viernes, abril 08, 2005

Efecto del cambio de las Reglas de Origen en un Acuerdo Bilateral

Ayer fue el examen profesional de una de mis mejores amigas. Por mis achaques tengo el legítimo derecho de hablar como viejita, así que haciendo uso del más cursi autoritarismo he de confesar que no puedo creer que el tiempo haya pasado tan rápido. Ahora que la veo cumplir un sueño con el que crecimos se me vienen encima recuerdos como en flashazos de a mil por segundo. De la peor pinta de la historia que por planearla tanto salió tan mal; éramos tres y habíamos acordado vernos a una calle de la escuela, allí tomamos un taxi siendo tan obvias que alguna maestra nos vio y empezó a imaginar que nos habían secuestrado o yo no sé qué. Nosotras ni por enteradas nos dirigíamos felices a un centro comercial cercano donde lo primero que hicimos fue deshacernos del delatador uniforme, libres de soplones salimos súper fresh a desayunar en pleno desierto mientras esperábamos la hora para ver la película. Salimos del cine y todavía faltaba mucho tiempo para hacer la finta y regresar así como quien había pasado todo el día bien estudiosita. No había más que hacer, amiguita “estaba enamorada” de un tipo de la universidad en la que posteriormente estudiamos y yo también tenía un amor prohibido en dicha institución así que súper perdedoras escogimos como plan para finalizar la pinta ir a perder el tiempo entre universitarios (¡wooow! L total). Al final nos salvó haber encontrado al Vic Brother y a sus secuaces y nos la pasamos muy bien aún sin haber visto a los susodichos. Cuando regresamos a nuestros respectivos hogares la bomba había estallado por las llamadas de la Dirección preguntando por qué es que las princesitas habían faltado, pero logramos solucionarlo enteras y sin perder herencias.
Otro flachazo que tengo muy presente es cuando, ya estando en la universidad, llevábamos una clase juntas y teníamos -gracias de nuevo al Vic Brother et al-, varios exámenes pasados así que se nos hizo fácil no estudiar por irnos a no sé dónde y prácticamente memorizarlos para terminar en el cubículo de la profesora explicándole por qué demonios teníamos exámenes tan parecidos y en vez de ser expulsadas de la institución, sólo fuimos acreedoras de una calificación baja. Ahora nos reímos mucho de esa anécdota, pero sufrimos horrible porque tenemos a la ñoña muy a flor de piel y aunque directamente no copiamos, digamos que no fueron nuestras respuestas.
De cuando se fue de intercambio a Montréal: de los pic-nics en Mont Royal, de nuestras comidas eternas tratando de arreglar el mundo y jugando a la bola de cristal, del viaje a Québec en el que nos sentíamos las más rudas en el albergue después de dos litros de cerveza, del Viejo Puerto y las Beaver Tails, de encontrarnos a tantos conocidos, del 737 y el regreso maldito-vampirazo, de cuando se enojó (y sigue sin aceptarlo) porque en el Casino gané a la primera y ella por más que jugaba nomás nada (lero-lero). De cuando yo estuve de intercambio y al visitarme regresó odiándome, odiándolo (más) a él, odiando mi pueblo y Ámsterdam porque yo estaba en otro rollo y ni le hice caso, como en todas las relaciones importantes de la vida hay altas y bajas y también nosotras hemos tenido problemas, pero nada que un ay ya salud o un me perdonas no los solucione. De, como dice ella, “nuestros malviajes al país de la Utopía” y de todas las risas, bailes, viajes y demases compartidos entre nosotras, con el FUNAR y el Prepa Power.
La vieja loca lo logró con todo y mención. Sin omitir, claro, los gritos histéricos del FUNAR en la solemne celebración con las eminencias económicas al frente del presidium “¡Bravo! -genial Cuchis, aplausos a ti y a toda tu descendencia por los siglos de los siglos-, ¡Guuuuuuuuuuuuu, Go Pau, Go Pau!” y lagrimitas. Y es que la noche anterior ya habíamos derramado varios litros cuando me habló para decirme que estaba muy nerviosa y para contagiarme (qué buena amiga, eh), para no sé por qué recordarlos a sabiendas que una vez cerrado, ya no se puede volver a entrar al círculo porque ya pasó de moda el “de reversa mami”, ahora sólo hay para adelante y sonrío al saber que no me equivoco cuando digo que mis amigos son unos ch#%&”%es. Estoy muy orgullosa y le compro lo que me dijo ayer, siento que un micro-mini-p’tit-p’tit pedacito de este logro también es mío, porque compartimos el sueño desde que nació, por las buenas y la malas (pido ser la buena, jaja) y porque siempre he creído en ella, en ellos, porque al final son como espejos. Ya ni siquiera es necesario imaginármela de súper ejecutiva master y el depa sigue pendiente aunque sea de siesta soñadora mientras nuestros rendimientos sigan siendo decrecientes.
Después de la noche de nerviosismo extremo, el día caeteris paribus hasta el primer brindis. Una cosa llevo a la otra y de pronto nos encontramos en plena recepción haciendo un video-phone-home. La sis andaba muy seriecita toda de negro mientras yo me había robado el carnaval de Río yendo súper folklórica con pantalones color lulumarina, capita de mariposa con florecitas rosas y cómo no, el último toque de oferta inelástica popularizada (?) revivamos-los-cuarenta-y-a-Chanel: la florecita prendedor color ibid. Una falla de mercado total. Yo monopolizaba el color y para hacer una competencia perfecta era necesario prestarle mi florecita, el albur se asomó desde el pensamiento por lo que surgió inmediatamente la idea del video del guardaespaldas que protegía a la portadora de la flor -en este caso la sis- porque yo me desquiciaba y la quería de vuelta para mí.
Ya listos, con todos los factores de producción en escena, lo ensayamos varias veces y nunca creímos que iba a salir tan bien después de mis malas actuaciones en slow-motion tratando de coordinar el segundo en el que tenía que lanzar mi copa y dar la señal para ser detenida por el guardián Mike. De la búsqueda incesante de la sis “ay señor director, pero es que todavía no entiendo cuál es mi motivació-oon” y las fallas técnicas “and aaaaaaaaaaaaaa-i-ai will allways looooove youuu”. Realmente sorprendente lo bien que nos quedó, si alguien sabe cómo puedo subir videos al blog se va a ganar el cielo porque ni con el Óscar, eh, y más cuando ya estábamos tan clavados que hicimos la versión de reversa mami. ¡Quién hubiera dicho que la parte difícil de recibir la copa en vez de aventarla quedaría tan bien hecha! Como para reír por horas con el mensaje subliminal del leit motif del guarro y la canción à la dale para atrás, y es que se oye de terror “dame tu flor, dame tu flor” con la voz oscura y ronca de mi kiddy favorito. Vamos, quedó tan, pero tan bien, que hasta trae fantasma como en “Tres hombres y un bebé” y justo atrás de la cortina porque a la festejada se le ocurrió salir al jardín a hablar por teléfono y su sombra se reflejaba tan fantasmagórica que hasta las brutas actrices se la creyeron todita, pero eso sí, que no digan que no estábamos concentradas.
Total que el festejo terminó después del grito desesperado de ayuda mikeana: “apaga tu mamá que ahí viene el cigarro”; de los llantitos vengadores del pasado de las ex-muchachitas hoy súper rebeldes (es que estas niñas por muy licenciadas que sean no pueden ¿quieren? nadar contra corriente) “sólo quédate en silencio cinco minutos, acaríciame un momento, ven junto a mí... dame tu mano, devuélveme el aire... por lo menos un momento, dime que esto no es cierto”. Y los últimos habitantes que quedaban en la casa hechos bolita con mi consejo de ardida por no poder participar más que de cereza en la salvajada: se les van a salir los intestinos, no van a poder tener hijos, se van a quedar tarados, mañana no se van a poder mover y es que los quiero desaforadamente chiquitines, qué le puedo yo hacer. Sólo me resta re-felicitarte amiga, pero este es el primero de muchos. “Hemos llegado al final del viaje, tanto esperar este momento, tanto querer dejar atrás, es el tiempo que se escapa de las manos, que hoy es parte del pasado y no podemos regresar... No hay fronteras si quieres seguir andando, ni barreras que se cierren a tu paso; no hay cadenas que te aten al pasado, en tus manos tienes hoy la libertad” y justo allí es la parte del peor gallo que ni con ocho tequilas me abandona.
100% FUNAR, 100% ACTITUD

