lunes, abril 11, 2005

Estrellas en la noche de la mediocridad...

Después de mucha perseverancia, cuatro semanas, varios plantones y una siesta que no me dejó tiempo ni para enchinarme la pestaña, pasó por mí. Iba con su amigo qué-mala-suerte-por-qué-tenían-que-ser-amigos y nos encaminamos al poniente de la ciudad donde nos esperaban los demás. Oh, life is bigger. It's bigger than you and you are not me. Yo juraba haberla perdido y me daba mucha pena que me preguntara por ella, pero no, allí estaba, en primera fila de la guantera que me pidió que abriera para pasarle no sé qué. That's me in the corner. That's me in the spotlight, I'm losing my religion. Trying to keep up with you and I don't know if I can do it. Se dio cuenta perfecto de que me había dado cuenta de que ésa era MI pulserita y de reojo sólo escuché “se te olvidó el otro día en el coche, déjame ponértela, pero tienes que hacer una promesa”. Every whisper of every waking hour, I'm choosing my confessions. Trying to keep an eye on you like a hurt lost and blinded fool, fool. Desde allí comenzamos de nuevo a poner subtítulos en la relación porque cómo de que una promesa, un deseo querrás decir. Eso pues, y the cutest one reclamando en el asiento de atrás “a ver, a ver, si se van a poner melositos mejor pónganme Polo-Polo”.
Genial, mesa kilométrica con sus amigos que me caen mejor que su propio acento y mi tequila esperando, mejor recibimiento imposible con el abrazo efusivo de la única novia del grupo, pequeñita colega de carrera, de universidad y mi mejor porrista. Te vi llegar del brazo de un amigo cuando entraste al bar. Y te caíste al piso, me tiraste una chela, me tiraste el sifón, estallaron los vidrios de mi corazón. Y ni quién me preguntara, pero ahí fui yo de informante, es que me fascina esta canción, yo creo que está dentro de mi top 10. Te vi bailar brillando por tu ausencia sin sentir llevar, chocando con la mesa te burlaste de todos, te reíste de mí. Tus amigas se escaparon de ti. No lo dudo, si es que te sale muy bien y yo pensando “va, ahora sí le compro al tipo que realmente está enamorado si cree que canto bien”, pero los subtítulos me indicaron que a lo que se refería era a que esa canción me quedaba bien. Y a mí me volvió loco tu forma de ser. Tu egoísmo y tu soledad son estrellas en la noche de la mediocridad. Ay qué feo que digas que esa canción me queda, ¿por qué? Viniste a mí, tomaste mi cerveza, me sonreíste así. Nadando en tu demencia no sabía qué hacer, te traté de besar me pegaste un sopapo y te pusiste a llorar. Y no me tuvo que contestar, me mordí la lengua al ponerle atención a la letra y no pude más que reírme al recordarme protagonista de algo muy similar cuando nos conocimos.
Ni una palabra más al respecto y me salvaron the cutest one y el más sexy porque con su rollo de metrosexuales moderados llevan dos semanas yendo al gimnasio y a aerobics -obvio en moto- para contarme sus anécdotas y no sé en qué feliz momento de taco de ojo yo tenía a los tres tipos haciéndome su rutina del step como queriendo matarme de risa antes de la seria conversación quiero ser lo más paciente del mundo contigo, no te quiero presionar porque perderte no está en mis planes (¿perderme?), y a ver, ok, vamos a poner las reglas claras y a ponerle subtítulos también a la presión. Me abrazas, me hielo, me pides un beso y yo me quedo sin respirar. Pero ni cómo reclamar o aclarar mis ideas, qué podía yo hacer si todo era perfecto, si hasta la noche citadina vista a través de los sillones hindöös se unía al terrible compló que terminó con sus amigos showmans haciéndonos coreografía rythm & blues de los cuarenta. Tengo tanto miedo y es que no comprendo qué fue lo que yo he hecho mal. Y supe qué pedir con la pulserita.
Es que no podría escoger un solo mejor momento de la noche, por él, por sus amigos, por todos los detalles. Cuando pusieron “su” canción “tal vez jugando pudiera a su familia ayudar... y todo el pueblo cantó: Maradó, Maradó, nació la mano de Dios” yo ya no podía reír más al ver a los ocho tipos de la mesa cargándolo como al mejor jugador del estadio mientras coreaban “Oe, oe, oe, oe, oe, Diego, Diego”. Si es que yo pensaba que estudiaban un M B A, pero ahora creo que me engañaron y en realidad son animadores y agradezcamos a las palancas porque cerca estuvimos de salir aventados sin elevador por revoltosos. Como cuando le tocó el turno a “mi” canción y ahora era yo quien tenía a los tipos a menudo me recuerdas a alguien, tu sonrisa la imagino sin miedo... el teléfono es muy frío, tus llamadas son muy pocas... entra en mi vida sin anunciarte y mi cara de estúpida al tener frente a mí una rosa seguida de mi mano en la boca, si es que la pose de diva es de forma porque en el fondo no soy más que una cursi de a varo que cae redondita con el primero que le dice mi reina (y en colombiano hasta las piernas tiemblan). Más cuando quiso continuar con las clases de ya-no-quiero-ser-presionador y me preguntó si eso era presión, pero yo no tengo respuestas a todo, lo único que tengo es el trofeo a la mejor autobiografía de los fracasos y a las mejores auto-confusiones síguele buscando cinco pies al gato, como si no tuviera nada que hacer. Y no me importa lo que digan de mí, esta es mi vida así la quiero vivir, no me critiquen, yo soy como soy y sólo escucho a mi corazón (y mientras la cantaba me reclamaba el cambio que he sufrido y me repetía que ojalá así fuera).
Bueno, la ley de Murphy insiste en burlarse de mí, antes decía que estaba confundida, pero si hubiera visto el futuro para verme en este presente mejor me hubiera quedado calladita. Mi problema es ser tan clavada cuando me clavo y ser tan estúpidamente fiel (cómo extraño a Susana caray), por eso no quiero comprometerme a estar con él -soy muy joven para andar dando exclusivas-, todavía no, pero me da cosa que se harte y me desespera porque para mí no es así de fácil. Yo no puedo tomar la actitud de bueno, voy a andar con él y a ver qué pasa y lo sé, tampoco es que me esté proponiendo matrimonio, no estoy tan malviajada. Es sólo que me conozco un poquito y tengo en el subconsciente la voz de la mami y la amenaza de que el que se lleva se aguanta porque “juegos de manos...”, por eso no omito la posibilidad de que los dos acabemos llorando, y ahí voy a ponerle –qué raro- de antemano el estigma de ex-novio al pobre tipo que sólo me escucha como si le hablara en cantonés y por más discurso que me aviento, mis ínfulas de político se deshacen cuando veo que le vale y hasta me está convenciendo de que tal vez no. Lo peor es que esta indecisión va más allá del reacomodo hormonal de cada veintiocho días porque me da coraje saber que es cierto lo que dice César “por muy tarde que llegue ese hombre, siempre llegará demasiado temprano”.
Luego está el tarado del novio de amiguita burlándose de mí cada vez que me ve, de cuando salí del antro en Acapulco el día que me di cuenta de las ganas enterradas que tenía por viajar a Colombia y que según cuentan hasta le compuse varias canciones mientras afirmaba: “me enamoré, estoy enamorada, ¿cuándo me había enamorado en un antro?, yo nunca me enamoro en un antro y hoy me enamoré, me declaro oficialmente enamorada”, con la cara de risa de los demás por la fiesta cerebral y la segunda ronda de jabón de mi lavado cerebral que tanta falta me haría en ocasiones.

