jueves, noviembre 10, 2005

Príncipe azul

A una de las locas se le ocurrió empezar de preguntona ¿que cómo me imagino a mi príncipe azul? Y me puso a pensar. Cultura general, valor dos kilómetros y yo ni idea, como que siempre decía que me tenía que llegar y en cuanto lo viera, lo sabría. ¡Ay, sí, tú! Cálmate Blanca Nieves, como si a estas alturas un tipo pudiera despertarte con un beso, me cae que si estás bien jetona hasta le das un golpe pa’ que sesté. Obvio me caí de la ensoñación y puse los pies en la tierra porque es cierto. He de aceptarlo: me enloquezco con los venaditos y qué maravilla el pozo de los deseos, los pajarillos cantarines, los vestidos, la magia, los bailes, pero ¿qué hay de las orugas horrendas de los bosques? ¿y qué me dices de la polilla, de que tus amigos sean ratones, de tener el cabello tan largo como para simular un escape furtivo (as-co), o de la bruja de la verruga que como saca una manzana se puede convertir en dragón? No, si yo de princesa de cuento no tengo ya ni las ganas, por eso a mi príncipe azul no le puedo exigir el caballo blanco, el título nobiliario, o la sangre azul (con que tenga sangre caliente, gritaba la otra atascada). Shhht, estamos hablando de MI prince charming, ya llegará tu turno, you fake Fiona. Y así pensé en mi hombre...
Suena banal y trillado, pero en serio, el físico me parece tan importante como si Ninel Conde y José Manuel Figueroa se pelean, es decir, me da lo mismo (evidencia empírica de por medio y hasta mis amigos han empezado a instaurar “estándares de calidad” por-mi-seguridad, ajáaa), pero bueno, tal vez sí exigiría que tuviera la suficiente estatura como para ser más alto que yo y lo suficientemente normal como para no ser un caso aberrante de la población (igual sigue sin ser tan difícil). En las especificaciones no va a estar el güero ario de ojo azul ni el morenazo de fuego; no es requisito que le dé un aire a Brad Pitt o que baile a lo Ricky Martin. Y aunque the first married one diga lo contrario, en serio: el cuerpo no es básico, pero más-menos 20 kilos ya es de pensarse. No busco a alguien que hable bonito (estoy tratando de superar mi adicción a los acentos sudamericanos y a los choros baratos); busco un hombre que no sea un huracán y nunca eclipse al sol (Luis Miguel dixit).
No necesariamente tiene que entender la teoría cuántica, ni saber la capital de todos los países; no tiene que recordar las propiedades químicas de la tabla periódica de los elementos; tampoco tiene que hablar cinco idiomas o descubrir los problemas planteados por Poincaré. No necesito a un hombre que domine el mundo o sea un erudito; es más, preferiría una inteligencia promedio a estar con un genio porque luego esos dan terror (otra evidencia empírica de por medio, “sht, shhht, ¡aterriza!”). Si es cuestión de educación pues muchos títulos tampoco lo hacen pasar en VIP, porque a pesar de la ironía, creo que la educación va más allá del diploma. El único requisito indispensable es que sea una persona a quien le apasione lo que haga y que a mí se me caiga la baba al admirarlo por eso –en sentido metafórico-, por supuesto, mientras su business no afecte a terceros o no sea ilegal (¡ejem!)
No quiero a un Fitipaldi al volante, sólo con que sepa las reglas básicas de educación vial y el significado de las direccionales y los semáforos ya está bien; no me interesa andar con un coche así que ése tampoco es un issue, ni los millones que él o su familia tengan, tampoco quiero estar con un papelito o con dependencias. No me importa que sea un hombre con miles de defectos y que haya cometido muchísimos errores, no quiero una persona perfecta a mi lado: sólo pido que tenga la capacidad de darse cuenta de lo que hace mal, y que luche para ser mejor. Eso es lo que quiero, un hombre que busque ser mejor, que no se conforme con nada, y no debería usar el verbo conformar porque de tan conformista me cae gordísimo.
Quiero a alguien que aprenda a verme con todo y los miles de defectos que tengo y a la vez que esté completamente ciego (mi vocero diría: lo que quiso decir esta loca es que esté enamorado de ella); que cuando cometa un error sepa qué decir para hacerme crecer a su lado y que no sólo se quede en recordarme mis defectos. Que esté consciente de que no estoy disfrazada de Cenicienta (si hasta me hago burla del oso cuando viví en un país en donde todavía hay princesas y a mí me tocaba hacerla de mi propia cocinera: primero tienes que lavar el pollo, decía la mami instructora de larga distancia que no supo si reír o llorar cuando la interrumpí porque yo ya iba corriendo por el jabón para literalmente “lavarlo). Sólo quiero alguien a quien adore y con quien decida estar para convertirlo en el testigo de mi vida, sólo alguien que quiera lo mismo de mí y que haya esa magia de sonrisa más allá de los tres primeros meses de endorfinas; de decirle adiós al mundo cuando sea necesario y tener un cómplice de risas, que, como decía María Rojo (reservo mis comentarios hacia ella, pero acepto que me gustó mucho cuando dijo lo que dijo): si mato a alguien no pregunte por qué, sino que inmediatamente responda “dónde escondemos el cadáver”. Que sea alguien a quien no tenga que necesitar y eso sí, que tenga una risa bonita, buen humor y muchos detallitos lindos. A veces creo que mi coeficiente intelectual disminuye cuando analizo mis gustos varoniles y me doy cuenta de que los considero más inteligentes mientras más se rían o me hagan reír. Y es que si me dan a escoger entre Ryan y Seth, sin pensarlo me voy por el segundo aunque el otro esté más lindo, pero es que también me cae mejor Summer...
Sí, no pido nada y lo quiero todo, creo que busco lo que todo el mundo quiere y por eso mi pedido no ha llegado, pero ya llegará, de eso me encargaré otro día. Y le callaré la boca a Shakira cuando canta “y me cansé de besar sapos en vano, mi príncipe azul jamás lo encontré”. Mientras, mientras lo espero sentada porque para encontrar al hombre ideal una tiene que dejar de soñar para ver qué es capaz de dar y por lo pronto yo ando de un egoísta que pues ni cómo, la verdad...

