bra que con tanto baile se le iba, irónicamente, à la Janet; Christina Aguilera fake pasó sin pena ni gloria pero con una voz que mis respetos comadre. Después fue el turno de Tim McGraw, el chico country que nosotros ni idea y con quien sufrimos haciéndonos como que la virgen nos hablaba cuando el tipo -mega baby- bajó al público con el micrófono para que cantaran algunas de sus canciones, las cuales, por supuesto, nosotros no sabíamos; su proximidad era tan real como el intercambio de miradas de terror de los hermanitos que se concentraban en su bebida y buscaban con la mirada la Nada para salvarse del martirio de la posible exposición no-se-la-saben,-no-se-la-saben. Gracias a Dios nos saltó y dio paso a la súper imitación de Michael Jackson que nos dejó boquiabiertos para reír en grande con el grito post I’m bad: ‘I’m free guys!’ Pero Elvis tenía que ser mío, aunque fuera en foto, por eso luché con las demás groupies por una que nos tomamos antes del beso, el abrazo, mi thank you y su ‘thank you, sweetie’. Vamos, tuve que correr al baño de la emoción.

domingo, julio 10, 2005

Hoja en blanco de algodón

¿Cómo te atreves a seguir como si nada y hablarme diario? ¿Cómo puedes seguir pensando que esto puede funcionar y hasta creer que con un boleto de avión voy a catafixiar mi vida por una de contemplación junto a ti? Lo sabes y tal parece que lo haces para hacerme enojar, esto no era lo que quería y me da coraje que las cosas hayan pasado así. Sé que tú también te sientes mal, pero si algo he aprendido es que el que se queda se lleva la peor parte. Por más lindo que te estés comportando, al borde de la asfixia empalagosa que no sé si me gusta tanto como pensaba; no hay derecho, no se vale y tú ni culpa tienes, pero prefiero estar enojada contigo porque el espejo ya tuvo suficiente. Tal vez fue la señal chiquita que le pedí a mi estrella para saber si sí porque yo ya no podría almacenar más dudas cargadas de clichés y estereotipos que traté de desechar, pero cuando es demasiado no existen muchos que valgan. No sé si pueda culparte por mi viaje a la inocencia en la frontera de la estupidez; es el colmo tomando en cuenta el tema del diplomado, aunque el reclamo va para la fábrica porque mi modelo no traía incluido ni el equipo de inteligencia, ni el detector de metal, ni camino con perros policías al lado. Y si sí es cierto, tengo miedo del miedo porque en dónde diablos fui a caer y cómo demonios fui capaz de ver todo tan normal, todo lo que ahora veo con el horror más claro de todas las transparencias.
Pero en fin, supongo que a ti la situación también te dará risa aunque te la aguantes, ennoviados por tres días, qué orgullo. Ni cómo olvidar la despedida de tequilas, rancheras, vallenatos y Bobby Pulido llévame-contigo-aunque-tenga-que-sentir-dolor-si-en-mi-tumba-yo-quiero-que-diga-este-hombre-se-murió-de-amor. No tenemos remedio, rockcito, no nacimos para estar juntos y por eso no me importa que todavía no lo entiendas. Yo contigo fui feliz compartiendo nuestro tierno amor, pero ahora que no estás aquí sólo hay dolor. Te compré lo de los astros alineados del 26 de febrero porque yo también lo sentí, pero las explicaciones que me das ya no son tan esotéricamente creíbles y las únicas pruebas que necesito pasar son las del examen médico del índice reumático, no las que según tú nos está poniendo la vida. No lo aceptaste por las buenas y por eso me cansé, lograste lo que se creía imposible: hacerme entender que los panchos, efectivamente, son una pesadilla cuando te los hacen. Mis analogías siempre te divertían, por eso en ese momento yo me imaginaba a Scarlett O’Hara cuando Tara se encuentra devastada y no hay qué comer, ella, llorando, toma un pedazo de tierra y jura “If I have to lie, steal, cheat or kill; as God as my witness, I'll never be hungry again": así yo te miré, tomé el celular -para, como ella, tener algo en el puño- y me juré interiormente “Aunque tenga que mentir, aguantar, fingir o callar, a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a hacer un pancho estúpido”.
¿Te das cuenta de que ya soy amiga del destino, que ya nos llevamos bien y nos reímos los dos de mí y ya no sólo lo hace él? Hasta eso tengo que agradecerte, colombiano. Igual me detestas hoy, igual mentirte no estuvo bien, pero incluso en las caricaturas te educan para golpear al que está en shock y a ti ya no te estaba girando bien lo nuestro. No fue un acto de desespero como dices, tengo muy poca fuerza de voluntad, lo sabes, pero no cuando ya me quedó claro el por qué te estoy lastimando, el por qué tú me estás haciendo daño, no hay esperanza en mi decisión, no hay futuro en un plural de juntos. De más alto nos hemos caído, ¿no, tontico? Lo bueno es que ya sabemos que sí se puede y que ya no escucharemos a Fito Páez juntos, pero que el amor después del amor, tal vez se pareció a este rayo de sol. Bueno listo, Yush, de pronto así tenía que ser la vaina, dicen que las norteñas son muy guapas, más me le vale creérselo y que Dios me lo bendiga siempre, pues. Yo mientras me quedo cerrando el libro y tratando de digerirlo porque tu vida, como la carta del Binomio, resultó ser una hoja en blanco que nunca pude leer...