No sé no soy, por un solo momento me va, me voy. Viviendo del juego de pensar, si pienso no siento sólo estoy, la vida que viene y yo me voy...” (Sí, no hay nada como Kabah para ejemplo de la nueva poesía mexicana post-postmo)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que de historias de amor nos las sabemos todas, y sin embargo (ni qué más decir), siempre queda algo incomunicable, una rebaba medio austera que parece encapricharse con la idea de que con esta última nos vamos. Carambita, carambita... Mejor la dejo aquí, porque la cabeza de por sí me da hartas y hartosas vueltas como para que usted le ponga tiempos al microondas emocional recordándome ese lugar de la Mancha de cuyo nombre dejé de acordarme.

Es usted sencillamente genial...

Anónimo dijo...

Amámos a Lulu Marina pos sus desordenes emocionales.

Saludos
Alcaffar

Anónimo dijo...

Zaz... se nos hace que ahora si caiste. O no? Que barbara, haces que sientan que te pierden hasta los que núnca te han encontrado; como nosotros.

sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha sha!

Friend dijo...

Analúuu!

Acabo de entrar a tu blog y me pareció genial. Qué bárbara, escribes como piensas. Fue como entrar de repente en tu versión de la película Being John Malkovich con traces de Trainspotting... Besos! Alex.

Ana Lucía dijo...

Muchas gracias señor aspirante a leyenda que merece un sitcom. Mire que le he estado dando vueltas a eso de la "rebaba medio austera que parece encapricharse con la idea de que con esta última nos vamos", es bueno eso de haberme puesto a pensar en lo que usted pensó de lo que yo había pensado...

Charlito!! Es que si estuvieran aquí todo sería más fácil y así entre tres la decisión es menos compleja... ¿¿¿Qué no hay nadie que me ponga los pies en la tierra aquí???

No Fan Club, tan bien que me caías hasta que hiciste el comentario de que yo había caído. Así no nos llevábamos, eh... "El amor no existe"

Friend!!!
Jajajja, pienso lo mismo de tu blog, la mejor fue la anécdota del alcoholímetro, jajaja, me los imagino perfecto y es que deberían hacer un libro con sus anécdotas, súper best seller...

Besitos, Love & Rock