10 comentarios:

Ricardo Cortizo dijo...

Pronto llegará, pronto llegará... usted deje de preocuparse, que se lo encontrará cuando menos lo espere.

Un beso

quack dijo...

Si despues de este post no empieza una marea de apuntados... dejaré de creer en Dios.

Mi maestro de química y de geografía acaban de dejar de ser mis modelos a seguir; me acabas de decir que saber las capitales de memoria; así como la tabla periódica ordenada, desordenada, por número atómico, con nombre, símbolo y estado físico no sirve de nada.

Si no saben de mi... es que fui a dar el enganche para comprar un bosque y perderme.

Malditos maestros que me dijeron que era importante esa información en la vida.

Anónimo dijo...

Yo sólo quiero saber dónde encuentro a alguien como tú..... (ofrezco cripta o mausoleo en la Cd de la Esperanza, interesada favor de contactar a la dirección anexa).

Saludos!

Bruno R. dijo...

Que bello artículo, (y perdón por romper el encanto y la profunda disertación) pero me quedé con una duda: Al mencionar a Poincaré ¿Te refieres a Raymond, el atribulado presidente de Francia durante la Primera Guerra Mundial o a Henri, el matemático y físico? Digo, sólo para saber qué vena es la más fuerte, si la internacionalista o la matemática.

Anónimo dijo...

Hay alguna dirección de correo al que pueda hacerte llegar un texto un tanto anticuado y cursi que realmente regresó de lo mas obscuro y abandonado de mi memoria con tu post???. Creo que te podría gustar.

Anónimo dijo...

y q pasa si llega alguien que solo te ofrezca lo que es, alguien que te pida confies en el para ganarse el premio de tu amor, con detalles, respeto, lealtad, cariño, pasion, etc etc etc etc. pero es alguien q se enamoro de ti a traves de tu blog, tendrias algun inconveniente?
besos
Drack

Anónimo dijo...

me parece maravillosa tu sinceridad y super original la manera de describir a tu principe azul hay muchas chavas que piden un principe azul pero no piensan que ellas no son unas princesas

Ana Lucía dijo...

Sí, pronto... Igual mil garcias por seguir leyendo don Conde.

Sería genial una cobija con orejitas y además inteligente. ¿Cuál príncipe azul si se tiene eso?

Jajaja, pues sí Quack, los maestros de geo y de química no enseñan a ser latin lovers, ni modo...

No, no!! Alguien como yo para qué, créanme que es difícil la convivencia (lo digo por experiencia). Lo que no entiendo es para qué la cripta o el mausoleo...

Ay Brunei. Me refería al matemático, pero no tiene nada que ver con alguna vena, ya quedó claro que la matemática nunca la he tenido y de la internacionalista me da por renegar, así que no creo que vaya por allí, es sólo el contagio.

Y sí, mi correo está en mi perfil.
:D

No, no. Que todavía no llegue plis!!! Soy muy joven para morir!!

Gracias Derek!!

Anónimo dijo...

Espero esto ayude a comprender mi oferta...

...si mato a alguien no pregunte por qué, sino que inmediatamente responda “dónde escondemos el cadáver”
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Te leo ya desde hace bastantitas semanas (meses diría yo)... no sé ni cómo caí aquí pero si sé por que me quedé. Y en aquellos momentos en que necesito despejarme, en que necesito sacar un poquito la telaraña de ideas entonces me meto a tu blog y te leo. Después de esa buena dosis de charla entonces puedo continuar. Gracias por responder, perdón si no fui lo suficientemente claro, pero digamos que en cuanto termine de leer me puse a responder y pues... yo traía mi rollito en la cabeza, traía mi charla con tus líneas.

Y por ello podría decir que me encanta tu charla, aunque yo sea sólo por desgracia un voyeur de tus pensamientos.....

Anónimo dijo...

Se te olvido pedir tambien que la tenga bien grandota.