jueves, julio 07, 2005

The American Dream (Episode 3 – Las Vegas Bananas)

‘What happens in Vegas, stays in Vegas’
This is my shit! No es necesario que alguien lo diga, que haya letreros o que uno pregunte. Es así como Ámsterdam, uno se da cuenta de que está allí con la primera respiración, el olor de la-tía-maría impregna el ambiente y no miente. All the girls stomp your feet like this. En Las Vegas lo primero que uno escucha es el sonido de los quarters en las máquinas del aeropuerto y sabe que ya llegó, es más, desde el avión uno sabe a dónde va cuando ve a los magnates de la ficha y la baraja apostando desde la comodidad de su asiento.
Because I ain't no hollaback girl. La ciudad no es bonita, el Vic Bro y yo lo comprobamos cuando de bienvenida nos perdimos en ella, con esa sensación de desierto que hace ver hasta la propia ropa en tonos dorados y con la pesadumbre de una polvareda citadina. I ain't no hollaback girl. Sí, hice de lo imposible algo posible: nadie se pierde en Las Vegas, no hay edificios más que en la única calle que salva a los turistas y son los hoteles de la línea de The Strip (LV Bvd.), sólo hay que seguirlos y ya, pero no, nos perdí y conocimos la decepción prematura ¿Is that it? Ooooh, this my shit, this my shit. Nadie contaba con MI astucia porque el pobre hermano suficiente hacía con tratar de entender a la recién rentada camioneta que nos llevó -en ocasiones a rastras- durante siete días. I heard that you were talking shit. And you didn't think that I would hear it. El oso fue mayor al darnos cuenta de que nuestro hotel era el más alto de TODOS y llegamos como huerfanitos arrastrando las maletas, súper pajueludos, impactados por las luces de neón del mediodía y la locura apostadora en medio de los bell boys y la recepción. People hear you talking like that, getting everybody fired up.
Subimos al cuarto y, cuando nos disponíamos a acabar con la ciudad, a mí casi me acaban con el susto que me dieron y que por poco me mata de diabetes. So I'm ready to attack, gonna lead the pack. No había siquiera abierto la puerta para salir cuando los altavoces nos advirtieron después de un beep agudísimo: “Please remain calm, an alarm has been activated in your hotel area. Our security staff is investigating”. Gonna get a touchdown, gonna take you out. Yo iba palideciendo por exceso de imaginación, de noticias y de películas de terror mientras el hermano obedecía a la calma y a la costumbre de tanta repetición: igual no podemos bajar por el elevador, decía, pero mi histeria se incrementaba porque yo ya tenía al avión de Al-Qaeda en la cara y pensaba en mis últimos segundos de vida extinguida en el piso 15 de la Stratosphere (voy a morir sin haber amado) y me atormentaba esperando la función de la película de mi vida en tratamiento express, pero supe que todavía no era mi momento cuando mis veinticinco no formaron parte de la cartelera porque, evidentemente, no pasó nada y nunca supimos ni sabremos lo sucedido. That's right, put your pom-poms downs, getting everybody fired up. Eso