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay mejor sentimiento que verte felíz; disfrutando de tu vida y de toda la gente que te quiere, verte reir (porque en verdad te vemos) y ese momento cuando te vas a dormir con una sonrisa-rosa.

Lo que daríamos por ser un pequeño factor de toda esa felicidad que te rodea y en verdad contagias... uffff!

No estamos seguros si es la musica de fondo que nos rodea, los días melancólicos que se viven de este lado de la nube o tus increibles relatos, pero algo se movio... se acomodaron las sensaciones.

Gracias preciosa!

Always,

To Fan Club Oficial

sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha!

Anónimo dijo...

Gracias por haber estado ahí, compartiendo uno de los momentos más trascendentales de mi vida profesional. Sobretodo por que tu comprendes el significado que tiene, crecimos juntas en este proceso!!
Se ha terminado una etapa y lo más importante es cerrar el círculo, para poder seguir adelante con nuestros sueños y metas
TQM

Ana Lucía dijo...

Fan Club Oficial es el más lindo siempre, siempre!!

Licenciada, ahora sí que no me queda más que hablarle de usted y decirle el comentario que surgió en una conversación con la Trix: Ahora sí que te tenemos envidia de la real, no de la buena o de la nominal, jaja... Recuerda que los golpes son para salir adelante y no para hundirnos, te quiero preciosa!!!

Anónimo dijo...

que es el funar ?

Ana Lucía dijo...

El FUNAR es una mezcla post-moderna del Club de Kitty, Paquita la del Barrio, S e x & the City, Muchachitas y Quinceañera. Reduciéndose a las fantasías y pretensiones de 4 pseudochicascool más perdedoras que la selección mexicana, cuyas aventuras se firman bajo los alias de Andrea, Gaby, Paulina y Susana. Eso intenta ser el FUNAR... Y uno, dos, tres, ánimo, 100% actitud