sí, nada iba a mellar las ganas de apostar del hermano mayor y las mías de encontrar al amor-de-mi-vida para casarme à la Britney en The Little White Chappel; si el FUNAR había decidido nombrarme su embajadora o representante consular en Estados Unidos, mínimo tenía que afianzar al magnate griego, ¿no? A few times I've been around that track, so it's not just gonna happen like that. Mínimo... o bueno, ya de últimas al camionero lleno de tatuajes. Because I ain't no hollaback girl.
Oooh, this my shit, this my shit. Salimos al recorrido y a buscar espectáculos dignos de los hermanitos Walsh, para no terminar como la Cuchis y su hermano en el crucero y que nos vieran cara de matrimonio feliz. So that's right dude, meet me at the bleachers. Total que no hubo showgirls de mi presupuesto porque el espectáculo me iba a dejar en la quiebra y sin la chamarra de Playboy que me encantó (y que fue el único amor que dejé en Las Vegas porque al final ya ni para eso tuve presupuesto). No principals, no student-teachers.
Yo lo tenía muy claro: no iba a apostar. All the boys want to be the winner, but there can only be one. Era de la "firme" idea de que uno tiene una oportunidad de gane en la vida y ya. La mía fue hace cuatro años en el Casino de Montréal cuando una maquinita me vomitó cien dólares en dosis de a quarter antes de que me durmiera (sí, soy de los pocos seres del planeta que se aburre en los casinos) y de que gritara como histérica: gané, Martz, ayúdame, gané y pidiera al cielo -absurdamente- que alguien detuviera la máquina porque yo no podía con tal caída de moneditas y la cara de odio de los millones de abuelitos instalados como por veinte años porque no saben en qué gastar su jubilación (y por burlarme creo que me dio artritis, por decir que no es que les gustara el juego sino que no se podían mover, hay que aprender de los malos karmas del pasado, niños). So I'm gonna fight, gonna give it my all. Sí, no necesitaba corroborar mi teoría pues yo estaba convencida de su certidumbre, de que mi dotación de azar positivo, de melates, loterías, bingos, ruletas o demases ya estaba saldada, así que si había de gastar mi dinero en algo banal, que fuera en alcoholes, ropa o lipsticks, no en que la casa ganara. Gonna make you fall, gonna sock it to you. Se lo dije al hermano, pero aún así lo acompañé como de talismán en su noche heroica de ganancia neta: 4 dólares. That's right I'm the last one standing, another one bites the dust. Deprimiendo a la concurrencia que deseaba verme como la güera-buenísima-lanza-dados en el Craps -onda 007-, pero es que ni cómo compadres, así que me reduje al talismán fraternal o bulto que sólo reaccionaba cuando escuchaba la canción que prometía dar(nos) el triunfo. Let me hear you say this shit is bananas (B-A-N-A-N-A-S). Sí, querer acabar con Las Vegas el primer día nos terminó acabando a nosotros. A la una de la mañana yo ya estaba en mi octavo sueño, pero aún no habíamos visto nada y la ciudad estaba por conocernos, y vaya que lo haría... This shit is bananas, B-A-N-A-N-A-S!!!

miércoles, julio 06, 2005

La frase de la semana - Media naranja

Amigos como mi Niño son difíciles de encontrar y yo le agradezco a la vida tener los amigos que tengo. Para las buenas y las malas, para los buenos y los malos. ¿Quién necesita el amor? ¿Quién necesita más cuando escucha frases de apoyo como éstas? La vida es una sonrisota al escuchar el reclamo y la angustia sincera:

"Creo que a mi media naranja ya la hicieron jugo"

domingo, julio 03, 2005

Otro partido perdido

De lo que se va enterando uno. Tanto criticar a su amigo por andar con una quinceañera (literal) para que de buenas a primeras: salgamos con nenita generación pre-rebelde cuyo máximo título es el de la primaria y el de las tablas de la minifalda rosa de 20 cm. Ahora sé que sólo hice el oso cuando le reclamé al más sexy: ¡Ay por Dios, biológicamente podría ser tu hija! Y el destino, divertidísimo, se ríe de mí con estas ironías que a cualquiera le producen una sonrisa, le hacen amar la vida y agradecer las dosis de humor negro. Ellas todavía son inocentes, pero lo mío sí fue estupidez; aún así me da risa aunque creo que debería estar llorando de pena ajena y casi de propia por ni siquiera saber si el estupro ya no lo es a partir de los 16.
Boricua, morena, dominicano, colombiano. Boricua, morena, cubano, mexicano. Oye mi canto. They want Reggaeton. Toma reggaeton. Y tómala Ana Lucía, yo protegiéndome de la Generación Rebelde cuando en realidad debí haber temido de la Generación pre-RBD... Lo que no se vale es la violación del acuerdo tácito. Mi área de influencia histórica es el Sur y se extiende estirándola muchísimo hasta Polanski, él lo sabía y yo no entiendo, ¿no que muy Bosques, Lomas, Parque y Santa Fe? Si hasta me hizo creer que era líder de su región. ¡Ah, no! El muchacho buscaba expansión y, bajo la doctrina del Lebensraum colombiano, decidió coquetear con mis territorios de control. ¿Qué no ve que el FUNAR SÍ es hegemonía regional?
Me despierto en la mañana, para verte pasar, y tenerte en mi mente por el resto del día. Qué vida la mía. No sé bien si lo que me causa gracia sea la situación o cómo me enteré de ella; tengo el don de informarme de muchas cosas que muchas veces no me gustaría saber, ha sido constante en mi vida y ya debería haberme acostumbrado, pero hay tantas cosas que debería haber hecho que esto resulta sólo una nimiedad. Aparte brutísimo de verdad, de por sí it’s a small world after all como para salir con la amiga de la novia del amigo, por favor muchachos, ¡ingenio! Hay que reconocerle el buen gusto, pero es que con esos resbalones nadie creería que es un ingeniero haciendo MBA, si fuera más alto uno podría decir: ah, no, quisiste decir NBA, pero ni cómo... No, no lo hizo una, sino dos veces. Con la quinceañera y con la amiga del primo del ex-novio de mi amiga que, por supuesto, yo conozco. Al menos ya aceptó su error después de media hora entre risas yo-cómo-iba-a-saber-que-las-conocías... ¡Hombres! ¿Cómo crees que querría algo en serio con ellas? Sí, son bonitas, pero una podría ser mi hija (mi propia línea, punto a su favor) y la otra es muy tonta (desacreditación de la rival, dos puntos a su favor). ¿De qué podríamos hablar? Estaba con ellas porque tú no querías estar conmigo, no hay ni cómo compararlas contigo. Mega score y limpió el marcador porque no importa que lo que haya dicho no sea cierto, sabe mentir con clase o decir las cosas que quiero oír en el instante preciso, haciéndome creer que es verdad.
Me dio risa sincera cuando la quinceañera novia del más sexy tomó valor líquido y me pidió que la acompañara al baño para suplicar perdón por haberle presentado a ¿MI? caleñito a SU amiguita. Vamos, la escena era tan asfixiante que cualquiera hubiera pensado que la chiquitina me había bajado al galán. Pero lo que más risa me da es que sí se haya creído que yo hubiera pensado en su amiga-bebé como una competencia de verdad (c’mon kiddo, ¡por favor! Soy ardilla, no zarigüeya y cuando tú vas yo ya vengo, ja, ja, una cifra más en el club todos-odiamos-a-fu%$in’-AnaLucía, muajajaja), si hasta yo me sorprendí de la frialdad y falta de pancho, sí, la panchera no usó su poder. El colmo fue el colombiano diciéndome en tono de Juanes à la c’mon, c’mon, c’mon baby y con disimulo que ya no tenía la camisa negra, pero que debajo seguía teniendo el difunto y yo, en lugar de indignarme por la albureada y la falta de decencia de la declaración, me puedo morir de risa y la cachetada y el enojo se me van para otra vida.
Y ya que estamos en esto de reír, cómo no dejar de hacerlo cuando me veo de nuevo soltera, con la relación más fugaz que creí padecer; y padecimiento porque yo no quería que se acabara a los tres días de haber empezado. Te encuentro despierto, me dices lo siento. Puedo morir de risa y de escepticismo por el desbordamiento de ficción. Me abrazas, me hielo, me pides un beso y yo me quedo sin respirar. Mi telenovela es como de los cincuenta, peor que Gutierritos o película a blanco y negro de Silvia Pinal. Sólo espera un momento, sólo dime no es cierto. No lo creo, por fin decido quitarme miedos, después de cuatro meses de sí/no, aposté todo y ahora es un factor con el que no contábamos el que me lo aleja y me vuelve a dejar sola, porque no creo en la posibilidad feliz de un amor de lejos; menos si está comenzando. Sólo quédate en silencio cinco minutos, acaríciame un momento ven junto a mí. Esto es el colmo y me da por reír en medio de este drama de lloriqueos y sonrisas de ironía porque no puedo creerlo, porque me da coraje y por más que él me diga que sí se puede yo sé que yo no voy a poder y que no quiero esto. Te daré el último beso, el más profundo, guardaré mis sentimientos y me iré lejos de ti. Culiacán está en otro mundo; tal vez cuando regrese... si regresa.
¿Y ahora qué demonios hago con lo que estoy sintiendo? ¿Cómo le hago para olvidarlo y olvidar esta relación de parpadeo? Dame tu mano, devuélveme el aire. Tal parece que la empresa sólo esperaba a que yo le dijera que sí para quitármelo de enSÍma. Di que me amas, que no eres culpable. Sé que es lo mejor para él, que es un súper trabajo, el sueldo está increíble, se va con su mejor amigo (el más sexy) a trabajar en el área que le encanta y no tengo más que buenos pensamientos para su futuro, pero esto va más allá de mi paciencia y mi clarividencia. Por lo menos un momento dime que esto no es cierto. Tengo que poner buena cara y dejar de hablar en primera persona del plural. Me doy, acepto la derrota sin pedir revancha porque ya me cansé y lo sé, en el fondo es gracioso; no puedo competir ni con las Rebeldes, ni con las pre-Rebeldes, ni con el amor porque ya sé cómo va a acabar el partido. I’m single in the rain (again) y con la gracia porque así como la selección mexicana: se jugó como nunca y se perdió como siempre...
Love is just a state of mind, sólo eso, ¿no?

viernes, julio 01, 2005

Habemus Noviom

Tanto lo quería y ahí lo tiene, su título reclamador de “el novio”, a ver qué hace con él, si lo cuelga en la pared, lo tira o lo guarda, yo ya no puedo hacer más porque ahora me toca colocarle lugar en mi vida al propio de “la novia”. Es el tercero oficial -seamos claros, al Horrible jamás lo podré contar y no porque ya se haya casado sino porque ni jugando semana inglesa-, y para variar yo soy tan aburrida que no se me ha ocurrido escoger letras diferentes del abecedario: como los dos anteriores, tiene una jota inmensa en su nombre, primero fue el J, luego el JC, ahora el DJ y por fin les encontré un parecido a mis gustos porque siendo objetivos no hay nada más en común aparte de esta princesita versátil. Ya estoy como amiguita, que en secundaria se tatuó con el compás una eme por un niño que le gustaba y hasta hoy anda por fin con un M -y vaya que ha tenido novios-, así debería hacerle con la jota que a como voy será mi destino.
Mira lo que se avecina a la vuelta de la esquina viene Diego rumbeando. Con la luna en las pupilas y su traje agua marina parece de contrabando. Y entre tanto aserejé no nos quedaba clara la situación, amiguitos diario preguntaban sobre mi estado civil y llegó un momento en el que hasta a mí me dio curiosidad saberlo, digo, para ver qué ponía en la aduana y eso (...a-já-a) Me llevé tarea al viaje y a las horas de haber regresado ya tenía al colombiano en mi puerta, preguntándome qué había pensado y como que las cosas se dieron por hecho, pero no había reglas claras sobre la exclusividad. Eso sí, la angustia sí fue real, amiguitas decían que fuera directita: oye caramelito, en qué quedamos pues, andamos o nomás nos hacemos. O se burlaban de mí por pedir consejo: no pues si tú eres la experta de los acosos y los acorralamientos de hombres, ya no te acuerdas de tu célebre qué, ¿te pongo nervioso? Ja, ja, ja. Y uno no sabe si dar gracias por la gracia de sus amigos o suplicarle perdón al cielo, por-favor-Diosito-te-juro-que-no-lo-vuelvo-a-hacer,-de-veritas. O las otras sugerencias: es obvio que ya andan, puedes sólo preguntarle que por fin qué día van a cumplir y el debate subía de volumen: puedes hacer como que estabas muy borracha cuando llegaste del aeropuerto, o puedes esperarte un mes para ver si te regala algo y ya está. Y el DJ que lo conoce toca el himno de las doce para Diego la canción mas deseada Y la baila, y la goza y la canta... Pero yo no podía quedarme con la duda y me armé de valor: oye Plan Colombia, he estado pensando y pues no sé, es que, mmmh, esteeee, bueno, ps quería saber, ps no sé, o sea, que si quieres ser mi novio y el rancho me quedó grande junto con mis mejillas de payaso y las manos dónde-demonios-escondo-el-maldito-sudor (niños: mis respetos con la valentía). ¿Me puede traer otra paloma, pero triple, por favor? Y el tipo se moría de risa al verme tratando de tomar valor y estaba divertidísimo con mis nervios. Como dice el niñito, es alentador que HASTA YO tenga novio, ¡¡¡mucho juicio!!!
Por fin estoy viviendo hoy, ya no hay ni ayer ni mañanas en mis traumas, sólo un hoy de sonrisa estúpida que no he podido ocultar ni en las noches de insomnio de cosquillitas, porque se metieron como ochenta mariposas rosas y moradas a mi cuarto para robarme el sueño. Lo mejor fue su respuesta: pensé que ya llevábamos una semana. ¡Auch! Pero yo tenía que salir con mi batida de babas: ¡ay no! Hay que empezar hoy, es que no me gusta ese día, yo no quiero cumplir en ese número, mejor hoy, ¿va? Lo triste es que el man me cumple mis caprichitos aunque nunca se me ha hecho cumplir un siete, para cantar el siete-de-septiembre-es-nuestro-aniversario, ya ni modo, igual el número que cayó me cae bien. No pude haber escogido mejor día, como venganza al género se lo dije, ahora para que te acuerdes te la puse fácil y es cada 28 de mes compadre, así como Andrés, tú tampoco tienes pretexto (just warning). Y como dicen amiguitas, qué bien, así no te quedas sin cumplir en febreros bisiestos, pero quién piensa en febreros si julio está aquí y es regalado con un presente soleado aunque el clima no diga lo mismo...